¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Diasporaweb escriba una noticia?
La capacidad de reconstrucción y de reponerse de catástrofes de esta categoría en Japón es admirable. Ahora están buscando alternativas para la producción de energía eléctrica y pretenden hacer el parque eólico marino más grande del mundo a 20 km de Fukushima. El país renuncia a la producción de
Pasados casi 3 años, las consecuencias del suceso son aún tangibles, y mientras prosiguen los trabajos de descontaminación del entorno que rodea a la central, el gobierno japonés, estudia alternativas, para prevenir sucesos comolos acontecidos el citado fatídico día.
Siempre hemos observado con admiración la capacidad de reconstrucción y de reponerse de catástrofes de esta categoría a los países del este. Sorprende ver que en este caso están buscando alternativas para la producción de energía eléctrica y pretenden hacer el parque eólico marino más grande del mundo a 20 km de Fukushima.
Tras este triste accidente, Japón dio un giro a su política energética y anunció el abandono progresivo de la producción de energía nuclear a partir del año 2030 y dejar de producir de forma definitiva hacia 2040.
Uno de los primero pasos para cumplir este objetivo, es este proyecto conocido como Fukushima Forward.
La primera fase del proyecto comenzó con la instalación del primer aerogenerador de 2 MW, una subestación flotante de 66 KV y un cable de alto voltaje submarino. En noviembre de 2013 el aerogenerador comenzó a suministrar energía.
El aerogenerador, del tipo downwind (con rotor a sotavento) y fabricado por Hitachi, está dotado de una hélice con tres palas o aspas de 40 metros de longitud, y se eleva 106 metros sobre la superficie marina. La plataforma flotante sobre la que descansa tiene una altura de 32 metros.
Fase I de Fukushima Forward
Durante este tiempo se estudiarán las plataformas flotantes, se evaluarán y desarrollarán materiales que formarán parte del parque con características de alto rendimiento resistentes a la corrosión. Además se recopilarán datos básicos meteorológicos y oceanográficos.
La segunda fase se llevará a cabo durante 2014 y 2015 y se pretenden instalar 2 aerogeneradores de 7 MW cada uno, a una distancia de 1, 6 km del primer aerogenerador ya instalado. Las torres, que serán fabricadas por Mitsubishi Heavy Industries, tendrán una altura de 189 metros, con palas de 82 metros. Estructuras gigantes a prueba de cualquier terremoto y oleaje.
Fase II de Fukushima Forward
El aerogenerador Advanced Spar será flotante, y sujetado por una avanzada boya-pértiga, y el modelo V-Shape Semi-Sub será semisumergida de tres columnas.
Para 2020 se pretenden instalar 140 aerogeneradores más, con el objetivo de crear un parque eólico de 1GW de potencia instalada.
Lo que hace único este parque, además de la cantidad de energía que va a generar, es el uso de turbinas flotantes. Los parques eólicos marinos de los países occidentales suelen estar ubicados en aguas relativamente poco profundas, con lo que los aerogeneradores se anclan en el fondo marino. Sin embargo, las aguas de la costa japonesa tienen una profundidad de más de cincuenta metros, por lo que utilizar turbinas ancladas no sería viable económicamente.
Esperemos que otros países no necesiten pasar por circunstancias similares para concienciarse de que el futuro se construye sobre energías verdes.
Contaminación, ahorro y ciertas obligaciones internacionales para cumplir con la reducción de los niveles máximos de contaminación llevan a las naciones a gastar grandes sumas de dinero en el desarrollo de tecnologías sanas para el medioambiente. Japón es uno de los países que hace un esfuerzo considerable por eliminar la contaminación que genera su ultra concentrada urbanización, por lo que ahora se ha decidido construir un parque eólico en alta mar para generar energía que será el más grande del mundo una vez terminado.
La urgencia vivida en Marzo de 2011 con la central nuclear de Fukushima fue un llamado de atención para los nipones, ahora los más preparados ante emergencias y tragedias con tecnología de punta en cada rubro. Aún así, la incertidumbre vivida ante el acontecimiento los sobrepasó y los problemas que por suerte no se desencadenaron en el corto plazo tuvieron consecuencias en el largo, pues los tres reactores principales de Japón se desplomaron (54 reactores inutilizables en total) y el país insular ahora está buscando reducir su dependencia de la energía nuclear. Para esto ha buscado refugio y solución en la energía renovable, para lo que ha de construir el parque eólico en alta mar más grande del mundo.
Ubicado a 16 kilómetros frente a la costa de Fukushima, el plan se compone de la instalación de 143 turbinas de viento que generarán 1 gigawatt de energía una vez que estén completados en, se espera, 2020. Se busca que sea un record, por lo que la granja eólica nipona superará los 504 megavatios generados por las 140 turbinas de la granja Gabbard Mayor de la costa de Suffolk, Reino Unido, que es la mayor granja eólica del mundo por el momento. Incluso será superada cuando a fines de este año se pase al estuario del Támesis, donde tendrá 175 turbinas y producirá 630 megavatios de energía. Según la revista japonesa que dio el anuncio, la primera etapa del proyecto Fukushima será la construcción de una turbina de 2 megavatios, la subestación y una instalación de cable submarino. La turbina se mantendrá a 200 metros de altura y si tiene éxito, las turbinas adicionales serán construidas progresivamente con sujeción a la disponibilidad de fondos.
Algo muy interesante en estas noticias es comprender cómo hacen para resolver el problema de los costos, y en este caso para solucionar el gasto total de anclar las turbinas al fondo del mar, se construirán marcos flotantes de acero que se estabilizan con lastre y anclado a la plataforma de 200 metros de profundidad que rodea la costa japonesa vía líneas de amarre. Una vez esté funcionando a todo vapor (no, no usará vapor para funcionar), la intención es que suministre electricidad a la amplia red a la que dos de los reactores de Fukushima proveían. En Japón están interesados en ampliar el parque eólico en alta mar si las cosas salen como esperan, aunque los habitantes de la costa y la industria de la pesca demostraron antipatía por no saber cómo afectará esta construcción a su fuente de ingreso. Esperamos que por resolver un problema no generen otro, algo típico en las intenciones ecologistas de los descuidados.
El consorcio demostración Fukushima Floating Offshore Wind Farm (Fukushima Forward formado por once empresas e instituciones japonesas, lleva tres años trabajando en el proyecto cuyo objetivo es la instalación de un parque eólico marino formado por tres turbinas eólicas flotantes de diferentes potencias -2, 5 y 7 megavatios-, que sumarán 14 megavatios en total. El parque está, ubicado a unos 20 kilómetros de la costa de Fukushima, muy cerca del lugar donde se encuentra la central que sufrió el accidente nuclear como consecuencia del tsunami ocurrido en marzo de 2011. El proyecto cuenta con una inversión total de 18.800 millones de yenes, alrededor de 157 millones de dólares.
Para conseguir un apoyo completo al desarrollo del proyecto, el consorcio, liderado por la empresa Marubeni, tuvo que llevar a cabo una serie de negociaciones con diferentes autoridades locales, marítimas, de pesca, etc. El proyecto, que cuenta con la aprobación y apoyo económico del Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón, iniciado a petición de éste, se encuentra actualmente en su segunda fase.
Como Fukushima es hermana melliza de Garoña, ahora los vascos debíamos exigir algo parecido : el desmantelamiento de la central nuclear en el límite de Euskadi
Según la información facilitada a los medios por la filial española de Marubeni, el pasado junio finalizó el montaje e instalación del aerogenerador de 7 megavatios, la turbina eólica flotante más grande del mundo, de la firma japonesa Mitsubishi Heavy Industries, que entrará en operación el próximo mes de diciembre.
La turbina se encuentra sobre una plataforma flotante semi-sumergible de tres columnas situada en aguas profundas (120 metros) en cuyo amarre se han utilizado ocho anclajes de 41 toneladas. La torre tiene una altura de 188, 5 metros sobre el nivel del mar y sus rotores se encuentran a una altura de 105 metros sobre el nivel del mar. Tanto la turbina como los anclajes están preparados para soportar olas de más de 20 metros de altura, algo a tener en cuenta en una zona como ésta caracterizada por fuertes oleajes.
En esta segunda fase, explican desde Marubeni, también se está llevando a cabo el suministro de las piezas de la turbina de 5 megavatios y, prácticamente, se ha finalizado la instalación en el emplazamiento del cable submarino, las anclas, las cadenas, y otros elementos para esta turbina.
Por su parte, la turbina de 2 megavatios de potencia, 80 metros de diámetro de rotor y 106 metros de altura sobre el nivel del mar y fabricada por Hitachi, fue instalada en junio de 2013 durante la primera fase del proyecto sobre una plataforma flotante de 32 metros de altura construida por la empresa Mitsui Engineering & Shipbuilding Co., que comenzó a operar en noviembre del mismo año.
La turbina está conectada a una subestación flotante de 66 kilovoltios y 60 metros de altura -la primera del mundo según sus operadores y construida por la empresa Hitachi Ltd, otra de las integrantes del consorcio-, a dos kilómetros de la turbina en dirección a la costa, en la que se encuentra un transformador y una torre de medición de la dirección y velocidad del viento. La turbina también está conectada a un cable de alto voltaje submarino.
Según apunta la empresa, el plan inicial contemplaba la instalación de 6 turbinas de 2 megavatios de potencia cada una, pero la idea se desechó al negociarse la instalación de turbinas de mayor potencia. Si todo sale como está previsto, consideramos que el proyecto podría alcanzar los 80 megavatios para el año 2020.
Apuesta por las renovables
Después del desastre de Fukushima, el Gobierno japonés decidió cerrar de forma paulatina todas sus plantas nucleares, que suponían el 35% de la, aunque hace tan solo unas semanas la empresa Kyushu Electric Co reactivaba el reactor número 1 de la planta de Sendai. Para cubrir la demanda de electricidad del país, Japón se ha visto obligado durante este tiempo a incrementar notablemente su gasto en la importación de combustibles fósiles.
Desde el consorcio aseguran que proyectos como el de Fukushima establecerán un modelo de negocio de parques eólicos marinos que contribuirán al desarrollo de futuros proyectos comerciales. Las empresas participantes creen que este proyecto ayudará a Fukushima a convertirse en el centro de una nueva industria que creará nuevos puestos de trabajo en la región para cubrir los daños del desastre.
El viernes un consorcio de empresas japonesas anunció la puesta en marcha de un parque eólico cuyos aerogeneradores reposarán sobre el mar.
Este tipo de instalaciones eólicas resisten mejor los tsunamis y otros fenómenos meteorológicos adversos. Está previsto que sea la mayor eólica del mundo de este tipo y que esté lista para el año 2020.
“Lo primero y más importante, queremos hacer de esto un símbolo de la recuperación de Fukushima. En segundo lugar, este concepto de central eólica flotante es nuestro as bajo la manga para la siguiente etapa del desarrollo de energías renovables”, explicaba desde el ministerio de Economía Keisuke Murakami.
Pero, pese a la puesta en marcha de soluciones y más de dos años después, el desastre nuclear no da un respiro. Las ultimas pruebas apuntan a que Fukushima lleva dos años vertiendo agua contaminada al océano Pacífico. La pasada semana se ha encontrado un pez a decenas de kilómetros del complejo con un nivel de radiactividad diez veces superior al permitido por las autoridades niponas
Y que mejor lugar que Japón, un país que no cuenta con recursos naturales y que, al estar rodeado de mar, se encuentra en una situación inmejorable para el desarrollo de este tipo de tecnologías, sobre todo si tenemos en cuenta que la energía generada por fuentes renovables en el país es tan solo del 1 por ciento, con el objetivo de llegar a unos parámetros de entre el 10 y el 20 por ciento.
Las empresas integradas en el consorcio se muestran convencidas de que gracias al importante avance de la tecnología este tipo de proyectos cosecharán grandes éxitos en un futuro no muy lejano, aunque también son conscientes de que aún quedan por solucionar algunos problemas técnicos, además del elevado coste de este tipo de proyectos.
Actualmente, solo Noruega y Portugal han instalado hasta el momento turbinas eólicas flotantes frente a sus costas. La primera turbina, la Hywind, de 100 metros de altura, se instaló a 12 kilómetros de la costa suroeste de Noruega en el año 2009. En el caso de Portugal hacemos referencia al proyecto WindFloat, que abarca el diseño y construcción de una unidad de demostración que incluye una turbina de 2 megavatios instalada en la costa portuguesa, cerca de Aguçadoura, conectada a la red eléctrica a finales de diciembre de 2011.