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Cuando una empresa entra en una fase de posible situación de impago a los acreedores, tiene una posible vía para llegar acuerdos y evitar que la empresa cierre. Por regla general, para llevar este tipo de casos se necesita un abogado mercantil especialista en dicha materia.
La única vía posible para evitar tal situación en la empresa, es el pre-concurso. Con esta medida, se afianza que la empresa siga con la continuidad de su actividad y poder salir del bache económico.
Comunicar al juzgado de dicha situación, impide que se continúe con la sucesión de ejecuciones judiciales y extrajudiciales de todos los bienes y derechos que tenga la empresa necesarios para la continuidad de su actividad.
Lo normal es que la empresa tenga un plazo de cuatro meses para evitar el posible concurso de acreedores. También se tendría que establecer unas medidas de re financiación para las entidades y así evitar el concurso.
Otro punto a destacar, es si la empresa ejerce varias actividades. En este caso, habrá que realizar un plan de viabilidad diferenciando cada actividad en si y fijándonos en cuál de ellas es mas rentable. Con esto, podemos concluir que las actividades que no generan negocio y van lastrando los beneficios de aquellas que si lo dan, habrá que abandonar dichas actividades. Si reflexionamos un poco, las actividades que no generen negocio, es mejor eliminarlas de la empresa.
Otra cuestión aparte, es la re financiación de las deudas con la Agencia Tributaria. Una empresa que tenga dificultades de poder seguir adelante, es normal que tenga posibilidad de estar en en deuda con dicha administración pública. Pero aquí, ay que tener en cuenta que las deudas generadas por impuestos, no se tramiten a los sucesores. Con lo cuál, es una forma más viable de que la empresa pueda salir adelante.