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Paulinho, el héroe en la noche paulista, marcó de cabeza sobre el final y asi salía corriendo a festejarlo. Efe.
Paulinho, el héroe en la noche paulista, marcó de cabeza sobre el final y asi salía corriendo a festejarlo. Efe.
Juninho intenta crear juego marcado por varios jugadores de Corinthians. Pudo ser de cualquiera. Efe.
Paulinho, el héroe en la noche paulista, marcó de cabeza sobre el final y asi salía corriendo a festejarlo. Efe.
Paulinho, el héroe en la noche paulista, marcó de cabeza sobre el final y asi salía corriendo a festejarlo. Efe.
Todo fue gracias a un gol agónico de Paulinho en un
córner a tres minutos del final. El testazo salvó al partido de los
penales, a los que se encaminaba después del 0-0 de la ida en este
intenso duelo brasileño, que estuvo marcado por la poca fluidez en el
juego, una gran cantidad de errores, un carrusel de faltas duras y
grandes dosis de tensión y nerviosismo.
Apenas un gol que se celebró como un campeonato
Ambos equipos salieron atenazados por el miedo de cometer un error
fatal y, siguiendo la tónica del partido de ida, plantearon un juego muy
táctico, con marcajes recios y pocos espacios a las florituras.
Corinthians llevaba más la iniciativa en la primera parte y tuvo la
única ocasión de esa etapa del partido, un disparo fuerte de Paulinho,
que Fernando Prass, bien posicionado, despejó de puños.
El peso de los nervios maniataba a ambos equipos y la tensión por la
clasificación llegó a desencadenar un conato de riña antes del descanso,
que se saldó con un par de amarillas.
Ninguno de los dos equipos se conseguía acercar a las áreas rivales
en el primer cuarto de hora de la segunda mitad, que seguía al pie de la
letra el de la primera, con una mezcla de nerviosismo, dureza en los
marcajes y falta de profundidad en los ataques.
Entonces llegaron dos ocasiones clarísimas seguidas para Vasco, que
sacudieron el partido y pusieron a los paulistas contra las cuerdas.
La primera fue un contragolpe de Diego Souza, que falló en el mano a
mano contra el portero Cassio después de cabalgar solo por más de 50
metros, y la segunda, un remate al travesaño de Nilton en el córner que
siguió a esa jugada.
El juego ganó intensidad, le invitó a Vasco a creer en la victoria y a
equilibrar de nuevo las fuerzas con Corinthians, que había regresado
del descanso más fuerte, aunque la falta de fluidez en el juego
continuaba siendo la tónica del partido.
El local también tuvo su ocasión de oro, pasados los 75 minutos, en
un tiro de Emerson que Fernando Prass desvió al poste. Los últimos
minutos fueron del Corinthians, que logró la clasificación casi en el
último suspiro, en un córner en el que Paulinho se elevó sin marca para
rematar con cabezazo contundente.