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Millares de productores agrícolas y ganaderos de Costa Rica marcharon el martes a la Casa Presidencial para exigir apoyo del gobierno para el sector, que en su criterio se ha visto afectado por la importación de alimentos.
La mayoría de los productores rechazaron en especial la autorización para importar carne de cerdo procedente de Chile por considerar que ha provocado una caída de precios que afecta a los productores locales.
Un grupo de manifestantes instaló una olla para cocinar carne de cerdo que repartieron entre los transeúntes, mientras otros llevaron una cerda para obsequiar para el presidente Luis Guillermo Solís, quien tenía previsto recibir a los representantes de los agricultores.
La manifestación recorrió distintos puntos de la capital, causando grandes trastornos de tránsito, en su camino hacia la presidencia, en el este de San José.
"Reclamamos la revisión y fiscalización de las plantas de carne en Chile, porque se está importando carne sin hacer esas inspecciones. Queremos que se aplique la normativa comercial que todos los países aplican", expresó Guido Vargas, de la organización de pequeños agricultores Upanacional.
El Ministerio de Agricultura reconoció en un comunicado que en los primeros cinco meses de 2015 los precios de la carne de cerdo han caído a su nivel más bajo en cinco años, con lo que "no compensan los costos de producción", y aseguró que ha dado apoyo para que la industria cárnica aumente las compras a los productores locales.
Las diferentes organizaciones respaldaron una reciente decisión del gobierno de restringir la importación de aguacates desde México por razones fitosanitarias.
El presidente de la empresarial Cámara de Agricultura, Juan Rafael Lizano, dijo que se trata de una "decisión técnica, tomada con base en criterios científicos" y descartó los reclamos de otros sectores empresariales que han acusado proteccionismo en la medida.
Lizano dijo que también pretenden manifestarle su oposición al ingreso de Costa Rica a la Alianza del Pacífico, un bloque comercial que reúne a Chile, Colombia, México y Perú, cuatro de las economías más dinámicas de América Latina.
Argumentó que tal ingreso será perjudicial para los productores locales porque obligará al país a abrir sus puertas a importaciones agrícolas de los miembros del bloque.