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La reforma política aprobada por el Congreso en Colombia, no satisface del todo las aspiraciones populares de que su congreso sea un monumento a honorabilidad y rctitud entre los congresistas, especialmente los amigos del gobierno de Uribe
Aún cuando no es una norma para aplaudir del todo, la reforma política, tiene algunos aspectos que merecen ser reconocidos. Lamentable que le hayan dejado huecos por donde los congresistas deshonestos tengan salida airosa de sus no muy dignas acciones partidista. La reforma establece la muerte política para quienes hayan sido condenados por narcotráfico, por delitos de lesa humanidad y que posean nexos con guerrilla o paramilitarismo. Eso está muy bueno y podría considerarse como un avance de la dignidad y la honorabilidad partidista. La norma debería haber sido para aplicar a los infractores en todos los tiempos. La “silla vacía” y otras drásticas sanciones a los partidos que avalen candidatos que tengan vínculos con grupos al margen de la ley es algo que se estaba necesitando a gritos. El paramilitarismo fue el clímax. Lamentable que no cobije de inmediato a todos perversos, a esos más de setenta fulanos que tienen en La Pico, y que, Álvaro Uribe Vélez y sus congresista serviles, en un gran esfuerzo por protegerlos estableció que la ley debe aplicarse a partir del año venidero. “La orden de captura de un miembro de corporaciones públicas implica que la curul no sea ocupada por quien le siga en votos en la respectiva lista. Pero la vacancia de la curul se tipifica con la sentencia condenatoria ejecutoriada”.
Algo que no es muy dignificante es el “voltearepismo”. Es permitirle a determinados sujetos estar saltando de piedra en piedra. Ofrecerle a sus electores una posición política y luego brincar a otra irrespetando la confianza que le fue otorgada. En otras palabras, les permitirán a los congresistas, embaucar a sus electores y perfilar sus intereses personales sobre los generales, volteándose para donde más le alumbre personalmente el sol. Eso es malo e indignante. Eso es malo y reprochable ya que ese es uno de los vicios más escandalosos de la política colombiana. “El ‘voltearepismo político les permitirá a los actuales congresistas dejar su partido para aspirar a la reelección por otro diferente. Aplicar la traición y la mentira a su gusto. “Los parlamentarios se inscribirán en otro partido dentro de los dos meses siguientes a la expedición de la reforma constitucional. No será susceptible la aplicación de sanciones por doble militancia ni de procesos de pérdida de investidura”. Eso si da pena, vergüenza y va contra la voluntad del pueblo colombiano que reclama honradez en la política.
Entre las cosas positivas aparece que los concejales y diputados podrán continuar su carrera política sin interferencias, así que quienes en esa condición aspiren al congreso no tendrán que renunciar un año antes a su cargo. Ese era un acto de discriminación y desigualdad repugnante como los que le agrada aplicar al actual gobierno. Se deja abierta la posibilidad para “partiditos de garaje” al mantenerse como requisito el umbral del dos por ciento para los partidos que vayan a las elecciones del 2010. En el 2014 dicho umbral no podrá ser inferior al tres por ciento. Con esto solo se procura proteger intereses personales, no universales. Un párrafo de la nueva ley que resulta bien interesante es aquel que señala: “Si un alcalde o gobernador es condenado por pertenencia o nexos con grupos ilegales, el grupo político que lo avaló no podrá presentar candidatos a las siguientes elecciones dentro de la respectiva jurisdicción”. Se le pone freno a lo que algunos llaman coaliciones de partidos y a la hora de la verdad se convierten en “asociaciones para delinquir”.
El “voltearepismo” es permitirle a determinados sujetos de la polìtica estar saltando de partido en partido politico para su acomodo personal
La peor sinvergüencería que tiene hasta el momento la política, tipificada en las suplencias, se elimina totalmente. “No habrá reemplazos en las corporaciones públicas”. Eso es bueno, porque si mi voto contribuye a elegir a “Pepe”, no tiene porque ocupar la curul “Coco”, nunca voté por él. Yo no sufragué por el segundo. Era algo así como que me titulo de ingeniero en una universidad y al poco tiempo de serlo pasó el título a un amigo o un familiar mío. Eso no tiene sentido, la realidad es que si no puedo seguir siendo ingeniero, se acabó el ingeniero. Los miembros de corporaciones públicas solo podrán renunciar a su curul de manera justificada. Solo en caso de muerte, accidente o incapacidad permanente serían reemplazados. Con tal que no se forma la otra: Matar a quien fue elegido para que un reemplazo pueda acceder. En caso de renuncia cuando se ha iniciado una investigación penal, en el país o en el exterior, no será válida y podría ser causal de pérdida de investidura y muerte política. Algo que reviste interés será en cumplimiento del mandato que establece que “Los servidores públicos no podrán nombrar como empleados a miembros de su familia hasta en el cuarto grado de consanguinidad, segundo afinidad, primero civil o con quien esté ligado por matrimonio o unión permanente”.
Algo que los demócratas colombianos esperaban quedó muy claro en la nueva norma: “Los partidos con miembros incursos en hechos delictivos recibirán sanciones que van desde las multas, devolución de los recursos percibidos por reposición de votos y hasta la cancelación de la personería jurídica”. Algo que obligará a los congresistas a mostrar la cara al país será lo atinente a que “Los votos serán públicos y se realizarán de manera nominal”. Esto es muy bueno porque intima un poco de respeto a sus electores. El voto en blanco obligará a repetir las elecciones cuando sea mayoría en cualquier elección, incluida la primera vuelta presidencial. Las campañas políticas tendrán financiación preponderantemente estatal, pero deja abierta la compuerta para que el candidato haga compromisos financieros con grupos económicos y así vender su conciencia y amarrar la gestión pública según el monto recibido. Esta reforma política obligará a comenzar a dar tímidos pasos a la honestidad. No es lo mejor, pero como aseguran los recortados mentales, algo es algo, peor es nada.