¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Emiro Vera Suárez escriba una noticia?
La música, una inspiración del folklore
Fuente Literaria/ Vallenato 07
Cuando nos atamos en aquel anochecer, me hiciste viajar hasta el amanecer,
Tovar me esperaba entre colores hasta bailadores, en el salto de agua
Hasta aquel atardecer y vi en tus pestañas un sueño, me convertiste en un gato
Tras las oraciones en la Iglesia Católica, frente a la Plaza de Tovar.
Nos tomamos un café en el alto de La Plaza para ver pasar a las niñas de La Acción Católica, hasta despertar en El Vigía, después de un anochecer en pleno bus, salta que salta.
Con la felicidad en un pañuelo. Llego el alba y tu allí esperándome aquella primera vez
En medio de mi llamado, la ansiedad de esa puerta, verla abierta rebosa mi corazón
Coro
Cuando nos atamos, mi sangre se convirtió en un termómetro y desperté
Y todavía estas allí, me despierto para ver en ti, mis recuerdos del tiempo
Y los pájaros de La Vuelta de Lola pitirreen, mientras almorzamos un mondongo
Y pastelitos, para recordar que existí.
En el vino, busco el borde de la copa y tú no estás, otro tiempo sin ti.
Hace tiempo y frío, como la lejanía entre silenciosos vacíos, es la fábula del tiempo
Es ver tu pelo lacio en la pizarra de mi corazón, mientras la luna y el espejo bordea
El corazón.
Es el azúcar en la fabula y el café, son lámparas a la mitad del encuentro, es la memoria
Que sin gestos me llama a recordar los vacíos del tiempo, al borde de la copa de vino
Que me hace temblar detrás de tus manos,
Coro
Cuando nos atamos, mi sangre se convirtió en un termómetro y desperté
Un camino del imaginario
Y todavía estas allí, me despierto para ver en ti, mis recuerdos del tiempo
Y los pájaros de La Vuelta de Lola pitirreen, mientras almorzamos un mondongo
Y pastelitos, para recordar que existí.
Es tu boca, es tu voz. Son tus blusas y lentes que se jactan tenerte a ti.
Ya me marcho en el extravió del tiempo, son diez años sin verte, es el forcejeo
Del tiempo en el viento libre de la noche para verte unos segundos, hemos engañado
A los pájaros, porque en el viento libre, los claveles en tierra levantan sus nubes
Como en El Vigía cabalgue en sus nubes hasta llegar al corazón
Cuando nos atamos, mi sangre se convirtió en un termómetro y desperté
Y todavía estas allí, me despierto para ver en ti, mis recuerdos del tiempo
Y los pájaros de La Vuelta de Lola pitirreen, mientras almorzamos un mondongo
Y pastelitos, para recordar que existí.
El Vigía, Tovar, Mérida y Bailadores, hacen mis pisadas, vestido, solo en la plaza
No mentí, no engañe. Yo fui tu limite y no entendiste, eres mi imagen elegida
Balbuceo del alma, no me liberaste y en vano encune tu amor, ya son hojas secas
Que balbucean en el alma. Mérida con sus hojas secas danza en mi alma hasta verte
Soñar, tras arrojarme a la calzada para ver tu corazón
Emiro Enrique Vera Suárez 25/ 10/ 2020. Valencia del rey.