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Un tribunal egipcio sentenció este domingo a 23 activistas prodemocracia a tres años de cárcel por haber participado en una manifestación no autorizada, pese a los llamamientos internacionales en pro de su liberación.
Entre los condenados, se hallan Yara Salam y Sanaa Seif, descritos por Amnistía Internacional como "prisioneros de conciencia".
Los militantes, que pueden apelar la sentencia, fueron igualmente condenados a pagar una multa de 10.000 libras egipcias, unos 1.100 euros, cada uno.
Desde que el exjefe del ejército y actual presidente, Abdel Fatah Al Sisi, derrocó al islamista Mohamed Mursi, en julio de 2013, el nuevo poder lleva a cabo una represión implacable contra todo tipo de oposición. Así, las autoridades adoptaron el año pasado una ley que limita el derecho a manifestarse. Contra esa norma, se manifestaron los activistas, detenidos en julio y ahora condenados. Fueron acusados de "participar en una manifestación ilegal, vandalismo y de obstaculizar el tráfico".
"Es un juicio político, sin bases legales", estimó Ahmed Ezzat, un abogado de la defensa.