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EL país político tiene que ser testigo actualmente de artimañas legislativas, de "voltearepismos", de choque de poderes, de interinidad e incertidumbre en la Fiscalía General de la Nación, de oportunistas que se aprovechan del drama humano de la guerra y el secuestro, en definitiva, de una politización de la justicia y una judicialización de la política; mientras tanto la mayoría de colombianos, la sociedad civil pujante y organizada no renuncia a trabajar todos los días para el "bienser" y el bienestar de la Patria. Lamentablemente la opinión pública registra con facilidad y ostentación los hechos escandalosos y sucios que empañan el ejercicio de lo público en nuestro país, eso sí es noticia.
Un ejemplo de las importantes cosas que muchas organizaciones hacen en este país por el desarrollo y que, por carecer de amarillismos y chovinismos, no resultan tan atractivas para los medios de comunicación, es la apuesta decidida por las oportunidades de educación y perfeccionamiento del talento humano para miles de compatriotas que distintas organizaciones han liderado a través de Colfuturo y de la Fundación Carolina en Colombia.
Durante la semana que acaba de terminar se dieron dos hechos que demuestran el compromiso de la academia y del sector privado para seguir ampliando las oportunidades de estudios en el exterior del más alto nivel a las hojas de vida más meritorias del territorio colombiano; tanto Colfuturo como la Fundación Carolina llevaron a cabo actos públicos de reconocimiento y compromiso con sus respectivos programas de becas. Las cifras demuestran este compromiso; entre 1992 y 2009 Colfuturo ha beneficiado a más de 3.000 colombianos en sus programas de becas y créditos beca, de la misma forma entre 2001 y 2009 la Fundación Carolina ha permitido que cerca de 2.000 colombianos se hayan beneficiado directamente en sus líneas de becas, investigación y visitantes en los más destacados programas de posgrado principalmente en España, esto entre más de 15.000 latinoamericanos que han tenido esta misma oportunidad. Estos 5.000 colombianos representan apenas una parte de los múltiples esfuerzos que distintas entidades públicas, privadas y de cooperación internacional vienen realizando a favor de aquellos compatriotas que entienden que la educación de alta calidad y la posibilidad cultural y humana de viajar a distintas partes del mundo son uno de los más importantes activos en esta sociedad del conocimiento. Si tradujéramos el costo de estos programas tendríamos que resaltar el compromiso de los gobiernos y de las empresas privadas que han permitido estos espacios de construcción de bien común.
5.000 oportunidades parecen pocas frente a la enorme demanda e interés por acceder a estos programas de cooperación, sin embargo la sociedad colombiana puede estar tranquila y orgullosa de quienes seguirán insistiendo en este compromiso para la formación del talento humano que merece el futuro de Colombia.
Bogotá, Colombia
elnuevosiglo.com