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El emplazamiento del ATC para residuos nucleares, defendido por Rajoy y su clan, por designación oficial va a ser difícil, porque los terrenos son inadecuados, según los organizaciones ecologistas y populares. La subida de la Factura de la Luz, un chantaje de Soria
En España todo el combustible nuclear gastado llamado corrientemente residuos nucleares o CO2 emitido por sus centrales atómicas desde su inicio había sido recogido y almacenado en depósitos junto a cada central. Estos residuos, por arte de magia, con el tiempo-se decía-se trasformaban en una sustancia inocua, aunque eso era totalmente inexacto.
La central nuclear José Cabrera en Guadalajara, más conocida como Zorita, inaugurada por Francisco Franco en 1968, junto con Santa María de Garoña (Burgos, 1971) y Vandellós (Tarragona, 1972) fueron las primeras que comenzaron a operar. Les siguieron las de Almaraz (Cáceres, 1981 y 1983), las dos de Ascó (Tarragona, 1983 y 1985) y la de Cofrentes (Valencia, 1984). Finalmente, se puso en marcha una segunda central nuclear en Vandellós (Tarragona, 1987) y la de Trillo (Guadalajara, 1988).
De esos diez reactores nucleares actualmente hay ocho más o menos en funcionamiento, ubicados en seis emplazamientos (Ascó y Almaraz albergan dos centrales nucleares cada uno). La central nuclear de Vandellós I, tras sufrir un grave accidente en 1989, fue cerrada definitivamente en 1990. Y la de Zorita fue clausurada en abril de 2006 debido a la peligrosidad de su funcionamiento, a sus defectos de diseño, sus multiples problemas técnicos y la falta de cultura de seguridad de la compañía propietaria, Unión Fenosa. La de Garoña, en el limbo, fuera de operación desde hace 3 años, y sin licencia desde hace dos, espera su desmantelamiento.
En los primeros años de funcionamiento una pequeña parte de los residuos de esas centrales se enviaba a Francia para su almacenamiento provisional, que al principio era gratis, pero a partir de una determinada fecha si no se retornaba a España se pagarían 60.000 euros diarios de penalización, y estaba a punto de llegar esa fecha.
El combustible gastado se quiera o no, está ahí, puede dejarse donde está junto a los reactores, no de forma indefinida, en cuyo caso tendríamos una decena de pequeños almacenes a un coste mucho mayor que uno solo, incluso de forma menos segura que en las condiciones que puede estar en un ATC. Además es absolutamente irresponsable y muy caro (60.000 euros al día) seguir pagando esa cantidad por guardar los residuos a países no precisamente pobres como Francia y el Reino Unido.
El gobierno de Madrid aprobó por unanimidad en 2004 el sexto Plan General de Residuos Radiactivos de España, que contemplaba la construcción de un Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos de alta actividad
Porque el de El Cabril ( no muy lejos de Cuenca), si es un auténtico cementerio nuclear, un término empleado para designar un lugar destinado al enterramiento de residuos radiactivos de baja actividad con carácter definitivo, es enterrado allí in eternum. El ATC, Almacen Temporal Centralizado, por sus siglas. en cambio es provisional o temporal y el uranio de alta actividad gastado se puede reutilizar, tras un proceso.
En 2009 el gobierno elaboró un proyecto para crear el Almacén temporal centralizado de residuos de alta actividad en algún municipio español. Sería una instalación en superficie diseñada para guardar en seco hasta 12.816 m3 de residuos.
En enero de 2010, trece municipios presentaron en primera instancia sus candidaturas para albergar el futuro ATC. La lista oficial fue anunciada por el Ministerio de Industria. En Consejo de Ministros en agosto 2011, eligió entre las trece candidaturas, a ViIllar de Cañas( Cuenca) como emplazamiento del ATC.
Resultaba evidente que los motivos para elegir Villar de Cañas eran meramente políticos, y no había ninguna razón técnica que justificara este emplazamiento: ni las bondades del territorio, ni la proximidad a las centrales nucleares. Antes, los resultados de los trabajos de la Comisión Interministerial para la búsqueda de un emplazamiento situaron a Villar de Cañas en el cuarto lugar en la lista de candidatos, por detrás de Zarra (Valencia), Ascó (Tarragona) y Yebra (Guadalajara). Sin embargo, el Gobierno de Rajoy eligió Villar de Cañas. La mano de María Dolores de Cospedal, la número dos del PP y su inspiradora, se veía claramente: colocó el ATC en la comunidad autónoma que ella preside.
No contenta con eso, puso al frente de Enresa a Francisco Gil-Ortega, antiguo alcalde de Ciudad Real y su mano derecha, sin experiencia alguna en el sector nuclear ni que su nombramiento despertara la oposición de importantes sectores. Además, el marido de la Cospedal, Ignacio López del Hierro, quien trabaja en una importante empresa de ingeniería, recibió varios contratos para construir el ATC y su centro asociado. Todo estaba bajo el control de Cospedal. Esta ambiciosa política del PP conseguía llevarse esta instalación a su comunidad autónoma, con el consiguiente aumento de su poder en la zona, y, además, ayudaba a resolver a Rajoy este problema de la industria nuclear.
Las organizaciones ecologistas denuncian las prisas y presiones increibles del Gobierno central para acelerar el proceso de instalación del cementerio de Villar de Cañas(Cuenca) y la falta de rigor y objetividad de ciertos miembros del pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
El ATC tendrá un costo de mil millones de euros. Su riesgo e impacto ambiental podría ser objetivamente menor al de la mayoría de las grandes instalaciones industriales, si las cosas se hubieran hecho sin políticas interesadas, como la del PP. La construcción y gestión del ATC la lleva “Enresa”, empresa pública fundada en 1985, que dispone del “Fondo para la financiación de las actividades del PGRR” destinado a la la gestión de los residuos radiactivos, del combustible gastado y el desmantelamiento de las centrales nucleares.
El ATC debe ser una instalación pasiva, que no tendrá mucho gasto de consumo energético. Hay sitios como Holanda, que está situado en un polígono industrial.
La instalación obviamente debe ser antisísmica y las tierras en que se construye muy estables, pero el lugar donde se va a construir y que el gobierno ya elegió, Villar de Cañas, en Cuenca), es dudoso que reuna esas condiciones. El ATC, en sí, no necesita tener condiciones geológicas muy especiales, lo que ocurre es que eso depende de las características del terreno y de conseguir que su infraestructura esté garantizada. Si no, es un peligro radiactivo.
Y los habitantes de Villar de Cañas se creen que con el ATC les ha tocado la lotería de Navidad (el premio ‘gordo’ de una lotería nuclear manipulada.).
Los residuos nucleares de alta actividad, cuyo aspecto es igual al del combustible nuevo, emiten radiación alfa, beta y gamma, pueden generar calor como consecuencia de la desintegración radiactiva. Además contienen diferentes sustancias que desarrollan su radiactividad independientemente, lo que dificulta el tratamiento de los residuos; por ejemplo, aunque el principal elemento sea el uranio (95% de los residuos), son los productos de fisión del combustible (2% de los residuos) los que mantienen mayor actividad durante los primeros 150-200 años. Entre estos residuos se encuentran también el plutonio 240, que tiene un período de semidesintegración de aproximadamente 6600 años; y el neptunio 237, con un período de 2.130.000 años. Pero hay muchas cosas que los medios no han dicho para que el usuario comprenda mejor el tema, globalmente. Y las vamos a tratar de decir aquí.
Greenpeace, Ecologistas en Acción y la Plataforma lamentan la decisión del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) de aprobar el emplazamiento del Cementerio Nuclear en Villar de Cañas-Cuenca Los ecologistas denuncian que la decisión ha sido adoptada por criterios políticos, en lugar de técnicos.
Francisco Castejón, portavoz antinuclear de Ecologistas en Acción, insiste en que "sería una verdadera temeridad construir el ATC en estos terrenos que son absolutamente inadecuados para una instalación de este tipo, simplemente porque es una zona sísmica.".
El último seísmo de Ossa de Montiel (Albacete), cuyos efectos alcanzaron a Villar de Cañas (Cuenca), convierte en una aberración la elección del emplazamiento del Almacén Temporal Centralizado (ATC) en esa ubicación.
Aunque siempre se ha considerado que La Mancha es una zona no sísmica, se han registrado varios terremotos en estos años que cuestionan esta afirmación del Consejo de Ministros de 2011, por boca de la vicepresidenta Soraya Sáez de Santamería, que negó cualquier peligro por los seismos de 5 años antes, lo que mostró hasta qué punto es difícil hacer predicciones sobre los seísmos, que pueden empezar en zonas lejanas y afectar a una determinada instalación. Además de éste de Ossa de Montiel en Albacete, el 7 de junio de 2006 se produjo un seísmo de grado 4, 1 en Escopete (Guadalajara), a 85 km de Villar de Cañas; en agosto de 2007 se produjo en Pedro Muñoz (Ciudad Real) un terremoto de grado 5, 1, a 53 km de Villar de Cañas; tenemos también el triste recuerdo del terremoto de Lorca (Murcia), en mayo de 2011, que causó la muerte de 9 personas
El terremoto de Ossa de Montiel fue de magnitud de 5, 2 en la escala de Ritcher y su epicentro se situó a 82, 5 km de los terrenos elegidos para el ATC. Los efectos del terremoto se dejaron sentir en Villar de Cañas y su comarca, puesto que produjeron movimientos del terreno e incluso falló la alimentación eléctrica de esta localidad. Si bien Enresa se apresuró a afirmar que la instalación del ATC soportaría terremotos de grado 8 y que por eso no había nada que temer, pero para Ecologistas en Acción, esta afirmación no se sostiene y más si se tiene en cuenta los otros problemas geológicos adicionales de los terrenos elegidos para el ATC.
En efecto, estos terrenos presentan al menos problemas de tres tipos: pueden aparecer dolinas, o grandes oquedades en el subsuelo; están presentes algunos estratos de arcillas expansivas que pueden moverse cuando llueve mucho y se impregnan de agua, generando un desplazamiento en los hipotéticos cimientos del ATC; y el acuífero es muy superficial en la zona, con lo que puede llegar a aflorar en cuanto llueve. Estos tres factores podrían debilitar aún más la resistencia del ATC a los terremotos. Evidentemente, ésta se vería severamente afectada, si, por ejemplo, apareciera una dolina en los cimientos del cementerio nuclear. Por tanto, hay que tener en cuenta la aparición de sinergias negativas entre la actividad sísmica y los problemas intrínsecos del terreno. Además, el CSN ha solicitado, entre otros muchos datos, que se realicen estudios en profundidad sobre el anticlinal de Zafra de Záncara, a unos 10 km del hipotético emplazamiento del ATC.
El pago de 60.000 Euros diarios por los depósitos provisionales en Francia y Gran Bretaña, prohibitivos
Por todo ello, pide el CSN que "se detenga el proceso de construcción del ATC y se abra un debate ciudadano y técnico que permita buscar la forma de gestión menos mala para los residuos de alta radiactividad"
El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha dado por válida la elección del emplazamiento del Almacén Temporal Centralizado (ATC) en Villar de Cañas (Cuenca), a pesar de las dudas técnicas. El Pleno del CSN está integrado por cinco consejeros: dos del PP, dos del PSOE y uno de CiU. Esta importante decisión se ha tomado a pesar de la duda de los terrenos y sin los resultados de unos estudios cruciales que ha de realizar Enresa a partir de septiembre próximo.
La difusión de la nota del área de en la que mostraban dudas sobre la elección del almacén en reunión del pleno del CSN que terminó apoyando la concesión del Almacén Temporal Centralizado (ATC). El pleno fue tenso, según las actas difundidas después.
Votaron a favor cuatro consejeros y solo se opuso la exministra socialista Cristina Narbona. Pero los consejeros no tuvieron a la vista o el acceso oficial a la nota del (CITI) Ciencias de la Tierra (CITI), justamente el área técnica integrada por geólogos. En la nota del CITI ( Ciencias de la Tierra), firmada por el jefe de área y el resto de todos sus integrantes, se afirmaba en que debido a las "características desfavorables" detectadas en los terenos elegidos y a su importancia para la "seguridad operativa" del ATC durante su vida útil, existía "la duda razonable de si es verdad se ha comprobado con rigor “la adecuada proporcionalidad" y lo que se tendrá que hacer para superar esas carencias y "los recursos de todo tipo" que se necesitan para garantizar la estabilidad del silo. Los técnicos no negaban que se pueda o no construir, sino que resaltan el esfuerzo y los gastos que se necesitarán para superar la patente inestabilidad de los terrenos
La dirección del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) no trasladó a los cinco miembros del pleno de este órgano la "nota informativa" del área de geólogos de la institución que apuntaba a las "características desfavorables" del lugar elegido para el silo de residuos radiactivos. Los técnicos dudaban de que se hubiera valorado bien el coste que tendrá superar esas dificultades, pero creyó que no tenía "trascendencia técnica" y por eso no la mandó a todos los consejeros. Eso es lo que dijo.
Sin embargo, pese a esas dudas, el Consejo de Seguridad autorizó el cementerio nuclear y Narbona y otros muchos científicos independientes rechazaron que se autorice el silo sin disipar antes “las incertidumbres” y
La Junta de Castilla-La Mancha declaró la guerra al cementerio nuclear.
La Asociación Profesional de Técnicos en Seguridad Nuclear y Protección Radiológica ha presentado un escrito ante el CSN en el que considera que impedir el conocimiento de aquella nota informativa sobre "características desfavorables" del lugar elegido para el silo de residuos radiactivos va contra la cultura de la seguridad que deben presidir las decisiones de los organismos reguladores nucleares".
La decisión ha despertado el malestar de los geólogos del CSN, muy molestos por las prisas del presidente Rajoy en el proceso y porque en el CSN, órgano de gobierno, priman los intereses políticos sobre el principio de seguridad. El informe favorable, aprobado llevaría una amplísima relación de condicionados, fruto del compromiso entre los criterios técnicos y las presiones del ejecutivo.
La Plataforma, Greenpeace y Ecologistas en Acción consideran que la decisión del CSN debería tener el respaldo técnico suficiente, ya que la trayectoria de los consejeros pone en duda sus conocimientos sobre seguridad nuclear y los criterios para aprobar dicho informe. Pero su aprobación, con dudas enormes sobre la seguridad de un almacén sin garantías respecto a los terrenos elegidos. Además, en caso de que hubiera algún problema importante con el ATC, se podrían derivar responsabilidades jurídicas de los consejeros.
En una nota de prensa del Consejo de Seguridad Nuclear, su presidente, Fernando Marti (PP), cargó contra Narbona, lamentando la publicación del voto particular negativo y otras acusaciones. La cara del PP adquiere dimensiones patológicas.
Para las organizaciones ecologistas, el Consejo de Seguridad Nuclear no tiene prisa en atajar los riesgos de las instalaciones nucleares que ya existen y si la tiene para que se adjudiquen la obras de las que todavía no existen. El CSN muestra de nuevo que no es coherente, por una parte no tiene ninguna prisa para desmantelar una central nuclear como Garoña, y por cierto se siguen pagando los 60.000 euros al Reino Unido, por guardar una parte de sus residuos, y por otra apremian a los técnicos para emitir informes incompletos sobre la evaluación de riesgos radiológicos o para que avalen el emplazamiento de un cementerio nuclear sin tener todos los informes preliminares pedidos por ellos mismos.
Si no se hace el ATC en España se produciría “un incremento muy importante” en la factura de la luz hasta un 30%, según Soria
El Ministro de Industria ha acudido al rescate de su jefe Rajoy amenazando a todos los españoles con una subida en la factura de la luz. En declaraciones a Europa Press, Soria llegó a cifrar ese incremento hasta en un 30% . Facua cree que el ministro “cae en el ridículo” al realizar una “exageración extrema” y presentar la hipótesis “absolutamente improbable” de que la ausencia del ATC paralice la producción de las centrales y eleve un 30% el precio de la electricidad.
Jorge Fabra, economista y expresidente de Red Eléctrica de España, también refuta las previsiones del ministro Soria. “Si se disminuye la producción de las nucleares se podría cubrir con las de ciclo combinado y el precio sería el mismo”, afirma el actual presidente del grupo de expertos Economistas Frente a la Crisis.
Fabra ha explicado que el precio de la generación de la electricidad ahora mismo se fija, precisamente, en función de los ciclos combinados, “que en muchos casos están en situación de parada”. Este economista considera que las palabras de Soria son “ afirmaciones muy graves”. En su opinión, se podría interpretar que el ministro está chantajeando a la sociedad con que “el apoyo individual al ATC es obligatorio”, con un argumento infantil, muy propio de su perfil de halcón.
La producción eléctrica nuclear que hay en España, es un 20% del total, y podríamos prescindir de la energía nuclear, gracias a las renovables que están aportando el 30-35% de la electricidad en los últimos años. España puede disponer de un sistema eléctrico 100% renovable en las próximas décadas, si existe voluntad política del gobierno del PP para ello.
Según un reciente informe de la Agencia Internacional de la Energía, la factura de la luz en España creció de media un 65% entre 2008 y 2014, al margen del conflicto con el ATC. El inicio de un proceso participativo de protección, supone una oportunidad para sus habitantes en la línea del desarrollo sostenible.
El transporte de residuos desde las centrales al Almacén Temporal Centralizado sí genera un peligro importante
Aunque se realizan en el interior de unos grandes cilindros de metal extremadamente resistentes,
cada día miles de contenedores de materiales radiactivos de todo tipo se transportan a través de rutas internacionales y nacionales y estan llenas de peligros en ese viaje, hasta el punto que hubo un medio que los “los convoyes de la muerte“. Las remesas radiactivas, las cuales pueden transportadas por carretera, ferrocarril, mar y aire, pueden abarcar desde detectores de humo y fuentes de cobalto para usos médicos, hasta materiales del ciclo de combustible nuclear para la generación de electricidad.
Todo hace que muchos ciudadanos de a pie consideren que las centrales nucleares sobran en España y que hay que echar mano a las energías alternativas.Si triunfa la mayoría Villar de Cañas puede ser la tumba de España nuclear
Al no poder terminar con los problemas y peligros que plantea el Cementerio de Residuos, el ATC de Villar de Cañas y sus implicaciones, Diásporaweb publicará otro reportaje sobre el tema en próximas ediciones
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