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El Centro Histórico de la bahía más linda de América se ha convertido en el 'hotel cinco estrellas' de los llamados habitantes de la calle que en los últimos meses su número ha aumentado dejando pocos 'cupos' libres en los principales sitios turísticos ubicados en la zona.
Y es que esta población, abandonada y sin dolientes, se han organizado entre ellos mismos, tanto es así que en algunos sitios cada quien sabe cuál es su 'dormitorio público' y ninguno invade los sitios que no le corresponde.
Las bancas de los parques, los escalones para ingresar a las iglesias, los asientos ubicados en el camellón de la bahía, son algunos de los puntos con mayor presencia de habitantes de calle, quienes se deambulan por el sector a cualquier hora del día.
La percepción de inseguridad que genera esta población es la principal queja de las personas que tienen diferentes establecimientos comerciales en el Centro de la ciudad; puesto que las visitas a los mismos se han ido reduciendo con el pasar de los años.
LOS AFECTADOS
Propietarios y administradores de negocios, restaurantes, cafeterías e incluso, vendedores ambulantes, aseguran que solo la presencia de estas personas en algunos sitios hace que muchos ciudadanos se abstengan de visitarlos.
Se han presentado casos en los que los clientes se encuentran consumiendo alimentos y los habitantes de la calle se ubican junto a estas personas de manera arbitraria prácticamente obligándolos a que dejen de comer para dárselas a ellos.
Y así como esto sucede en los restaurantes, también se registran en las tiendas, generando conflictos entre los vendedores y los indigentes, en su afán de hacerlos salir del local.
La falta de clientes ha provocado pérdidas a los comerciantes quienes aseguran que ya no es tan rentable muy a pesar de estar ubicados en zonas estratégicas como lo es el centro de la ciudad.
CALLES SUCIAS
Además de estos problemas también se suma el mal aspecto que le dejan a la ciudad, puesto que sin ninguna precaución estas personas comen en las calles y dejan los desechos en cualquier lugar
Los habitantes de la calle hacen sus necesidades fisiológicas sin pensar en la mala imagen que esto genera ante los visitantes y las molestias que causa para los propietarios de las viviendas donde practican estas conductas.
Estas personas son rechazadas por parte de los vendedores ambulantes del sector, como de los mismos representantes del gremio ante los efectos que esto puede traer con la presencia de turistas en las playas de la ciudad.
INFUNDEN MIEDO
En varias ocasiones, cuando les hace cualquier reclamo, toman conductas agresivas lo que representa un peligro para la comunidad, quienes prefieren no circular cerca a ellos por temor a ser atacados.
También hay que mencionar que son muy comunes los enfrentamientos entre esta población, donde utilizan cuchillos, navajas, botellas y otras armas, que muchas veces han dejado pérdidas lamentables.
POLITICA SOCIAL
Solo hasta mediados de la presente semana, la administración distrital aprobó la política pública para reconocer y garantizar los derechos de los habitantes de situación de calle. La política pública de habitante de calle tiene como estrategia orientar mecanismos institucionales para esta población, en acciones concretas para niños, niñas y jóvenes en alto grado de vulnerabilidad según las Leyes 1098 de 2006 y 1641 de 2013.
La comunidad samaria espera que dentro de poco se empiecen a aplicar las estrategias diseñadas para atender a esta población, bien sea con la instalación de un albergue o jornadas de atención integral que permitan disminuir la presencia de habitantes de calle en este Distrito turístico.
Fuente HOY DIARIO MAGDALENA