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Chávez nuestro

02/09/2015 01:50 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Hace un año en Venezuela y recientemente en Ecuador, Hugo Chávez y Rafael Correa fueron comparados con Jesucristo. ¿La bonanza petrolera produjo una ficción que creó dioses populistas desvelados con la actual crisis?

Al principio creí que era una broma. Luego lo confirmé.  En Venezuela, los chavistas ponen a su ex presidente al mismo nivel de Dios. Sí, no es una mentira. Hace casi un año crearon una oración, que imita el Padre Nuestro católico, para orarle a Hugo Chávez el principal de su revolución bolivariana. Enloquecieron (ver noticia)  

Pero en Ecuador no estamos inmunes. María de los Ángeles Duarte, actual ministra de la cartera de obras públicas, comparó a Jesucristo con el presidente Rafael Correa sin sonrojarse. Es la victoriosa contemplación del mesías político en un populista corriente. Es la desaparición de los militantes y la emergencia de la devoción. Esto demuestra que los procesos venezolano y ecuatoriano son huérfanos de liderazgos serios y esta ausencia afecta la psique de sus devotos. (ver video)

Es lamentable. La manifestación de adoración a estos líderes raya en lo ridículo en países con profundas crisis, y economías que se caen a pedazos. Da la sensación que en ausencia de gobiernos que reorganicen la institucionalidad, reparen la economía, redistribuyan la riqueza petrolera, saneen las cuentas públicas, transparenten los gastos, y desinfecten la burocracia de los elementos indeseables, la solución es endiosar a personajes que tienen una enorme deuda con la historia.

Creo que este es el saldo de los populismos venezolano y ecuatoriano. En vida, Chávez se encargó de diluir las fronteras entre su personalidad y el pueblo. Se decía así mismo la reencarnación del pueblo. Entonces eliminó todas las barreras institucionales entre él mismo y los sectores populares. Los partidos políticos se debilitaron y aparecieron los consejos comunales que son como pequeños municipios dentro de los municipios. Esto le pasó factura a las organizaciones representativas locales y se creó una clientela de ciudadanos que disponían de recursos públicos sin ninguna legitimidad y sin que nadie haya votado por ellos en elecciones universales.

Ecuador va por el mismo camino con el correísmo. El mismo presidente Correa varias veces ha confesado ser la encarnación del pueblo. En el mensaje a la nación del 24 de agosto de 2014 confesó: “Mi vida ya no me pertenece, le pertenece al pueblo, a la patria” (leer artículo).

Ambos presidentes dilapidaron el gasto público en obras de infraestructura sin ningún control de las instancias estatales de auditoria del gasto público. Pero eso no representa ningún problema en Venezuela porque tiene reservas de petróleo para los próximos 200 años. Sí, lo leyó bien, para los próximos 2 siglos.

Ecuador está en serios problemas. Las reservas son inferiores que en Venezuela y depende más de la cotización internacional. El gobierno del presidente Correa dispuso de un barril de crudo que superó los 120 dólares desde el año 2012 (ver noticia), luego el precio internacional del crudo cayó de 100 dólares a menos de 50 dólares desde septiembre de 2014, y en mayo de 2015 se estabilizó en los 60 dólares (ver noticia). Sin embargo, en junio de 2015 cayó nuevamente a 55, 78 y en julio a 44, 5 dólares el barril (ver noticia).

¿Santificaremos a estos populistas, “amén” de sus intenciones? No, gracias

Hoy la situación es todavía más crítica. El presidente Correa ha confesado que extraer cada barril de petróleo le cuesta al país alrededor de 39 dólares, mientras que se lo vende a 30 dólares (ver noticia), dejando una pérdida de 9 dólares por barril a un país que produce aproximadamente 530 mil barriles de petróleo diarios y una perdida de 5 millones de dólares al día, lo que significa que la pérdida asciende a 1.700 millones de dólares anuales.

Luego, el presidente Correa intentó corregir el dato asegurando que los 39 dólares es el “punto de equilibrio” del precio en el mercado, dando a entender que lo pagado por nuestro petróleo en los mercados internacionales podría estar por debajo de esa cifra (ver noticia)  

De los 220 mil millones de dólares que dispuso este gobierno durante estos casi 9 años de gobierno, aproximadamente 63 mil millones han sido destinados en gasto corriente durante el régimen correísta (ver noticia). Esta cifra, sumada a los 74 mil millones de dólares en subsidios a los más ricos reflejan la cantidad de 110 mil millones de dólares que representan la mitad del presupuesto del régimen durante todo su gobierno, lo que significa que la otra mitad restante es lo dispuso el presidente Rafael Correa para estrechar la brecha entre los pobres y los ricos e invertir en hidroeléctricas y refinerías, y para construir carreteras, escuelas y hospitales.

Estas cifras demuestran de cada 10 dólares que ha ingresado en las arcas del gobierno, 5 son destinadas a proteger los privilegios de los más acomodados y a crear una clase media inorgánica, burocrática y dependiente del estado. La otra mitad del presupuesto, los 5 dólares destinados a la inversión en infraestructura, a pagar la deuda social, a palear la pobreza y a financiar la pequeña empresa e incentivar la pequeña industria agropecuaria con una reforma de tierras todavía en deuda.

Si la mitad de los recursos públicos están destinados a mantener a ricos y a burócratas, y la otra mitad al desarrollo social ¿este es un gobierno realmente de izquierda? O ¿será que estos recursos se destinan a mantener a una clientela útil en tiempos de elecciones? Estos son los costos del populismo clientelar en Ecuador.

El problema en ambos países es que el dispendio de los altos ingresos en los años de bonanza petrolera no ha estrechado la brecha entre pobres y ricos, no ha creado oportunidades, ni ha creado empleo. Todo lo contrario, creó una burocracia anquilosada en el poder y, en Venezuela, un poder económico enemigo del régimen. En lugar de cooperar para crear mejores condiciones de vida, los nuevos ricos protegidos por el gobierno y los antiguos ricos que engrosan las filas de la derecha venezolana están permanentemente disputándose el mismo espacio de poder. Y mientras tanto, en las calles, la gente se muere de hambre y la clase media no puede comprar un rollo de papel higiénico ni una aspirina. Las tiendas están desabastecidas de todo. En Ecuador ¿caminamos en esa dirección?

Chávez también se encargó de crear la imagen del mesías. Otra característica del populismo, junto al dispendio y la eliminación de la institucionalidad. En un país enormemente fragmentado y polarizado, lo peor que puede pasar es que un caudillo llegue a fragmentar y polarizar aún más a la sociedad entera. Lo peor es que lo hizo desde una perspectiva donde él es un libertador como Bolívar y un cristo como Jesús, listo para librar una lucha épica contra el mal y preparado para ser crucificado por los pecados de la oligarquía. El saldo es un “Chávez nuestro que estas en los cielos…” ¿Santificaremos a estos populistas, “amén” de sus intenciones? No, gracias.  

Es la victoriosa contemplación del mesías político en un populista corriente. Es la desaparición de los militantes y la emergencia de la devoción

@ghidalgoandrade  

 

* Este trabajo fue publicado previamente como “Chávez nuestro” en el Diario La Hora (2014-09-14). 

 


Sobre esta noticia

Autor:
Gabriel Hidalgo Andrade (382 noticias)
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Tipo:
Opinión
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