El gobierno de Chile decidió levantar este lunes el estado de emergencia en Valparaíso (a unos 120 km al oeste de Santiago), tres días después de que un gigantesco incendio forestal se cobró una vida y arrasó unas 600 hectáreas.

La decisión se tomó luego de que el siniestro se mantuviera en las últimas horas restringido a un área alejada de sectores poblados, confirmó a la AFP un portavoz de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi).

El estado de emergencia fue decretado la tarde del viernes, cuando estalló el gigantesco incendio en la misma zona donde en 2014 otro siniestro mató a 15 personas y destruyó 3.000 viviendas, obligando al Ejército a hacerse cargo de la seguridad de la ciudad.

Este nuevo incendio se cobró la vida de una mujer de 67 años que murió a causa de un ataque cardiáco, dejando además unos 30 heridos, en su mayoría bomberos, y apenas una vivienda destruida.

El gobierno chileno anunció el domingo una demanda judicial al estimar que el incendio tuvo un carácter intencional.

La acusación apunta a los dueños del vertedero de basura ubicado en una zona de difícil acceso, donde habrían fundido metales lo cual habría provocado el fuego el viernes por la tarde.

El fuego consumió unas 572 hectáreas de eucaliptos, arbolado natural, pastizal y matorrales, de acuerdo al último reporte oficial

El siniestro volvió a dejar en evidencia la fragilidad del pintoresco puerto de Valparaíso, visitado cada año por miles de turistas que admiran las coloridas viviendas que se levantan en sus cerca de 40 cerros.

Conocida como "la Joya del Pacífico" y con un casco histórico declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Valparaíso esconde igualmente altas tasas de pobreza y precariedad en su urbanización.