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Cientos de personas asistieron este martes en Copenhague al entierro del cineasta Finn Nørrgaard, la primera víctima de los atentados del 14 y 15 de febrero en la capital danesa.
Alrededor de las 12H00 GMT, el ataúd de madera blanca salió de la iglesia de Grundtvig, seguido de los familiares y amigos de este cineasta, de 55 años, fallecido el 14 de febrero en un ataque contra un centro cultural donde se celebraba un debate sobre la libertad de expresión.
Muchos de los hombres que acudieron a la iglesia, un edificio de estilo expresionista en el noroeste de Copenhague, llevaban puesta una pajarita, que tanto gustaban a Nørrgaard.
Después, caminaron lentamente unos 200 metros detrás del coche fúnebre, que se dirigió al cementerio acompañado por un centenar de amigos y familiares. La jefa de gobierno danesa, Helle Thorning-Schmidt, representantes de la comunidad musulmana y de la judía participaron en la procesión, vigilada de cerca por unos cuarenta policías.
Según la policía, había 750 personas.
Finn Nørrgaard falleció al ser alcanzado en el tórax por una de las 28 balas disparadas durante el ataque. En el lugar se halló el ADN del presunto asesino, Omar El Husein, un danés de 22 años de origen palestino. Según varios testigos, citados por los medios de comunicación daneses, el cineasta fue abatido cuando intentaba desarmar al atacante. "No sabemos lo que le pasó por la cabeza a Finn en esa situación, pero estamos seguros de que no se preocupó por su seguridad, sino por la de los demás", escribieron sus hermanas en una carta abierta publicada en la prensa danesa. También resultaron heridos tres policías en el ataque.
El cineasta, especializado en documentales, estaba muy interesado en la problemática de la integración. Sus familiares crearon una fundación para apoyar "proyectos e iniciativas en favor de los niños y jóvenes desfavorecidos", informaron en su página web, finn-nørgaard.dk.
En el centro cultural también se encontraba el caricaturista sueco Lars Vilks, autor de unos polémicos dibujos sobre el profeta Mahoma.
Después del ataque, el presunto asesino abrió fuego contra una sinagoga del centro de Copenhague y mató a un hombre que la vigilaba, Dan Uzan, un judío de 37 años que fue enterrado el miércoles.
El Hussein murió en un tiroteo con la policía.