No habían transcurrido muchas horas desde que el presidente, Álvaro Uribe, afirmó que el país tenía un equipo de congresistas ejemplares y dignos de todo encomio, cuando destaparon la otra olla podrida que acerca mucho más a la verdad de la reelección presidencial. Los que recibieron, (cohecho), no fueron dos o tres. Resulta que son más de setenta parlamentarios uribistas que recibieron “notarias” como pago por su voto positivo. La afirmación la hizo ante la Corte Suprema de Justicia quien para entonces ejercía como Superintendente de Notaria y Registro y a quien le correspondió ejecutar la orden superior de “feriar” de las instituciones oficiales entre los congresista consignados en una lista que se le entregó. Es simplemente un nuevo episodio que deja a las claras la deshonestidad que siempre rodean algunos actos que disfrazan de “patrióticos” y de “altos intereses de la nación”.

El presidente sostuvo que no hubo pagos en “burocracia ni auxilios parlamentarios” para que el congreso le aprobara de manera industrial y a las carreras, sin análisis ni debate lo que él quería para satisfacer sus intereses politiqueros y personales. Se trata de normas, algunas muy oscuras, que el mandatario busca hacernos creer son indispensables para la buena marcha de la nación. Como se trata de los mismos parlamentarias uribistas que aprobaron la reelección con un costo de 73 notarias, tenemos el convencimiento que necesariamente hubo un pago. Las mayorías del congreso, los que hacen la montonera uribestia para pasar por encima de la honorabilidad y las normas legales, son gentes que no dan puntada sin dedal. Si cobraran auxilios parlamentarios para construir una carretera o una carretera de algo se beneficiaria Colombia, pero son recursos para echarse al bolsillo como ya está claro en el episodio de Yidis y Teodolindo.

El escándalo de la Yidispolítica se ampliará y será la conducta dudosa y delictiva de los congresistas que conforman la mayoría interesada, prevaricadora y uribestia la que contribuirá al desprestigio del congreso nacional. Los magistrados tienen la obligación moral y legal de investigar, de ahí no se pueden salir para proteger a nadie y menos si su actividad gira en torno al gobierno. El cumplimiento de sus obligaciones constitucionales y éticas del los magistrados que juzgan a los congresistas sindicados, no tiene porque ser factor de deterioro del congreso. El disminución lo han introducido ellos, el presidente y algunos ministros. ¿Cuanto le habrá costado a los colombianos toda esa tragicomedia de la reelección presidencial por segunda vez? Nada de eso es amor a la patria.

En Colombia existen muchos notarios que compraron el puesto por altas sumas de dinero, un negocio turbio y sucio gracias al que fue posible reelegir a Uribe

Todavía resuenan las declaraciones de algunos congresistas que “recibieron notarias como paga por su voto”, en las que decía que este país se iba al acabose, no era factible, si no reelegían a Uribe. Tamaño engaño y mentira descarada. Fue la época en que las notarias en Colombia adquirieron, siendo organismos oficiales, precios elevadísimos en la compraventa que surgió entre congresistas y algunos abogados. Eventos de deshonestidad e inmoralidad nunca antes visto en el país en forma masiva como esta. “Hoy existen muchos notarios deshonestos, de aquellos que compraron las notarias como empresa industrial y comercial de pro vida a los congresistas que votaron la reelección”, conceptuaron personas que ven horrorizadas como se “putió” el Notariado y Registro en el país. ¿Creer que los notarios son según la ley y la constitución las personas que como funcionarios dan fe de los actos públicos.

¿Es todo este devenir, lo que el presidente, Álvaro Uribe, sus ministros y congresistas llama manejo pulcro de la cosa oficial? ¿Debemos aplaudir? El que si merece un agradecimiento, así sus actuaciones hayan sido un poco tardías, es el ex Superintendente de Notariado y Registro. Al abrir la boca y contar la verdad de las notarias dadas en pago, por el voto positivo de más de 70 congresistas deshonestos para alcanzar la reelección, está actuando en bien de los “grandes intereses de la Patria”. A este señor si hay que darle un “muchas gracias por su gesto de amor a Colombia”. El silencio de los delincuentes no le hace bien a Colombia, por el contrario la corrompe más. Lamentable que el Procurador no haya encontrado responsabilidad entre los ministros y funcionarios que ofrecieron y entregaron la paga a los congresistas deshonestos por la reelección de Álvaro Uribe.

¿Será que al conocerse este nuevo capítulo de la deshonestidad política de Colombia, el Procurador estará mirando para otro lado? ¿No encontrará en ese basurero un a prueba contra los honestísimos ministros que entregaron gabelas y cometieron cohecho? Poco a poco se camina lejos. De las carreras no queda sino el cansancio. Ya sabemos que son más de 70 congresistas sucios en la Yidispolitica. ¿Nos tenemos que seguir aguantando ese fuetazo en el rostro. ¿Por eso será que el procurador quiere que las investigaciones las hagan en la Fiscalía y la Corte Suprema de Justicia a las carreras? ¡No más engañar a los colombianos, señor presidente! Tenga una micra de honestidad y vaya con la verdad y el respeto por el pueblo colombiano. No trate de meternos por los ojos, como gente honesta, a los congresistas uribestias que no son más que vulgares delincuentes con fuero. Como siempre: ¿No sabía lo que estaba pasando en su gobierno?

El congreso uribista se hunde cada día más hondo en sus poquerías y actos de deshonestidad e inmoralidad