En la década de los 80 y 90 muchas personas emigraban a la isla del encanto por las bravas aguas del mar caribe desde la República Dominicana, para esas personas las yolas eran una esperanza de cambiar su futuro económico y los hermanos de Borinquen siempre han sido muy receptivos . 

Desde mediados de los 90 se escucha y lee en los medios de comunicación que la economía de los Quisqueyanos venía en crecimiento, sin embargo el sangrado migratorio continúa sin detenerse, los barcos de tablas siguen siendo una empresa muy lucrativa en la ruta del triángulo de las bermudas.

 Antes de la pandemia el olfato de los medios no expresaba tanto olor a muertos ahogados en la ruta del caribe, pero en los últimos años se acelera la noticia del movimiento migratorio desde el este de República Dominicana.

Los Dominicanos y puertorriqueños son hermanos diferentes

En las diferentes regiones de la tierra de Duarte en este momento contemporáneo se escuchan a muchos jóvenes decir que quieren ir a México, en realidad el blanco vuelve a ser llevar a la tierra de los sueños, ahora el mapa de puerto Rico está callendo al olvido por los Dominicanos, pues el encanto de la isla se disminuye por el manto de la pobreza.

Los Estados deben ser más sinceros y los políticos y economistas encender las luces al pueblo, pues existe mucha contrariedad entre los discursos de progreso de los encantadores presidentes y los caminantes de a pie en nuestro terruño del caribe.