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Miembros de la ONG brasileña "Río de Paz" marcharon el domingo por la playa de Copacabana antes de enterrar simbólicamente en la arena un féretro blanco, en una muestra de solidaridad con la familia de un niño muerto en una favela, constató la AFP.
Eduardo de Jesus Ferreira, de apenas 10 años, murió tras recibir un balazo en una favela de Río de Janeiro (sureste de Brasil) durante un tiroteo entre la policía y traficantes de droga, según la policía. Sin embargo, la familia de Eduardo afirma que el niño fue abatido por un policía.
Cada uno de los cerca de veinte activistas, todos vestidos de negro, llevaban pancartas con los nombre de los 18 niños víctimas de balas perdidas durante enfrentamientos entre policías y narcotraficantes en las favelas entre 2007 y 2015, según cifras de organizaciones no gubernamentales.
A ellos se sumaron docenas de residentes de esta zona turística del sur de Río, según periodistas de AFP presentes.
El fundador de la ONG, Antonio Carlos Costa, dijo a la AFP que el propósito de la manifestación fue "despertar" a la población de Río para que luchen contra la principal causa de estas muertes violentas: el abismo entre ricos y pobres.
"¿Qué respuesta dará la ciudad de Río de Janeiro, que será sede de los Juegos Olímpicos de 2016, a la muerte de un niño pobre, víctima de balas perdidas? ¿Cómo podemos esperar la pacificación de una ciudad tan desigual?", se interrogó Costa.
Cuatro personas, entre ellas el pequeño Eduardo, murieron por disparos, y otras tres resultaron heridas en Río entre el miércoles y el jueves.
La muerte del niño provocó una manifestación el viernes en el complejo de favelas de Alemano, donde falleció, pero fue reprimida con gases lacrimógenos por la policía. Otra manifestación tuvo lugar el sábado, esta vez en calma.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, expresó en un comunicado su "solidaridad" con los padres de Eduardo, y pidió que "se aclaren las circunstancias de esta muerte y que los responsables seas juzgados y castigados".
Los padres del menor viajaron el domingo a su región natal, Piauí (noreste), en donde el niño será enterrado. Los gastos de su entierro fueron pagados por el gobierno del estado de Río.