Pero esto no habría sucedido de tener el sillón salvapiernas, ya que podríamos haber estado el rato que hubiésemos querido sin haber perdido la sensibilidad en una pierna y la dignidad en la caída.
Es un sillón para dos personas sentadas a diferente nivel, una versión actualizada del clásico confidente, pero con las dos personas mirando en la misma dirección, lo que es muy práctico para ver la tele un vez pasada la pasión inicial.
También puede ser muy útil para reyes magos del Corte Inglés, Papá Noël del Carrefour o similares, todo el día haciéndose fotos con los niños. Ya que vas a acabar con la retinas achicharradas por los flashes, por los menos que tengas las piernas descansadas.
Visto en: No Puedo Creer