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El pasado domingo los venezolanos se dieron cita en las urnas, esta vez el “comandante” Chávez no estaba para arrasar con sus discursos y locuciones al pueblo.
El pasado domingo los venezolanos se dieron cita en las urnas, esta vez el “comandante” Chávez no estaba para arrasar con sus discursos y locuciones al pueblo, pues su período político y vital culminó en un difícil momento para el país latinoamericano, pues las consecuencias de su política y administración (desabastecimiento, inflación, desempleo, inseguridad y devaluación de la moneda) empiezan a aflojar en un contexto político en donde los ciudadanos están divididos.
Chávez dejó como representante de sus ideales y propuestas a Nicolás Maduro, frente a Henrique Capriles, un opositor que cambio de discurso y estrategia para acaparar la atención de todos los indecisos, con propuestas basadas en la realidad social, política y económica de las que están siendo víctimas muchos en Venezuela.
La Comisión Nacional Electoral (CNE), dio a conocer un resultado que no convenció a muchos. Por un lado Nicolás Maduro obtuvo una votación que representa un 50, 66% (7.505.338 votos), frente a un 49, 07% (7.270.403 votos) de Capriles, en una jornada electoral viciada de informaciones, intimidaciones y acompañamientos no legales en las urnas.
Maduro cumplió su promesa frente a Chávez, como él mismo lo indicó "Misión cumplida, comandante Chávez" , no obstante si su elección es reconocida no sólo por la oposición, sino por el pueblo y las fuerzas militares, tendrá que actuar con ayuda de la fuerza divina, que él dice recibir del cielo, pues el panorama venezolano es incierto, complicado y está a punto de colapsar.
El socialismo del siglo XXI, como se suele definir la política venezolana, está cruzando por un período de escases, inseguridad y falta de representatividad, pues así se evidenció en los resultados de las elecciones; el pueblo está dividido y a pesar de que allí se garantizan derechos fundamentales como la salud, la vivienda y la educación, existen otros factores necesarios para mantener el respaldo de los ciudadanos, la gestión optima de los recursos y las relaciones internacionales.
Es un escenario con muchos matices y sólo corresponde a los venezolanos, luchar por un futuro construido en todos y para todos
En el proceso que sigue, si es legamente constituido como Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no debería continuar la gestión y gobernabilidad de su antecesor, pues ya se evidencia a nivel internacional y especialmente en su propio país, las consecuencias de políticas Chavistas que perjudicaron al pueblo, su principal preocupación en cuanto a las decisiones.
No obstante, y a pesar de considerar este escenario político, social y económico de Venezuela, es necesario enfrentar dos posiciones que no convencen a raíz de los resultados de la jornada electoral, especialmente por la poca diferencia que se obtuvo.
Por un lado Maduro augura continuar con las limitaciones de libertades y con el estancamiento de la industria, que ha futuro dará como resultado más pobreza y desabastecimiento, sin embargo no dependería del norte.
Por otro lado si Capriles, el pueblo y las fuerzas militares lograran el poder, este país se abriría sin experiencia a una política internacional gobernaba por Estados Unidos, en donde también se limitan ciertos derechos y se intervienen de manera desmedida en la autonomía de un país del tercer mundo, como probablemente se podría catalogar al no continuar en su poder, el mercado del petróleo.
Es un escenario con muchos matices, apoyos y rechazos, no obstante, sólo corresponde a los venezolanos (si aún hay oportunidad), luchar por un futuro construido en todos y para todos, y estás denominaciones no entrarían en la mente de los candidatos que ahora están discutiendo.