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La crisis económica es un pálido reflejo de la situación latinoamericana
Además de la crisis económica con todas sus implicaciones los países latinoamericanos están sufriendo las consecuencias de la “polarización política” de sus pobladores. Períodos de tiempo en los cuales las ideas condenaban a las gentes han vuelto a estar de moda. Muerte, persecución y en algunos casos destierro deben soportar quienes no están de acuerdo con la dirección dada por los que gobiernan patrias. Odios basados en intereses particulares, la “mediocridad” y la “mentira” han hecho reverdecer viejas disputas entre las gentes del común. Colores malentendidos, odios infundados y manipulaciones bien ejercidas que hicieron estallar guerras fratricidas que llenaron de sangre, muerte y destrucción las insipientes ciudades en el pasado han vuelto a ser tenidas en cuenta. Las poblaciones crecieron exponencialmente, las ciudades extendieron sus dominios y las viejas prácticas políticas pasaron al olvido. Pero, intereses de poder, egoístas y mezquinos y las pusieron en práctica llegando a ser “indispensables” para el manejo de los países.
Hoy cuando las grandes urbes abren sus puertas a propios y a extraños, cuando unas milésimas de segundo son más que necesarias para transmitir el pensamiento, cuando los adelantos tecnológicos están a la orden del día se han impuesto prácticas extractadas de cerebros arcaicos, malévolos y egoístas. La inversión de valores ha hecho carrera en la alta dirigencia en estas naciones: lo bueno es ahora malo y lo malo lo revalúan manipulando (a través de incentivos económicos) a los encargados del manejo de la información. Las transformaciones hechas a personajes antes siniestros, son tan efectivas que los llevan a gobernar países. El poder lo han asumido como el “objeto” necesario para desarticular procesos su contra, para aplastar a quienes creen que son sus enemigos o simplemente para añadir mas “cualidades” a sus hojas de vida. Cuando llegan al poder se olvidan del verdadero fin para el cual fueron electos: el servicio “desinteresado” al país.
Dineros manchados, negociaciones clandestinas y propuestas indecentes llenan las campañas
Partidos políticos fundados a la ligera ostentan poderes inimaginables. Líderes políticos encarcelados, gobiernos fraudulentos y escandalosas actuaciones no son razones suficientes tan siquiera para sonrojarse. Errores constantes, malos manejos y amistades peligrosas son las “cualidades indispensables” que deben tener quienes aspiren a ocupar cargos en las más altas esferas. Dineros manchados, negociaciones clandestinas y propuestas indecentes llenan las campañas de quienes pretenden ocupar los primeros cargos en estos países. “El fin justifica los medios” es el lema. Buscan afanosamente apoyo para sus campañas, cierran los ojos y pasan saliva cuando van arriba en las encuestas. Presentan oídos sordos a todo cuanto no sea a favor de su objetivo: llegar al poder. Pasados algunos meses llegan los problemas, los dolores de cabeza y que se disimulan con las rabietas sobredimensionadas. Aferrados a sus “encargos” permanecen quienes logran esconder sus actuaciones. Otros con menos suerte son encarcelados en sus mansiones. Los demás son los chivos expiatorios para lavar culpas.
Por eso la crisis (claro siendo concientes de situación) es tan solo un ingrediente más en la larga lista de “vergüenzas” que deben soportar los habitantes de los países en esta parte del mundo. No hay que desconocer las consecuencias de la recesión pero los latinoamericanos están entrenados para resistir cualquier calamidad mundial que se presente.
Odios basados en intereses particulares, la “mediocridad” y la “mentira” han hecho reverdecer viejas disputas