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Un debate más en la inusual contienda electoral que inquieta hoy la voluntad política de los colombianos se vio anoche a través del canal Caracol, y para nosotros, pobres desterrados de la Patria, a través del internet
En primer lugar Gustavo Petro Urrego, candidato de izquierda. Siempre respondió a las preguntas formuladas sin ambigüedades, es sin duda el candidato con mayor claridad mental y capacidad de expresión, además de tener una propuesta seria que responde a los problemas estructurales del país.
Seguidamente Antanas Mockus, un candidato de derecha, con ideas muy claras y capacidad para expresarlas, aunque a veces se le va el tiempo en disquisiciones innecesarias e intentos de ejemplificar lo que dice, actitud poco práctica para respuestas de un minuto que suelen quedar inconclusas. Dejó claro su respeto a la ley y preocupación por la cultura.
En tercer lugar Rafael Pardo Rueda, candidato de la derecha tradicional, al igual que los anteriores, tiene claras sus ideas de país y puede expresarlas sin mayores complicaciones. No obstante le falta fuerza en el discurso, de manera tal que no capta fácilmente la atención de quién lo escucha.
Estos tres candidatos, de lejos, tendrían que ser declarados los ganadores en el debate de ayer, y uno esperaría que entre esos tres se eligiera el próximo Presidente de la República, no obstante, están los otros, los que representan la vieja politiquería del país, los que tienen maquinarias, apellidos y el apoyo de las mafias. No hace falta aclarar que además representan la derecha más recalcitrante y corrupta de Colombia.
El de este domingo fue un debate que, aun sin mayores atractivos, permite construir una idea de los candidatos que tenemos y lo que defienden
Germán Vargas Lleras. Tal vez el único de este grupo que intenta presentar algunas ideas relativamente serias. No obstante se nota en su discurso, y no sólo por el tono áspero de su voz, su espíritu agresivo, belicista y autoritario.
Juan Manuel Santos Calderón. Se expresa de manera tal que evade las preguntas aparentando que no. Es el candidato que mejor representa la vieja dirigencia colombiana, la que ha gobernado siempre, la que ha llevado el país al conflicto armado y social en que estamos sumidos. Demostró que la ley no le importa, o al menos le importa menos que sus intereses, es quien cree que el fin justifica los medios.
Finalmente Noemí Sanín Posada. Sin lugar a dudas la gran perdedora en el debate. Pareciera que no tiene ni idea de lo que dice, siempre se complica para responder, sus frases terminan como si todavía fuera a decir algo, pero cuando busca en su cabeza no hay nada, entonces mejor se queda callada y sonríe nerviosamente.
Así pues, cinco candidatos a la Presidencia de la República expresaron sus propuestas y una trataba de explicar algo que ella misma parece no comprender. Lastimosamente, como es costumbre en Colombia, no hubo tiempo para debatir, no hubo posibilidad de confrontar las ideas y demostrar que hay discursos con grandes falencias e incoherencias. Por lo pronto la política colombiana sigue siendo un concurso de popularidad.
Así pues, cinco candidatos a la Presidencia de la República expresaron sus propuestas y una trataba de explicar algo que ella misma parece no comprender