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El nuevoi gobierno de Colombioa garantizò que no actuará para exterminar la oposición politica. Convivirá como lo hacen en los pueblos civilizados del mundo. De ahora en adelante la oposición será reconocida como parte integral de la democracia
“El (nuevo) Gobierno convocará a un diálogo nacional para concertar políticas sobre tierras, agua y víctimas”. Es un anuncio que sorprende, casi asusta por la calidad y beligerancia sus protagonistas. Acostumbrados que estamos los colombianos a los fieros ataques del presidente Álvaro Uribe y sus ministros contra quienes militan en la “oposición”, un evento de esta naturaleza llama a la sana incredulidad. El nuevo mandatario definitivamente se va a distanciar de la forma de gobernar su antecesor, tendrá muy poco parecido en más del 80%, será demócrata y administrará a Colombia para que todos sus habitantes alcancen servicios y beneficios. Parece que quiere quitarse de encima ciertos rótulos que su estadía en el gobierno actual le impusieron. Busca limpiarse pecados mortales situación que lo obligará a ser totalmente diferente. Ese fenómeno se puede deducir de su comportamiento después que fue declarado triunfador de las elecciones presidenciales. Todo lo que sea democracia y búsqueda de armonía y entendimiento es bueno. El senador, Gustavo Petro, uno de los tres blancos nacionales favoritos de Uribe para sus embestidas furiosas y demoledoras, porque se atrevían a contradecirlo o porque ejercían el control político ordenado por la Constitución Nacional, se reunió protocolariamente con Juan Manuel Santos y le hizo la propuesta de “un diálogo nacional con temas específicos”. No demoró mucho en aceptar la inquietud de la oposición. Uribe hubiese respondido con una andanada de epítetos y le hubiese dicho que, “era un guerrillero, terrorista y enemigo del desarrollo nacional y de la patria”.
Gustavo Petro anunció que el Gobierno electo se comprometió a convocar un diálogo nacional “para concertar políticas sobre tierras, agua y víctimas de la violencia”. Los tres temas que más le fastidiaban a Uribe. “La entrega de tierras a los campesinos, un estatuto para consagrar el agua potable como derecho constitucional y una ley humana y real para las víctimas de la violencia y el desplazamiento, dejadas a su suerte en pueblos y ciudades”. Según precisó Petro, Santos también suscribió el compromiso de mejorar "el clima entre Gobierno y oposición para generar garantías diálogo democrático”. ¡Dios lo ilumine y lo lleve a buen puerto, ya que bastante estamos necesitando los colombianos de este comportamiento democrático y civilizado! Nunca las relaciones oposición gobierno fueron llevadas a un grado tan degradante como lo hizo Uribe. “…yo continúo con mi oposición, pero espero se logre una concertación nacional en esos temas”, fue el argumento de Petro. La propuesta gira a “lograr un acuerdo con los diversos sectores políticos sobre asuntos fundamentales entre ellos, separar las mafias de la tierra que siempre fueron de cultivo y del poder político que enarbola el más alto grado de corrupción y general una política social de la lógica del mercado que sea real y aplicable irradiando beneficios para todos por igual”. Para algunos analistas, la salid de Petro fue audaz pues así probará si la propuesta de Santos de hacer un acuerdo nacional por la unidad era simple retórica burocrática o si de verdad estaba dispuesto a incluir temas que la izquierda democrática ha defendido con ahínco. Petro ha propuesto que el diálogo se haga con organizaciones campesinas, sociales y de derechos humanos en las regiones. Lo que aún no se conoce es en qué términos se dará y como se desarrollarán en hechos.
El Gobierno electo se comprometió a convocar un diálogo nacional “para concertar políticas sobre tierras, agua y víctimas de la violencia”
Santos Acordó instalar tres mesas para discutir los temas planteados.
“Esta es una nueva forma democrática de discrepancia, donde se han encontrando puntos alternativos en común”. Reconocen politólogos reconocidos que Colombia no puede seguir en el estilo político establecido por Uribe de atacar fieramente a quien no piense como él. Se puede discutir y hacer planteamientos sin insultar ni satanizar al contrincante ideológico. “Del choque de ideas, crítica, duda, oposición, contradicción y análisis nace el verdadero y único desarrollo de los pueblos. De no ser así, la humanidad estaría con taparrabos en las cavernas obedeciendo solo al jefe de la tribu como zombis. Otro punto importante ofrecido por Juan Manuel Santos a los sectores que no piensan como él, se `mejorarán las relaciones entre Gobierno Nacional y oposición. “Mejorar, porque no se puede acabar su existencia como quiso el presidente saliente”. Gobierno oposición, es como blanco a negro, alto a bajo, alegre a triste, etc. “Polo hará oposición a Juan Manuel Santos” y eso es sano y muy necesario en nuestra democracia. Polo no renunciará a sus puntos de vista ya que una verdadera unidad nacional debe estar a favor de todos los colombianos y no de los partidos políticos, familias económicas o de unos pocos colombianos”.
“Me parece que la actitud de Gustavo Petro es la de un colombiano que ama a su tierra y a su gente y quiere velar desde cualquiera instancia porque se realicen los ideales en beneficio de todos”, dijo un politólogo santandereano. Su modelo de oposición estará centrado en propuestas y en determinados temas que puedan llegar a un acuerdo con el gobierno entrante. Como es natural en Colombia Petro debe esperar ataques de dentro y fuera de Polo, esa es nuestra idiosincrasia”, leí en un diario europeo. El dialogo nacional de santos tiene la oportunidad de tomar forma real.
Revaluarán el concepto de oposicion, ya no será mas sinónimo de guerrillero, terrorista y enemigo del desarrollo nacional y de la patria”, como creìa Uribe