¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Juan Sebastián Celis Maya escriba una noticia?
Por Julio Roberto Bermúdez
550 expositores presentarán 5.000 animales y ofrecerán los productos y servicios que requiere la agricultura y la ganadería modernas, en 51.000 metros cuadrados que convierten el coliseo de exposiciones en la muestra más representativa del sector rural colombiano.
Esta es la XVIII versión de Agro expo, a la que están invitados 12 países y se esperan 140.000 asistentes entre curiosos y compradores, 250 de ellos invitados internacionales. La boleta de ingreso vale $23.000, los niños pagarán $13.000 y los que quieran ir tres días pueden comprar un bono de $45.000.
Del 14 al 24 de julio los bogotanos, esa inmensa mayoría de desplazados del campo, podrán asomarse a sus recuerdos, incluidos algunos de sus olores y sabores, durante el evento que cada dos años, desde 1993, convoca a los que siguen en el sector y a los que recuerdan ese mundo tan lejano de Bogotá.
Los empresarios y los nostálgicos verán los mejores ejemplares de las razas bovinas presentes en nuestra economía, los caballos de trabajo, mulas y percherones; los de recreación: rejoneo, trocha o galope y los caballos de paso, con algún jinete que toma tinto mientras suenan los cascos sobre la ahuecada pista de madera. Todo esto es posible en esta feria.
En estos diez días (que se espera sean de sol) podrán recorrer los pabellones que exhiben semillas, abonos, ofertas de riego, equipos de maquinaria, servicios bancarios y de asistencia técnica para cultivar o criar en Colombia lo que se cultiva o cría en el mundo, con las mejores tecnologías para hacerlo.
En el anuncio de lo que será el evento de este año hay novedades: el Banco Agrario estará presente aunque no será patrocinador principal del evento, porque se le adelantó Davivienda que quiere ganar espacio en un sector con protagonistas de grandes ligas, empeñados en megaproyectos de tipo plantación.
Los bancos comerciales quieren atender a esos grandes empresarios vinculados a la industria de alimentos, para financiar su incorporación a la economía nacional, en los grandes bloques de tierras agrícolas y ganaderas ociosas o inadecuadamente explotadas que hay en el país.
Colombia es uno de los pocos países en el mundo que cuenta con significativas extensiones, surcadas por caudalosos ríos, que oh ironía, no nos enriquecen sino que nos ahogan. Y, tenemos más horas de luz que en otras latitudes. Eso es lo que atrae a inversionistas externos que llegan con sus capitales y tecnologías a producir alimentos y biocombustibles.