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Novak Djokovic debe olvidar lo más rápido posible su histórica victoria ante Rafael Nadal, el miércoles en cuartos de final, para afrontar la semifinal de Roland Garros, el viernes ante Andy Murray, en lo que se presume como una dura batalla.
A pesar de que celebró con champán haber puesto fin a la racha de seis derrotas ante Nadal en Roland Garros, Djokovic sabe que no debe pensar más allá, ni imaginarse que ya está levantando la Copa de los Mosqueteros.
El número 1 mundial se convirtió en el segundo jugador de la historia en ganar a Nadal en Roland Garros. El español, que ha ganado 70 partidos en París, sólo había conocido la derrota ante el sueco Robin Soderling en 2009.
En un momento de madurez tenística y personal, no parece que el hito ante el español le pueda pasar factura ante Murray.
Sobre la pista, tras ganar en tres sets (7-5, 6-3, 6-1), Djokovic mostró una satisfacción controlada y en sus respuestas en la rueda de prensa se mostró prudente.
- 'Pasar a otra cosa' -
"Soy consciente de que es una gran victoria. Pero habrá que pasar rápido a otra cosa", dijo.
Derrotado en dos ocasiones por Nadal en la final de Roland Garros, Djokovic había convertido el triunfo ante su gran rival en la tierra batida parisina en uno de los retos más importantes de su carrera.
Superada esta barrera, está a dos partidos de conseguir el único Grand Slam que falta en su colección.
El serbio no puede permitirse la mínima relajación si quiere alcanzar la 16ª final de su carrera en los torneos mayores.
Enfrente tendrá a Murray (N.13), que si hacemos caso a su estado de forma puede ser más peligroso que Nadal.
El escocés, que puede convertirse en el primer británico en alcanzar la final de Roland Garros desde que lo consiguiera Bunny Austin en 1937, está imbatido este año en tierra batida, como Djokovic (15 victorias cada uno).
Murray viene de inaugurar su palmarés en polvo de ladrillo, ganando en Múnich y Madrid, derrotando con gran autoridad a Nadal en la final del torneo de la capital española.
Si alcanza el partido por el título, el escocés se convertirá en el décimo jugador en la era Open (desde 1968) en haber jugado al menos una final de los cuatro torneos del Grand Slam.
Para lograrlo, Murray, cada vez más cómodo en la tierra, también tiene una gran barrera a superar. Nunca ha batido a Djokovic en esta superficie, en los cinco partidos en los que se han enfrentado.
- Amigos y rivales desde niños -
Además no ha ganado al serbio en los últimos siete encuentros que han jugado, desde que le derrotara en la final de Wimbledon-2013.
Ambos jugadores, nacidos con una semana de diferencia en 1987 y amigos desde que coincidieran en torneos infantiles, han jugado siete veces en Grand Slam, con cinco victorias para 'Djoko'.
"Será un partido duro. Tendré que tener un buen plan de juego y que me dure todo el partido, esto es algo que pienso que he hecho bastante bien los últimos meses", dijo Murray.
Djokovic, que ha ganado prácticamente todo este año (Abierto de Australia, Indian Wells, Miami, Montecarlo y Roma) llega a la penúltima ronda de Roland Garros con una serie de 27 victorias consecutivas, lo que le convierten en el evidente favorito.
El ganador del Djokovic-Murray disputará la final del domingo con el suizo Stan Wawrinka (N.8) o el ídolo local Jo-Wilfried Tsonga (N.14).