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La droga de los narcos hacia EE.UU. se ha convertido en algo más peligroso que el SIS (Estado Islámico)

05/05/2015 04:50 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

A ambos lados de la frontera, tanto los narcos como las autoridades norteamericanas han descuidado el narcotráfico porque estaban centrados, como los europeos en Al Qaeda y los islamistas del Estado Islámico. El senador McCaffrey ha despertado a la Casa Blanca respecto a la máxima prioridad

El crimen organizado acaba de ofrecer una muestra de su poderío al paralizar la tercera plaza más importante del país, la ciudad de Guadalajara, Jalisco, con narcobloqueos en 39 puntos de la zona metropolitana y una veintena de municipios cercanos, enfrentamientos, incendios a gasolineras y bancos, comercios, entre otros establecimientos, y derribo de  un helicóptero de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), con un saldo de siete muertos, 19 heridos y 17 detenidos. Es un desafío al poder legal del país.

La inusitada movilización de los grupos armado, que comenzó a las nueve de la mañana, se extendió incluso a los estados vecinos de Colima, Michoacán y Guanajuato, donde los sicarios  efectuaron también narcobloqueos y provocaron incendios intermitentes.

Ante la magnitud de los acontecimientos, el presidente Enrique Peña Nieto convocó a su gabinete de Seguridad a una reunión urgente. A su vez, el consulado de Estados Unidos en Guadalajara recomendó a sus ciudadanos permanecer en sus casas hasta nueva orden.

Por la noche, el comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, dio una rueda de prensa donde destacó la puesta en marcha de la Operación Jalisco, en la que participan elementos de Sedena, Semar, Cisen y Policía Federal (PF). Rubido García resaltó que el operativo tiene como finalidad el reforzar la presencia federal para terminar con el crimen en la entidad.

Y para ello, al día siguiente, cerca de las siete de la mañana, fuerzas federales que realizaban un reconocimiento aéreo ubicaron un convoy de vehículos que presuntamente trasladaba a un grupo de delincuentes.

Estos, al verse localizados, abrieron fuego contra la aeronave en la que viajaban 11 militares, dos policías federales y cinco miembros de la tripulación. En el incidente, confirmó Rubido, tres miembros del Ejército perdieron la vida "en el cumplimiento de su deber". También dijo que resultaron lesionados dos civiles y tres más que no han sido localizados.

Además, dio a conocer que como reacción a la presencia de elementos federales, los integrantes del grupo delincuente iniciaron acciones con la finalidad de frenarlos.

El funcionario indicó que se contaron hasta 39 bloqueos, que fueron retirados, restableciéndose el tráfico.

Quienes dirigen este asalto narco al poder, llevan nombres como el Ingeniero (que probablemente lo es), pistoleros a sueldo, policías corruptos y políticos infiltrados, en complicidad. Y, por supuesto, hay consumidores, millones de consumidores al otro lado de la frontera que alientan la llama, es decir pagan por droga barata.

Pero el combate contra el narcotráfico iniciado en México en 2006 lo sintetizan, en esencia, dos cifras: 48.000 muertos y 39.000 millones de dólares, calculando por lo bajo.

En los últimos cinco años, cerca de 48.000 personas han muerto en episodios de violencia supuestamente relacionados con el narcotráfico en México, según informó la Procuraduría General de la República en 2014. Son las últimas cifras. En solo dos trimestres han muerto, casi 13.000 personas.

El número de muertos no incluye las más de 5.000 personas desaparecidas según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH). Ni se toman en cuenta las decenas de miles de niños huérfanos por la violencia.

Los culpables viven en ambos lados de la frontera y han llegado a muchos barrios de Chicago y Nueva York

Las bandas que tienen vínculos con los cárteles del narcotráfico no sólo están en Los Ángeles y Dallas, sino también en muchas ciudades mucho más pequeñas de Estados Unidos y mucho más al norte de la frontera con México. Los cárteles mexicanos tenían, en 2010, presencia en 230 ciudades de Estados Unidos, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Su informe de 2014 muestra que esta presencia ha crecido a más de 1.000 ciudades de Norteamérica y Canadá.

Aunque la mayor parte de la violencia se ha desarrollado en México, autoridades de Arizona, Georgia, Texas, Alabama y otras entidades privadas de Estados Unidos han investigado secuestros y asesinatos sospechosos en EE.UU. relacionados con grupos mexicanos del crimen organizado.

La heroína mexicana conocida como chapapote (llamada así porque es oscura y pegajosa como los restos de petróleo), más barata que la heroína colombiana, solía ser algo no muy común en Estados Unidos. Ahora está disponible en decenas de ciudades y pequeños poblados, según los expertos. Los clientes hacen sus pedidos por teléfono, según informes publicados en el diario Los Ángeles Times, y los traficantes de bajo perfil entregan la droga, casi como repartidores de pizza. Posiblemente algunos mensajes crípticos de internet tienen relación con la droga.

Los traficantes son reclutados por los capos en Estados Unidos, que prefieren enganchar a jóvenes. Las elecciones preparatorias de Texas han detectado la presencia de integrantes de cárteles por su típico acento inglés-méxicano infiltrados en  organismos de publicidad. El caso más sobresaliente: un joven de 14 años, de San Diego, que se convirtió en un asesino a sueldo que llegó a cortar cabezas para un cártel.

“Les corté la garganta”, testificó en su juicio. El adolescente, apodado El Ponchis, fue declarado culpable de torturar y decapitar, y fue condenado a tres años en una cárcel mexicana, lo cual se consideró un error por su lenidad.¿Qué pasará cuando ese asesino salga de prisión... a los 17 años?.

Por más de una década, la atención de Estados Unidos ha estado enfocada en el terrorismo, una  batalla muy politizada que depende de agentes encubiertos en sociedades donde el estado de derecho  ha colapsado, o en donde la norma es la violencia global de ciudadano contra otro ciudadano que está en bando opuesto y la aprobación de capturas de  CIA o de la NSA por denuncias de políticos como simple método de eliminar oponentes. Como en los días de la guerra fría.

La situación en México empieza a mostrar muchas similitudes. En muchas zonas fronterizas, la autoridad del Estado mexicano parece totalmente ausente o demasiado frágil. En septiembre de 2010, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, dijo que la violencia de los cárteles podría estar “haciendo causa común o transformándose en lo que nosotros llamaríamos una insurgencia global pero dirigida”.

Si la violencia de los cárteles no es contenida en México, que comparte una frontera de casi 3.000 kilómetros con Estados Unidos, la guerra contra el narcotráfico podría amenazar la seguridad nacional norteamericana, e incluso la supervivencia del Estado mexicano.

¿Cuánto es suficiente?, se preguntan los ciudadanos de a pie. Frecuentemente, la informaciones de prensa sobre México son reducidas —y aparecen varias veces por semana—  en titulares de prensa sensacionalistas relacionadas con muertes sangrientas, violentas, como en películas de terror: Treinta y cinco cadáveres abandonados en la autopista durante la hora punta en una de las principales ciudades turísticas, y si les falta la cabeza, mejor. El rostro de una persona cosida a un balón de futbol. Cuerpos encontrados dentro de barriles con ácido corrosivo. Cabezas humanas de mujer halladas en el sótano de un famoso y concurrido night-club de la capital. ¿Qué podría explicar tal salvajismo?

Los traficantes no tienen una ideología política o religiosa como Al-Qaeda, y actúan por el puto dólar. Pero a los periódicos de muchas villas norteamericanas les interesa el gran titular que atrae al lector sin mucha cultura, pero que se traga ese tipo de información sensacional. ¿Cómo acabar con los narcos?, ¿o como punir a gobiernos mexicanos corruptos?, ¿cuál es la influencia real de los cárteles en la política norteamericana. Las respuestas le resbala al lector de Dallas

La respuesta, dicen algunos expertos, es una cifra. Algo como 39.000 millones de dólares, obtenidos por comercio de droga en ambos países.

Ese es el monto máximo calculado que logran como ganancias anuales las organizaciones de narcotraficantes mexicanas y colombianas, según un informe del Departamento de Justicia, que data de 2009, último año del que se tienen datos. El informe de 2011 del departamento estableció que los narcotraficantes mexicanos controlan el flujo en Estados Unidos de la mayor parte de la cocaína, heroína, marihuana importada y metanfetaminas.

En México hay siete cárteles que luchan por el control de las rutas de contrabando hacia Estados Unidos, el paraíso de los vendedores. Al sur de la frontera cuesta 2.000 dólares producir un kilo de cocaína, desde la hoja al laboratorio, informó la Administración Antidrogas de EE.UU. (la conocida DEA). En Estados Unidos, el valor de un kilo en la calle está entre los 34.000 a los 120.000 dólares, dependiendo del código postal (la zona) donde se ofrezca.

“¿Cuánto dinero es el margen suficiente como para los cárteles? ¿Cuántos miles de millones justifican para ellos tantas muertes?”, se preguntó el portavoz y agente especial de la DEA, Jeffrey Scott. “México también es su casa. Sus familias viven allí. ¿En qué punto la violencia detiene su capacidad de hacer negocios?”.

Scott ha trabajado durante 16 años con la DEA. Entre 2006 y 2011, lideró una fuerza de ataque en Tucson, Arizona, que luchó contra contrabandistas que pasaban a través de la frontera toneladas de metanfetaminas, marihuana, heroína y cocaína. Cuando las drogas llegan al traficante callejero de más bajo perfil,   ya han pasado por muchos traficantes de nivel medio dentro de las intencionalmente confusas redes de trabajadores de los cárteles.

“Las personas que son detenidas a veces dicen, 'Sinaloa ¿qué?' comentó, refiriéndose al cártel que se originó en el estado de la costa del Pacífico mexicano y que tiene la mayor presencia en Estados Unidos. Los traficantes por lo general ni saben ni les importa de dónde provienen sus productos, dijo Scott, y cree que tampoco  saben o les importe a las decenas de millones de norteamericanos que consumen drogas ilegales.

Los narcotraficantes mexicanos son tanto o más peligrosos que los extremistas del grupo terrorista SIS (Estado Islámico), opinó Barry McCaffrey, quien de 1996 a 2001 fue el zar antidroga de Estados Unidos.

“No sería absurdo afirmar que los cárteles mexicanos de la droga representan actualmente una mayor amenaza a la seguridad nacional (que el grupo terrorista islámico)”, dijo durante una serie de conversaciones sobre seguridad fronteriza en el Senado norteamericano.

El general McCaffrey explicó  la amenaza que según él significan los cárteles para Estados Unidos, al destacar que “poseen la capacidad de llevar a cabo ataques mortíferos prácticamente en cualquier parte (del país), como lo han probado sobradamente.”

Las bajas de los narcotraficantes aumentan en progresión geométrica al igual que las ganancias de los capos de ambos lados

Dijo que para Washington el punto más débil del país sigue siendo la frontera con México, ya que siete de ocho cárteles mexicanos operan a través de Texas, sumándose a bandas transnacionales y de todo el estado en la ayuda en su tráfico de drogas y de personas.

Ron Johnson, de la Comisión de Seguridad Nacional y de Asuntos Gubernamentales del Senado,   y posible candidato republicano a la Presidencia de EE.UU, destacó la necesidad de reforzar la seguridad fronteriza ante los grupos criminales.

Los cárteles mexicanos, cuyo negocio principal es el narcotráfico, están activos en más de mil ciudades de Estados Unidos, han formado alianzas con bandas locales y se han involucrado en otras actividades lucrativas ilegales, dijo en el Congreso Barry McCaffrey, dijo el exdirector de la Oficina de la Política Nacional para el Control de Drogas.

El Estado Islámico de Irak es responsable de la muerte de miles de civiles irakíes, así como de miembros del gobierno iraki y sus aliados internacionales. Surgió como una organización terrorista próxima a Al Qaeda para hacer frente a la invasión de Irak.

McCaffrey vertió sus afirmaciones durante una serie de audiencias sobre seguridad fronteriza en el Senado norteamericano que dio comienzo el pasado marzo, opiniones que han sido consignadas en la página oficial de la Comisión de Seguridad Nacional y de Asuntos Gubernamentales del Senado.

El general calificó a la frontera de México con Estados Unidos como su flanco más vulnerable, argumentando que siete  de ocho cárteles mexicanos operan a través de Texas y que han sumado a bandas transnacionales y de todo el estado para que los ayuden en su tráfico de drogas y de seres humanos a ambos lados de la frontera entre los dos  países. Esa colaboración es fructífera y añade un peligro más al ya existente, pues se van sumando experiencias técnicas de muchos sitos.

Al respecto, Ron Johnson, presidente de dicha Comisión de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales, y posible candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, opinó el miércoles que el nivel de violencia y control que los cárteles de la droga tienen sobre la parte mexicana de la frontera  uno de los aspectos menos citados de la seguridad fronteriza, por las políticas actuales.

“La falta de cuerpos policiales del lado mexicano, por culpa del gobierno de México, queda bien ilustrada con la siguiente imagen: las organizaciones criminales transnacionales están involucradas en el tráfico de drogas, en el tráfico de personas, en el tráfico de armas, en la extorsión, en el secuestro, el robo y el terrorismo”, dijo en el marco una serie de las audiencias senatoriales sobre el tema organizadas por Johnson, consignadas en la página web oficial de dicha comisión de Seguridad Nacional.

“Fui testigo de muchas de estas realidades el mes pasado cuando viajé al Valle del sector del Río Grande con los senadores Carper y Sasse. Del lado de México, los pueblos están frecuentemente controlados por cárteles de la droga y del tráfico de seres humanos, que vagabundean por la frontera, supervisando nuestro lado con impunidad.

“Los nexos entre la droga y el tráfico de seres humanos deben  comprenderse. Estas actividades criminales se complementan entre sí”, dijo.

En opinión de Johnson, la visita al Valle del Río Grande sirvió para atestiguar, entre otras cosas, la oleada de niños no acompañados y jóvenes de México y Centroamérica que buscan el estatus de refugiados en el vecino país.

“Un informe del Centro de Inteligencia de El Paso reveló que en 219 de 230 niños entrevistados y familias entrevistadas, la primera razón de migrar ilegalmente a Estados Unidos fue la creencia de que podían permanecer aquí". “En otras palabras, nuestras  leyes de inmigración e ineficaces acciones policíacas incentivaron su entrada ilegal”, dijo Johnson.

El líder de la comisión senatorial que prepara una iniciativa de Ley de Reforma Migratoria precisó además que el año pasado hubo más de 68 mil arrestos de niños y “unidades familiares” en la frontera suroeste.

En esa sintonía estuvo el senador demócrata por Delaware, Thomas R. Carper, quien junto con Johnson, presidirá la redacción de dicha propuesta de reforma. En el proceso también participará Ben Sasse, senador por Nebraska.

“El potencial para explotar nuestra ausencia de una frontera segura debe  tomarse en serio debido ya que hubo un aumento de 70% por ciento en el número de no mexicanos que cruzaron la frontera sudoccidental del año fiscal 2013 al 2014. Esto incluyó a personas de países centroamericanos, de Irak, de Siria y de Egipto”, dijo Johnson.

El también senador de Wisconsin informó a los asistentes y participantes en las audiencias de la comisión que preside, que se han recabado testimonios de la violencia creciente en la frontera.

“La semana pasada, el comité escuchó a texanos y arizonianos con conocimiento de primera mano de los problemas que están confrontando en la frontera de Estados Unidos con México. Los testigos nos presentaron un mensaje consistente: La frontera no es segura”, dijo.

Luego Johnson añadió —según un comunicado de dicha comisión— que sus testigos afirmaron que los dueños de tierras no se sienten seguros en sus propios hogares, que los cruces ilegales se están volviendo más violentos y que la actividad criminal transnacional es rampante.

Barry McCaffrey, ya conocido, dio algunos datos sobre las organizaciones mexicanas: “En Chicago, el cártel de Sinaloa dominó la distribución de drogas. En 2013, la Comisión del Crimen de Chicago declaró al líder de esa organización criminal, Joaquín El Chapo Guzmán (quien fue subsecuentemente capturado en México) el Enemigo Público Número Uno debido a la violencia letal perpetrada por su organización. El último individuo así designado fue Al Capone en 1929”, dijo McCaffrey.

Ron Johnson indica que el potencial para explotar la ausencia de una frontera segura debe ser tomado en serio “debido a que hubo un aumento de 70% en el número de no mexicanos que cruzaron la frontera sudoccidental del año fiscal 2013-2014. Esto incluyó a individuos de países centroamericanos, de Irak, de Siria y de Egipto”.

México, de la marihuana y la cocaína al opio

Las amapolas cubren los acantilados en las montañas de Filo Mayor, en el estado de Guerrero, al sur de México. Ahí, los campesinos están cultivando esta flor que contiene en su interior el opio, base para la heroína, una droga cuyo consumo ha aumentado en los últimos años en Estados Unidos.

El comercio de opio, una industria de mil millones de dólares al año, inicia en esas remotas montañas con los campesinos que siembran amapola y viven en casuchas de madera, con techos de hojalata y sin servicio de agua.

La pobreza y las “leyes del mercado” de la droga han empujado a estos campesinos a dedicarse al cultivo de amapola: obtienen 13, 000 pesos (casi 900 dólares) por 1 kilo de pasta de opio en comparación con los 250 pesos (17 dólares) que consiguen por un kilogramo de marihuana seca y prensada. La heroína impone su ley.

Nueva mina de oro para los carteles. El tráfico de heroína es un negocio con perspectivas inciertas para todos menos para los carteles mexicanos, que han encontrado en él una nueva manera de hacer dinero frente a la caída del consumo de la cocaína y la legalización de la marihuana en Estados Unidos.

Antes eran productores de alquitrán negro de baja graduación y traficantes a menor escala, pero ahora los narcotraficantes mexicanos están refinando pasta de opio para convertirla en heroína blanca de alto grado para inundar el mayor mercado de drogas ilegales del mundo echando mano de las mismas rutas de distribución que utilizaron para la marihuana y la cocaína.

Desde las montañas de Guerrero, la mayor parte de la pasta de opio se envía a puntos de colección al por mayor, como la famosa Iguala. De allí la transportan a pequeños laboratorios que producen el polvo de heroína y que en su mayoría se ubican cerca de la frontera entre México y Estados Unidos.

Es un negocio que a los agricultores no les gusta. Pero dicen que los pequeños ladrillos de goma de pasta de opio, envueltos en plástico que producen, son lo único que les genera utilidades.

En los últimos años la heroína mexicana se ha abaratado y se ha vuelto más potente, en paralelo con el aumento del interés por esta droga en los Estados Unidos. Según un reportaje de la agencia AP, el comercio de opio está principalmente en manos del cártel de Sinaloa, que tiene sus vigías en las montañas de Guerrero. Según la estadística oficial, México produce casi la mitad de la heroína que se encuentra en Estados Unidos, con un incremento del 39% respecto a 2008. Las incautaciones de pasta de opio en México aumentaron un 500% entre 2013 y 2014, las erradicaciones de cultivos de amapola se incrementaron un 47% y los decomisos de la droga ya procesada aumentaron un 42%.

También se culpa a la heroína de una ola de nuevas adicciones y decesos por sobredosis en los Estados Unidos. Según datos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, las muertes por heroína se duplicaron de 2011 a 2013.

 


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