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El Comisionado de las Naciones Unidas que visitó a Colombia, poco le cree el cuento d e las manzanas podridas en las filas del ejército, que el gobierno usa para aliviar el espo criminal y moral de los Falsos Positivos. Cree que se dañaron más manzanas de las normales en tiempos de Uribe
“Las ejecuciones extrajudiciales de jóvenes de una barriada de Bogotá fueron una matanza flagrante y obscena que apenas revela la punta del iceberg de una práctica sistemática…”. Estas palabra son solamente tres renglones del concepto acogido por el Relator de las Naciones Unidas sobre los “falsos positivos”. Con este enfoque será debatido y divulgado un informe en el organismo multinacional para vergüenza de todos los colombianos. Colombia cada día que pasa tiene que sentir, más profundo en el alma nacional. Está humillación tiene que servir para que cada cual tome conciencia y no vuelva a caer en el error de elegir personas que a quienes solo le interesa el interés personal y su imagen publicitaria sobre la legalidad y la rectitud. El delegado internación al no acepta para nada la posición del gobierno y los militares que a todo transe procuran minimizar la situación. Uribe, como ocurrió ayer, tendrá que aceptar que de todos los rincones de la patria le reclamen una respuesta, al fin y al cabo esta matanza de jóvenes inocentes ocurrió en su gobierno y solo se ha registrado silencio presidencial. Los falsos positivos fueron calificados como “asesinato a sangre fría y premeditado de civiles inocentes, con fines de beneficio”.
El australiano Philip Alston, con una entereza de carácter envidiable, es enfático en asegurar que llegó a la conclusión de que “Aunque las matanzas de Soacha fueron flagrantes y obscenas, mis investigaciones demuestran que son simplemente la punta del iceberg… son el resultado de una práctica sistemática dentro de los militares". La Fiscalía lleva en total 1, 056 investigaciones, que involucran el asesinato de 1, 708 personas, incluyendo las víctimas conocidas de Soacha, en ejecuciones extrajudiciales denunciadas en los últimos seis años. Este mes el mismo organismo investigativo anuncio 180 casos nuevos. El relator Alston no ofreció cifras y sólo dijo que por los datos que le había suministrado el Ministerio de Defensa “se habría reportado una reducción en el número de ejecuciones en los últimos nueve meses”. Como se observa, se habla de “reducción” no de suspensión o desaparición del criminal proceder lo que confirma la aparición de nuevos casos. El investigador de la ONU deja en el ambiente un sensación de monstruosidad, salvajismo igual o peor que el de la guerrilla, al afirman que lo conocido hasta ahora, es simplemente la “punta del iceberg”. Un asesinato es repudiable, hágalo quien lo haga. Hay que esperar cuál ha de ser el gran grueso de la flagrante y observa acción de las más de 1800 manzanas podridas en el ejército colombiano.
¿Hay intensiones verdaderas de poner freno a este tipo de delitos? Todo parece indicar que no. Lo primero que el gobierno debe hacer es reconocer el volumen, sevicia y repercusión de la matanza frente a los derechos humanos y justicia penal internacional. Philip Alston sostiene que no está dispuesto a comulgan con rueda de tractores: “Algunos funcionarios siguen afirmando que muchos de los casos son bajas legítimas de guerrilleros u otros, pero las pruebas, incluyendo informes de balística y forenses, declaraciones de testigos oculares y el testimonio de soldados, indican firmemente que ese no es el caso. Entre los ‘peligrosos guerrilleros’ que fueron dados de baja hay adolescentes de 16 y 17 años, un hombre con una edad mental de 9 años, un padre de familia abnegado, cuyos dos cuñados están en el servicio militar, y un joven soldado de licencia… el gobierno no me ha dado prueba alguna de que no son ‘falsos positivos’… “las víctimas vestidas con ropa de camuflaje recién planchada, con botas hasta cuatro tallas más grandes, zurdos portando armas en su mano derecha u hombres con una única bala disparada en el cuello, quebrantan aún más la sugerencia de que se trata de guerrilleros muertos en combate”.
Lo que se conoce hasta ahora en torno a los falsos positivos solo es la punta del iceberg. Se trata de una acciòn salvaje nunca antes vista en el paìs
Alston culpó a los incentivos que brindaba el gobierno a los militares que entregaran cuerpos y armamento de integrantes de los grupos armados ilegales, de ser el principal factor para que se dieran los asesinatos a civiles y hacerlos pasar por guerrilleros. Un problema adicional tiene que ver con el hostigamiento sistemático de las fuerzas militares hacia las personas que sobreviven o familiares de las víctimas. Las cantidades mismas de casos, su repartición geográfica y la diversidad de unidades militares implicadas, indican que las ejecuciones fueron llevadas a cabo de manera más o menos sistemática y por una cantidad significativa de elementos dentro del Ejército. “La explicación del gobierno de que las matanzas fueron llevadas a cabo por unas cuantas manzanas podridas y eso es igualmente insostenible”. En una conferencia de prensa le recomendó al Ejército que "reconozca la magnitud del problema… Hasta la fecha no he visto una aceptación oficial por parte del Ejército". El poder judicial es el único sector del estado colombiano que ha respondido con eficacia y entereza para "investigar, enjuiciar y castigar las ejecuciones cometidas por estas fuerzas con eficiencia y celeridad… El gobierno ha tratado de quitarle gravedad a los hechos, además de que el apoyo a las investigaciones no ha sido del todo verdadero. El Poder Judicial ha sido objeto de agresiones del Ejecutivo.
“Casi todas las familias con las que yo me entrevisté me indicaron que habían sido sometidas a una cantidad significativa de intimidaciones. La gran mayoría de estas familias ha tenido que abandonar sus hogares. Esto es un verdadero problema". ¿Será acaso que todavía las manzanas podridas de que habla el Jefe máximo de las Fuerzas Militares, Álvaro Uribe, siguen actuando? ¿Se han tomado medidas reales o virtuales por parte de los mandos militares? ¿Será mal que no tiene cura si no por acción por omisión? ¿Se les salió de las manos y las manzanas podridas y siguen actuando sin temores de gastigo? En dos o tres meses el mundo se volverá a estremecer por los crímenes de los “Falsos Positivos”, será cuando vea luz pública internacional el informe del australiano Philip Alston. Duele pero es mejor destaparlo todo.