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Durante muchos años, Paris amó sus canciones, empañadas de su colaboracionismo con los nazis. Recordó siempre con nostalgia sus amores con Yves Montand, Charles Az, navour, Moustaki, Henri Vidal. Medio siglo después vuelve a ser dudoso ídolo. Su relación con los nazis, no se olvida
Édith Piaf (“La Môme Piaf"), nació en plena guerra europea (1914-1915) y fue su más querida y añorada cantante. Su verdadero nombre era Édith Giovanna Gassion. Ella se convirtió en un icono. Su música fue la imagen misma de su trágica y difícil vida. Su tono mismo era desgarrador y sus baladas en cierto modo su auténtica biografía. No imitaba a nadie. Se imitaba a sí misma.
El éxito musical fue acompañado de una cierta leyenda en torno a su figura: en el número 72 de la rue de Belleville de París hay una placa que recuerda el nacimiento de Piaf «en los peldaños de esta casa» cuando, en realidad, nació en un hospital cercano, según su partida de nacimiento.
Sin embargo, es cierto que la artista francesa tuvo una niñez dura: fue abandonada por su madre y vivió con su padre, a quien acompañaba pasando el platillo cuando este actuaba como contorsionista en la calle. Durante la infancia, Piaf también convivió con su abuela materna, que trabajaba como domadora de pulgas en un circo, y con su abuela paterna, que regentaba un prostíbulo en Normandía.
A los 15 años, la joven parisina empezó a cantar en la calle, donde fue descubierta por el dueño del cabaret Gerny's, Louis Leplée, quien rebautizó a Edith Giovanna Gassion como la «môme» (muchacha) «Piaf» -que, en lenguaje familiar, significa gorrión- y le dio la oportunidad de actuar en su local.
El éxito musical fue acompañado de muchas leyendas en torno a su figura: en el número 72 de la rue de Belleville de París hay una placa que recuerda el nacimiento de Piaf «en los peldaños de esta casa» cuando, en realidad, nació en un hospital cercano, según su partida de nacimiento.
Sin embargo, no es ninguna leyenda urbana que aquel ser tan frágil y enfermizo tuvo una niñez dura: fue abandonada por su madre y vivió con su padre, a quien acompañaba pasando el platillo cuando este actuaba como contorsionista en la calle.
Durante la infancia, Piaf también convivió con su abuela materna, que trabajaba como domadora de pulgas en un circo, y con su abuela paterna, que regentaba un prostíbulo en Normandía.
Su abuela sufría de queratitis, pero 1925-1910 Una peregrinación a Lisieux en Normandía honrar Santa Teresa de Lisieux / (Sainte Thérèse de l'Enfant-Jésus), y la intensa devoción de la familia resultó en una curación milagrosa, dijo Edith.
Pese a su figura menuda -no llegaba al metro y medio de altura-, su andar patoso y sus vestidos siempre negros, la fuerza encima del escenario convirtió a Piaf en un icono de la canción francesa.
Edith Piaf, que empezó cantando en las afueras de los prostíbulos de las calles de Montmartre siempre acompañada de su alcohólico padre que entraba en los bistrots (tascas) más sórdidos entre canción y canción y se gastaba los centavos o francos de las canciones de su hija, acabó como artista consagrada que llegó a actuar en lo alto de la Torre Eiffel, murió hace cincuenta años, un aniversario que se cumple ahora y con el que se rinde homenaje a una de las voces más roncas de la música francesa.
Su primer manager le dio el nombre artístico de "La Môme Piaf", "la Môme", Édith Piaf, o simplemente Piaf. Tenía sólo 1, 47 metros (4 pies 10 pulgadas) de altura y enclenque, pero fuerte y animado como un gorrión. Siempre llevaba un vestido negro en el escenario.
Cantó por primera vez en Pigalle, a continuación, en Le Gerny, la discoteca de Louis Leplée cerca de los Campos Elíseos. Ella conoció a Raymond Asso (1901-1968) y Marguerite Monnot (1903-1961), que escribió y compuso sus mejores canciones, ella golpe con un conocido con el actor y cantante Maurice Chevalier
París recordará al alma de esta intérprete esencial de la canción francesa con un festival que hasta contará con actuaciones musicales en las calles de los barrios en los que vivió Piaf, según explicó a Bernard Marchois, conservador del museo dedicado a la artista.
Su breve relación artística aunque no amorosa ni política con Jean Cocteau sirvió para que Piaf entrara en círculos intelectuales
En 1940, Le Bel indiferente, obra de Cocteau escrita y protagonizada por Édith Piaf, fue un gran éxito. También trabajó Cocteau con Pablo Picasso en varios proyectos y era amigo de la mayor parte de la comunidad artística europea. Las películas de Cocteau, la mayoría de los que escribió y dirigió, eran particularmente importantes en la introducción de las vanguardias en el cine francés e influyó en cierta medida la próxima nueva ola francesa género.
El boxeador Marcel Cerdán, murió en accidente de avión y ella se puede decir que murió de pena, aunque tiempo después
Jean Cocteau le introdujo en los medios intelectuales pero ella se mezcló en los medios nazis del París de entonces
El biógrafo James S. Williams describe la política de Jean Cocteau como "un intelectual naturalmente inclinado hacia la derecha". Durante la ocupación nazi de Francia, a Cocteau su amigo Arno Brecker le convenció de que Adolf Hitler era un pacifista y mecenas de las artes con los mejores intereses de Francia en mente.
En su diario, Cocteau acusó a Paris de falta de respeto hacia Hitler y especuló sobre la sexualidad del Führer. Cocteau alabó efusivamente las esculturas de Breker en un artículo titulado "Salut à Breker", publicado en 1942. Esta obra le llevó a ser procesado bajo la acusación de colaboración después de la guerra, a pesar de que fue absuelto de toda culpa y de hecho había utilizado sus contactos para tratar de salvar a los amigos como Max Jacob.
La carrera musical de este “gorrión” de París levantó el vuelo en los cabarets y «music halls» parisienses, donde consiguió un gran reconocimiento y llegó a actuar en salas emblemáticas como Pleyel y Olympia.
Sin embargo, detrás su éxito musical se escondían las dificultades, como la muerte de su única hija, Marcelle, a la que tuvo con 18 años, víctima de una meningitis a los 2 años.
«Edith Piaf cantaba su vida», señaló Marchois, quien considera que estas experiencias vitales hicieron que en lugar de interpretar temas «divertidos y alegres» optara por canciones sobre el amor, algunas de ellas tan conocidas como «La vie en rose».
Los triunfos profesionales fueron acompañados de una vida tumultuosa e intensa, con mudanzas constantes, dos maridos y numerosos amantes, aunque su gran amor fue el boxeador francés de origen argelino Marcel Cerdan, de quien se enamoró en Nueva York, una ciudad en la que Piaf siguió forjando su leyenda y donde cosechó grandes ovaciones, como las del Carnegie Hall.
El amor de la vida de Piaf, el boxeador Marcel Cerdan, campeón de peso medio del mundo, murió en un accidente aéreo en octubre de 1949, en las Azores, mientras volaba de París a Nueva York para reunirse con ella. Su muerte marcó a la cantante francesa, que se dejó llevar por la fatalidad abusando del alcohol y la morfina.
Piaf se casó con Jacques Pills en 1952 (su madrina de honor fue Marlene Dietrich). Ella se divorció de él en 1956. En 1962, se casó con Théo Sarapo (Theophanis Lamboukas), un peluquero griego que tenía 20 años menor que ella. Las imágenes de un número de la revista Paris-Match dedicado a lsa boda, parecen las de una abuela acompañando a su nieto a su matrimonio.
A pesar de la decadencia física, la artista francesa tuvo fuerzas para dar diversos conciertos en la sala Olympia, en la que había actuado en sus inicios y que empezaba a tener problemas financieros.
En una entrevista publicada algún tiempo antes de fallecer, Piaf formuló un deseo -«no me gustaría morirme vieja"- que se convirtió en presagio, ya que murió en el sur de Francia, acompañada de su segundo marido, Theo Sarapo, a los 47 años. Edith Piaf murió de cáncer de hígado en Plascassier, cerca de Grasse (departamento Alpes Marítimos), el 10 de octubre de 1963, a causa de un fallo hepático.
La muerte no puso punto final a su leyenda, ya que los discos de Piaf se siguen vendiendo y en su tumba, situada en el cementerio parisiense de Père Lachaise, cada día hay flores frescas que recuerdan a la interprete de «Je ne regrette rien» (No me arrepiento de nada).
La influencia de Edith Piaf en la música francesa no se explica sólo con su discografía porque la diva impulsó también las carreras artísticas de otros intérpretes, como Charles Aznavour y Georges Moustaki.
La vida de Piaf ha sido llevada a la gran pantalla en la película "La vie en rose», ganadora de 5 premios César y 1 premio Oscar a Marion Cotillard como mejor actriz principal.
Entre sus más famosas canciones son "légionnaire Mon" (1936), "Le fanion de la Legión" (1936), " La vie en rose "(1946), " Hymne à l'amour "(1949), " Padam … Padam ... " (1951), "l'Accordéoniste" (1955), "Les amants d'un jour" (1956), "La vie en rose" (1957), "Milord" (1959) y " Non, je ne regrette rien "(1960 ).
A pesar de que se le negó un funeral solemne, su cortejo fúnebre de su residencia, Boulevard Lannes (Paris, XVI arr.) Atrajo a decenas de miles de dolientes en las calles de París, que causó un enorme atasco de tráfico. La ceremonia en el cementerio, Le Père-Lachaise (París, XX arr.), asistieron más de 100.000 fans.
FUENTE: DIASPORAweb ESPECIAL PARA GLOBEDIA