El condenado a muerte estadounidense Gregory Lawler fue ejecutado el miércoles en la prisión de Jackson, en Georgia, por matar a un policía en 1997.

Nacido en 1952 y condenado a la pena capital en el año 2000, Gregory Lawler recibió una inyección letal y fue declarado muerto a las 23H49 locales (03H49 GMT del jueves) en la prisión de Jackson, dijeron las autoridades penitenciarias de este estado del sureste de Estados Unidos.

Él rechazó una última plegaria y hacer una declaración final, agregaron.

Lawler estuvo la noche del 12 octubre de 1997 en un bar de Atlanta con su pareja, Donna Rodgers, pero ambos se pelearon cuando se marchaban a su casa.

Dos policías, John Sowa y Patricia Cocciolone, recogieron y llevaron entonces hasta la casa a Donna Rodgers en estado de ebriedad, pero fueron recibidos a insultos por Lawler, quien tomó un fusil semiautomático e inmediatamente abrió fuego.

Los dos agentes fueron alcanzados por varios tiros sin tener tiempo de responder. John Sowa murió en el lugar, pero Patricia Cocciolone sobrevivió, aunque resultó con heridas de gravedad y quedó con secuelas psicomotoras.

El abogado de Lawler presentó un último recurso, haciendo ver que recientemente se había diagnosticado que el condenado sufría de autismo, pero la Comisión de Indultos y Libertad Condicional de Georgia rechazó el martes una primera apelación, según una decisión consultada por AFP.

La Corte Suprema de Georgia y la de Estados Unidos igualmente rechazaron el miércoles conceder una suspensión a Lawler.

El ritmo de ejecuciones ha bajado últimamente en Estados Unidos, debido a una conjunción de factores desfavorables a la pena de muerte, incluida la escasez de sustancias utilizadas para las inyecciones letales.

Texas y Georgia representan cuatro de cada cinco ejecuciones realizadas este año en el país.