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Estamos en el reino de la trampa, donde todo vale
Muchos pensamos que el país saltará al abismo si insiste en la tercera elección del presidente Uribe. Sería un error histórico por el contenido de la decisión y por los procedimientos empleados para conseguirlo, que están corrompiendo sin precedentes la política y destruyendo los valores cívicos.
Resuenan advertencias y alarmas. Un país que la padeció, el Perú, no la recomienda. Así dice El Comercio, diario limeño simpatizante de Uribe, en su editorial del jueves: "Como lo hemos vivido y sufrido los peruanos con el proyecto re-reeleccionista de Alberto Fujimori, al golpear la estructura democrática se debilitan los controles constitucionales y sectoriales, con lo que se incrementan peligrosamente los abusos contra los derechos humanos y también los niveles de corrupción en el aparato del Estado. El mensaje para los incondicionales políticos y para los funcionarios de poca calidad ética es que si el presidente rompe las reglas, todos podrían hacer lo mismo (...). Uribe tiene que sopesar la gravedad de una decisión que podría sentar un ingrato precedente para su país y para la democracia latinoamericana".
Recuerden: Fujimori, después de batir récords de popularidad, acabó derrocado, fugitivo y preso.
Pero si prolongar el régimen representa una amenaza, justificar a punta de aplanadora los procesos ilegales o dudosos es un feroz atentado ético. Estamos en el reino de la trampa, donde todo vale. Jorge Orlando Melo recuerda en interesante columna que en la historia nacional cada intento por aplastar a las minorías acabó en guerra civil (EL TIEMPO, 03-09-09).
La lista de trampas de este Gobierno y sus beneficiarios para perpetuarse en el poder es una vergüenza: compra de votos para reformar la Constitución (Yidis y Teodolindo)... Adjudicación de notarías a cambio de apoyos parlamentarios... Entrega de poder regional a insignes corruptos para mantener su apoyo (los millones en efectivo del "honorable" Alirio Villamizar)... Recurso a los paramilitares para amedrentar rivales (¿cuántos son ya los políticos uribistas procesados? ¿Sesenta?)... Institucionalización de los chaqueteros, que cambian de partido impunemente... Negociación de votos en el Capitolio a la vista de todos... Sesiones extraordinarias de madrugada para salvar proyectos hundidos, como denunció el representante Germán Navas Talero... Feria de puestos en el servicio exterior...
¡Que viva el Reino de la Trampa!
Y, en otros órdenes, chuzadas ilegales, asesinatos por puntos, acoso a magistrados, aprobación de estatutos a la medida de los hijos del Ejecutivo, 'micos' a granel en las leyes, abolición de incompatibilidades: el abogado de Uribe y su familia es el mismo que gestiona, dizque a título de ciudadano, multimillonarias decisiones ante la Comisión de TV.
La reciente aprobación del referendo (por un votico y con ayuda de tránsfugas) ruborizaría a Fujimori: atropellos legales en la carta que lo propone, financiación indebida de la campaña de firmas, modificación sospechosa de su texto... Germán Vargas Lleras, capitán uribista, reconoce que "el trámite fue confuso, lleno de sindicaciones graves y violando procedimientos legales".
La última trampa que se cocina para alargar el uribato consiste en reducir el censo electoral: si las cifras no pasan el muro, pues bajamos el muro. Ya que parece difícil que el 25 por ciento de los posibles votantes (7 millones 400 mil ciudadanos) apruebe el referendo, se rebajará la masa electoral de los 29 millones actuales a solo 15. Así, bastarán 4 millones, el 10 por ciento de la población, para extender a Uribe visa de candidato.
El censo necesita reajuste, ciertamente. Pero un reajuste científico, no acomodaticio, y que no altere las reglas de juego. De contera, como no hay tiempo para una ley que lo disponga, ya está diseñado un mico que colará la disposición en un proyecto en marcha.
¡Que viva el Reino de la Trampa!
Daniel Samper Pizano
VIRTIN RED INFORMATIVA