Los análisis determinaron por primera vez en el mundo la alteración genética del aparato reproductor en esta raza: la perrita tenía testículos criptórquidos (fuera del escroto). Su caso aparece en un estudio publicado en la revista 'Reproduction in Domestic Animals'.
La alteración genética del aparato reproductor o reversión sexual "está descrita en muchas especies, como la caprina, la porcina, la equina, e incluso en la humana", señala a SINC Marcos Campos, autor principal del estudio, investigador en la Universidad CEU-Cardenal Herrera y director del centro de reproducción asistida para pequeños animales Reprovalcan.
La perrita Tana, de tres meses de edad en su primera consulta, presentaba un diagnóstico compatible con una alteración genética del aparato reproductor: tenía un clítoris de gran tamaño. "Era una hembra cromosómicamente XX pero con gónadas masculinas (testículos criptórquidos) debido a la presencia de otros genes que determinan la formación testicular en ausencia de los genes presentes en el cromosoma Y", detalla Campos.
La alteración, que también se ha descrito en otras 18 razas de perros en todo el mundo, es "infrecuente pero se puede dar". La reversión sexual provoca esterilidad y, a la larga, puede predisponer a patologías, como infecciones o tumoraciones de las gónadas, "al no tratarse de un genital normal", apunta el veterinario.
El estudio demostró que la uretra finalizaba directamente en la vejiga, y que el clítoris, de 0, 8 centímetros de longitud, contenía hueso peneano, lo que predisponía a infecciones de orina y cursaba con infertilidad para el perro, según publica elmundo.es.
Para evitar cualquier complicación médica en Tana, la mejor opción fue la esterilización quirúrgica, en la que se le retiró por completo el genital, que se envió posteriormente al laboratorio de histopatología. "En la actualidad, la perrita está en perfecto estado", manifiesta Campos.
Fuente: Cronica