La próxima vez que alguien culpe a tus hormonas por tu mal humor, lúcete diciéndole que ellas también son las responsables de tu inteligencia. Esto no es exactamente así pero tiene algo de cierto: según investigaciones recientes, el estrógeno se asocia con la inteligencia ya que estimula el número de conexiones entre las células del cerebro, mejorando la comunicación en la mente.
El estrógeno es la hormona femenina, que producen los ovarios durante la pubertad, cuando nos hacemos señoritas, y se relaciona con nuestro ciclo menstrual. La cantidad que producimos varía durante el ciclo menstrual y, aunque disminuye durante la menopausia, continuamos teniendo estrógeno toda la vida.
Los ovarios aumentan la producción de estrógenos a partir del día 8 del ciclo menstrual, llegando al máximo nivel en el día 14, que es cuando ocurre la ovulación. Si no ocurre la fecundación (o sea, si no hay un embarazo), los niveles de estrógeno caen lentamente en los siguientes días hasta completar ese ciclo menstrual.
Es sabido que las hormonas muchas veces modifican el estado de ánimo, por eso, por ejemplo, cuando estás con tu período puedes ponerte de mal humor o volverte hipersensible durante el embarazo.
Pero el estrógeno no sólo afecta el estado de ánimo, también actúa sobre todo el cuerpo. Por ejemplo:
Si bien el estudio sólo se realizó en animales y todavía se requieren más datos para tener certeza al respecto, un equipo de investigadores de la Northwestern University afirma que sus hallazgos pueden ayudar a detectar nuevas curas para enfermedades mentales como el Alzheimer y la esquizofrenia.
En investigaciones previas los científicos habían encontrado que el tomar estrógenos puede generar problemas a largo plazo. Por ejemplo, en mujeres que tomaban estrógeno para contrarrestar los síntomas de la menopausia por períodos prolongados, se incrementó el riesgo de contraer cáncer del seno, ataques al corazón y ataques cerebrales.
Debido a estos riesgos, los investigadores comenzaron a buscar un compuesto que activara los receptores del estrógeno pero sin los efectos colaterales que genera el estrógeno. Y eso es justamente lo que hizo el grupo de la Universidad de Northwestern: para realizar el estudio utilizaron un compuesto que no tiene estrógenos, aunque no pueden afirmar que no genere efectos colaterales. Por eso, todavía hace falta más investigación al respecto.
Esta no es la primera vez que se relaciona a los estrógenos con la actividad cerebral. Otras investigaciones previas ya habían mostrado que el administrar estrógenos, tanto a los animales como a los humanos, podría mejorar su memoria y aumentar la precisión en su desempeño respondiendo a ciertas pruebas.
Mientras las investigaciones continúan, tenemos más argumentos para defendernos y para defender a nuestros estrógenos, que no sólo afectan nuestro estado de ánimo sino que también parecen mejorar nuestra memoria e inteligencia.
Visto en: vidaysalud