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Los ecos del Paro Nacional de Estudiantes realizado en octubre del 2011, el cual frenó temporalmente el proyecto de reforma a la ley de educación, aún resuenan en los pasillos de la Universidad del Magdalena.
Desde esa vez, algunos estudiantes denuncian persecución de la actual administración del rector Ruthber Escorcia por participar en las protestas. La universidad lo niega.
Ahora, la iniciativa del estudiante de sicología Carlos Mattos se convirtió en símbolo para los opositores de la actual administración. El pasado martes a las 7 p.m. Mattos, de 23 años, acampó en el campus universitario para hacer huelga de hambre: se cosió la boca y encadenó sus manos. Una estudiante de enfermería le realizó la intervención sin anestesia.
El estudiante lleva cuatro días encadenado y con la boca cosida. La debilidad empieza a hacer estragos en el robusto cuerpo del joven.
Mattos escribió en un cuaderno para AL DÍA Santa Marta: "el rector pretende reelegirse. Cualquier estudiante que critique su gobierno es perseguido y señalado. Prueba de eso son los procesos disciplinarios en contra de los líderes de la protesta".
El estudiante asegura que seguirá en huelga hasta que se cumpla, según él, un punto del acta de acuerdos entre rector y universitarios que se hizo después del paro: "garantías de que no existirán represalias en contra de estudiantes y profesores que participaron en el paro".
Los opositores también exigen el reintegro del docente Fernando Robert Ferrel, sancionado por la Unimag desde el 2006 por no cumplir con dos exigencias académicas en un año sabático que tomó en el 2003. Ferrel apeló a instancias jurídicas pero el Tribunal Administrativo del Magdalena mantuvo la decisión inicial sancionatoria a principios de este año.
AL DÍA entrevistó al vicerector administrativo de la entidad Jaime Noguera, quien dijo que existe un proceso disciplinario en contra de Mattos por agresiones físicas a funcionarios de la universidad. "Mattos plantea que el proceso se levante. Consideramos inaceptable que de esta manera se pretenda forzar decisiones de carácter disciplinario", dijo Noguera.
El Vicerector declaró que un día después de que el estudiante iniciara la huelga de hambre, el delegado de la Defensoría del Pueblo Alejandro Arango intentó mediar en la situación, pero que fue abofeteado por Mattos, "al parecer porque no le gustó su propuesta. Eso está en acta de constancia que el mismo delegado pidió a la universidad", dijo Noguera.
Consultado por AL DÍA, el estudiante se declaró incapaz de golpear a nadie por las cadenas en sus manos.
Ante el interrogante sobre las presuntas persecuciones del rector a opositores, Noguera respondió: "a esos estudiantes la universidad le cumple a los requerimientos que hacen, como asistir a eventos en otras ciudades, que son subvencionados por la institución. Entonces es difícil pensar que el rector ande persiguiendo estudiantes opositores mientras se les cumplen peticiones especiales. Los hechos hablan por sí mismos".
