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Colombia continuará institucionalmente en la búsqueda del modelo de paz impuesto por la comunidad internacional y mientras tanto, quienes comienzan el ejercicio del mandato el próximo año, tienen iguales expectativas
Por: ANGEL ALIRIO MORENO MATEUS
Culmina un año y con él también termina el mandato de alcaldes y gobernadores que durante los últimos cuatro años administraron y muchos de ellos “saquearon” las arcas del Estado, enriqueciendo de manera ilícita su patrimonio personal y el de su entorno familiar y político.
De los que lo hicieron bien, se encargará el juez natural, que es el pueblo en las elecciones venideras para el Congreso de la República. De los otros; de los que se robaron hasta el papel de los baños y se bebieron hasta el agua de los floreros, seguramente se encargará la Fiscalía General de la Nación y la Procuraduría General, o bien sancionándolos, o a través de funcionarios de similares conductas, terminarán siendo extorsionados, para que entreguen a otros deshonestos servidores públicos, parte del botín de las coimas. Es la realidad que vivimos en Colombia en materia de administración pública, eso sí, con contadas excepciones.
Colombia continuará institucionalmente en la búsqueda del modelo de paz impuesto por la comunidad internacional y mientras tanto, quienes comienzan el ejercicio del mandato el próximo año, tienen iguales expectativas a las que mantienen los ciudadanos que les otorgaron la posibilidad de acceder al poder. Nuevos mandatarios cuyos pensamientos políticos oscilan como péndulo de reloj; para que con balanza en mano, inclinarse hacia tomar caminos de nuevas prácticas políticas y abandonar los atajos que a varios les permitió llegar a tomar posesión del nuevo cargo, o seguir en el tortuoso camino que la sociedad entera está reprochando y detestando, el de la corrupción.
En el primer año, en Gobernación y algunas Alcaldías, habrá mucho de cumplimiento financiero a través de la contratación
En Santander comienza a reflejarse el mismo comportamiento que tendrá el rumbo político del país. Habrá un gobierno liberal con participación de los partidos que integran la unidad nacional y se implementará el esquema gobierno-oposición, para que vayamos aprendiendo desde lo regional hacia lo nacional, cómo opera el parlamentarismo en otras democracias.
En el primer año, en Gobernación y algunas Alcaldías, habrá mucho de cumplimiento financiero a través de la contratación, para pagar el capital y los réditos a quienes financiaron las campañas políticas. Y ahí, organizaciones como Transparencia por Colombia y órganos de control se harán los de la vista gorda y se dedicarán a cuestionar los últimos actos de los mandatarios salientes para alimentar las páginas y deleitar las ondas de los medios de comunicación; para luego en el tercer año, con el dossier en mano, denunciar, enjuiciar a los mandatarios y entregar sus credenciales a los partidos dueños de las ternas. Sino, pregúntenle a Horacio Serpa cómo es que funciona la cosa, o a Néstor Humberto Martínez quien es, los ojos de los grupos económicos en la gran cruzada por sacar a Colombia de su condición de Estado fallido.
PD: Desde el portal La Silla Vacía me llegó la lista de regalos para los poderosos de Santander y llamó mi atención que el único buen regalo, fue el deseo de “unas elecciones” para que “Leónidas Gómez tenga como sacarle votos a la campaña a la Gobernación que aún no ha concluido” Pregunto: ¿El regalo y deseo es para el destinatario o están comenzando a tirar piedra hacia Didier Tavera? Ah, ¿y quién mandó a tirar esa primera? Felices fiestas.