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Un amigo en Facebook me dijo en días pasados, que quería conocer mi opinión o mejor, la opinión de nuestro informativo sobre el trascendental fallo emitido por el Tribunal de La Haya, en el cual se le quita parte de aguas marítimas a nuestro país en favor de la hermana República de Nicaragua.
Estaba guardando silencio porque en este país nos acostumbramos a que nos digan lo que queremos escuchar y, seguramente lo que la gran mayoría de los colombianos quiere escuchar en este instante, son frases como estas: "Ese guerrillero nicaragüense se salió con las suyas respaldado por Hugo Chávez", "Juan Manuel Santos no tuvo pantalones para defender nuestro territorio es un vendido a las FARC", "No acatemos ese fallo de La haya y que Colombia se retire de ese tribunal infectado e influenciado por Hugo Chávez y los comunistas del mundo", "Si es necesario irnos a la guerra yo estoy dispuesto a tomar las armas en defensa de la patria", Etc., .
Frases que en Colombia hay un gran especialista en pronunciarlas y es precisamente el señor Álvaro Uribe Vélez, el mismo que dejó en manos de ese tribunal la decisión y ahora sale con su sentimiento de patria a decir lo que muchos colombianos quieren oír, y parte de eso ya fue reflejado en el párrafo anterior.
La salida más fácil y peligrosa para los colombianos es, retirarse en este momento del Tribunal de Justicia de La haya, porque estaríamos abriendo paso a que muchos crímenes protagonizados por el estado y cuya esperanzas de juzgamientos están ante una corte internacional de justicia, podrían tener soporte legal para desacatarlos y enviarlos al cesto de la impunidad, además que plantear la salida de ese tribunal, es crear la cortina de humo que gobiernos traidores necesitan para ocultar la responsabilidad real del estado colombiano sobre el fallo de La haya.
Yo sí creo que el problema aquí no es si de soy patriota o no soy patriota. Aquí lo que se tiene que entrar a estudiar la responsabilidad y los criterios con que se firmaron los acuerdos del famoso Pacto de Bogotá, que obliga a Colombia, a someterse a la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia de la Haya.
No podemos estar reversando acuerdos y tratados cada vez que un fallo nos sea adverso. Si nosotros buscamos un arbitramiento y estamos de acuerdo en aceptarlo, estamos en la obligación de acatar la decisión. Cuál sería el discurso hoy si el fallo nos hubiera favorecido.
Si esa corte internacional no falló en derecho, los colombianos no podemos conformarnos con el retiro de nuestro país de este tribunal dependiente de la ONU, porque estaríamos perdiendo la gran oportunidad de establecer la responsabilidad no tanto del gobierno actual, sino de los anteriores, en la trágica decisión tomada por ese rector de justicia internacional.
Nosotros no podemos ni siquiera atrevernos a pensar, que un país con más pobreza que Colombia y regido por un ex guerrillero como en el caso de Nicaragua, tenga verdaderas influencias para voltear un fallo a su favor ante un organismo bastante influenciado por los Estados Unidos, nación que no comulga con la filosofía política del presidente Daniel Ortega. Como en los tiempos de la abuela, a ese cuento le falta un pedacito.
Lo que realmente pasa ahí es un gran novelón nacido de unos grandes guionistas que han regido los últimos años nuestra nación, capaces de vender los intereses nacionales como sucedió en este caso con Nicaragua, para después echarse el discurso patriótico, cuando realmente muchos colombianos saben, que ahí se negoció más que un área marítima, la gran explotación petrolera con el beneplácito del Gobierno Nacional, no el de Santos únicamente, aunque también jugó su papel fundamental en la negociación. Hay que preguntarle al señor Uribe, cuál fue su participación en el CVY durante sus ocho años de gobierno.
Lo otro que quisiera preguntarme y hallar respuesta inmediata, es si ese fallo nos despertó el sentido de patria o nos volvió más importante de lo que hemos sido frente al yugo de los que nos gobiernan.
¿Cuál patria? ¿Esa patria que aplaudíamos cuando Uribe trató de entregarle a Estados Unidos cuando quiso montar las bases militares para tener mejor control sobre nuestro territorio con el pretexto de acabar con las FARC? ¿No es esa misma patria que aplaudía que Estados Unidos controlara con sus bases militares para adueñarse de la cuenca amazónica y otras de nuestras riquezas? ¿A caso alguna vez hemos tenido esa patria?
El otro caso es el sentimiento de patria de nuestros hermanos sanandresanos. Es innegable que hay una población de isleños muy ligados al nombre y gentilicio de colombiano, pero no podemos esconder que es una región resentida con el resto de la Nación por el olvido a que han sido sometidos socialmente durante toda la historia política de Colombia.
Y obviamente que en una gran mayoría de ellos el temor no es separarse de nuestro país como en un tiempo ya lo hizo Panamá y, otras regiones que otrora pertenecieron a nuestro territorio y ahora son de otras naciones al sur del continente. El temor de ellos es quedar o empezar en cualquier momento a ser parte de un país tan pobre como Nicaragua, porque no podemos negar que muchos de ellos, todavía sueñan, con ser colonizados por Norteamérica, tanto así, que muchos de ellos hablan mejor el inglés que el español.
Por: Nelson Armesto Echavez VER AQUÍ VIDEO
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