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El falso bienestar que ofrecen el alacranismo socialista

27/09/2018 09:30 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Es un paso militante, pero, la imagen no puede ser más esclarecedora:

Aventis

 

Los catalanes, siguen esperando una respuesta de la historia política de España, siguen con la servilleta de tela sobre el cuello, esperando una respuesta exacta de la Generalitat para zampárselo a Felipe Gonzales, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Pablo Iglesia- Podemos. Ese es el verdadero panorama, hasta el día de hoy.

Es un paso militante, pero, la imagen no puede ser más esclarecedora: independentistas ocupando irregularmente unas plazas, para darse a entender, mientras que Miguel Diaz- Clane y Nicolás Maduro Moros asisten a un acto en Manhattan, NY, luego de sendos discursos en el aforo de Naciones Unidas, parecen pingüinos humanos, como los de Chile, comiendo mantequilla. Sin una definición política en sí.

Bueno, Cataluña seguirá en el mismo charco junto a Venezuela pidiéndole protocolo a Donald Trump para que en una mesa de dialogo apruebe una solución para España y Venezuela, a espaldas del Reino Unido, ahora, dicen que los árabes estuvieron en este continente, antes que los rusos, mongoles y árabes para colocar su bandera en Venecia, Lago de Maracaibo y sus alrededores. Lo que aman y quieren junto a los chinos es nuestras riquezas que el presidente Maduro les ofrece en bandeja de plata para que venga una nueva colonización y hacernos esclavos y dependientes.

Así que, olvidemos el dialogo, es una entelequia y un mensaje difuso, lo que se debe hacer es normalizar la situación y dejar el independentismo a un lado. Estos viajantes y alacranes del socialismo lo que desean son dólares del bueno y no les importa el pueblo.

Es que tanto venezolanos como catalanes no quieren ir a las urnas electorales para elegir a sus cuadros políticos de una manera decente y patriótico. Entonces, tendremos una fractura de gobierno de una monarquía hacia otra, porque en nuestro caso, ya vamos para veinte años de un proceso de cambio social que se cumple ante la mirada inhóspita de muchos venezolanos y, es un mareo de la perdiz que es, inmune al mareo y, los ancianos son engañados, una y otra vez, pero, deben llevar su féretro al hombro,   casi, soy distinto a doce años atrás, poco queda del sueldo para comer, menos para fármacos. El cementerio, ya tiene su propia historia, muy novedosa, por cierto.

El 11S arrastró a los americanos a otro Vietnam. A proyectar una imagen desoladora de las democracias liberales, escondidas entre los escombros de Oriente Medio y los sillones de los organismos internacionales. Cuando Barack Obama ganó las elecciones norteamericanas para restituir el valor de la paz democrática reconoció en su discurso que éste era el motivo de su victoria: “por si hay alguien ahí fuera que dudaba sobre la fuerza de la democracia esta noche tiene su respuesta”. Pero como la política es un organismo inquieto, ocho años después Donald Trump ha vuelto a debilitar la democracia liberal con su campaña y su victoria.

A la creciente debilidad económica de las democracias, provocada por razones diversas que señalan a la globalización como responsable

Reventar otra guerra en el continente latino es fácil, puros presidentes que no lo son y estrategas que se agradan cuando pasan una noche en el Estado de Florida para comerse unas hamburguesas o, tomar un avión chárter para comer langostas o arroz con cerdo y granos en una playa cubana, no tienen conciencia y militancia política. En el cual no se advierte sobre el fin de la historia, si no sobre el final de la democracia.

Pero en ese proceso final, Donald Trump representa tan sólo uno de los naipes que derriban a un castillo más frágil de lo que habíamos imaginado durante décadas.

La hegemonía y el liderazgo económico que las democracias norteamericanas, europeas, australes y japonesa, han ejercido durante la segunda mitad del siglo XX se ha diluido. En primer lugar, porque el peso de estos países en términos comparativos y absolutos ha decrecido de forma constante en los últimos 15 años y, de manera más notable, en los años de la crisis económica. En 1990 los países “no libres” o “parcialmente libres” (terminología del Freedom House) representaban un 12 % del ingreso global y ahora superan el 33%. Y de los 15 países con rentas per cápita más altas, dos tercios son regímenes no democráticos. En los próximos años, además, el peso de las economías de Irán, Rusia, China o Arabia Saudí, podría superar a las economías occidentales.

, pero que olvidan a la corrupción, el mal gobierno, la especulación y la codicia como pecados capitales, hay que añadir el deterioro de su poder blando y de su capacidad de atracción. Según Mounk y Foa, los sistemas liberales han tenido éxito gracias a la relativa igualdad sobre la que se han construido, la mejora constante en los ingresos y las expectativas de futuro de la sociedad, y la superioridad de su bienestar con respecto a los modelos autoritarios y pseudo democráticos. Lo cual ha producido fascinación y un alto nivel de imitación del modelo liberal, de sus patrones de conducta, formación y consumo y, en general, de su estilo de vida. Los países del centro y del este de Europa se lanzaron a cruzar el muro del comunismo, en busca de una Unión Europea libre y democrática, pero también próspera. Y sin embargo hoy, países como Polonia y Hungría cuestionan el acierto de su decisión, mientras Turquía abandona su interés por las antaño ansiadas comunidades europeas, y los populismos reniegan de Europa.

Con unos canales de comunicación propios y cada vez más influyentes y con estrategias de debilitamiento de los sistemas liberales, los autoritarismos pretenden hacer visibles y creíbles sus modelos entre las llamadas democracias emergentes, India, Indonesia, Brasil, y en países de Latinoamérica, Asia y África. Mientras tanto, el naipe de Donald Trump derrumba la alianza de las democracias basada en el libre comercio, la seguridad, y en la Gran Estrategia en torno a los valores liberales.

Un artículo en The Economist, “Picking up the pieces”,  explicaba cómo, ante el liderazgo ausente de los Estados Unidos y la creciente influencia de los autoritarismos iliberales, las democracias han comenzado a caminar sin Trump, para detener la caída del orden liberal y recomponerlo tras su marcha. El D10, que reúne a las diez democracias más prósperas, - las norteamericanas, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y la UE, Japón, Australia y Corea del Sur -, ha puesto en funcionamiento mecanismos y acuerdos comerciales, foros e institutos para revitalizar su papel global.

Cuba y Venezuela, desean entrelazarse en ese gran negocio, ante sus fracasadas economías internas y dejar atrás los viejos plagios socialistas y adecuarse al nuevo esquema liberal del mercado mundial, donde el capitalismo es la base de toda sobrevivencia económica

Pero en ese proceso final, Donald Trump representa tan sólo uno de los naipes que derriban a un castillo más frágil

 

 


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Autor:
Emiro Vera Suárez (2327 noticias)
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