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Somos un informativo que, aunque nos leen donde jamás podrán leer el periódico impreso por las ventajas que ofrece el medio virtual, no dejamos de considerarnos un medio informativo local por el mismo contenido que ofrecemos, que nos deja, como el medio que más ha publicado noticias sobre la Localidad de Kennedy, específicamente del sector de Patio Bonito, lugar de donde orgullosamente emitimos.
Esta misma razón es la que hace que muchos habitantes de estas comunidades se acerquen a nosotros, con la esperanza que alguien por fin los escuche, ya que la mayoría de las autoridades se entienden con quienes se autoproclaman "defensores de los derechos sociales y humanitarios" en nombre de las poblaciones más desprotegidas y con menos oportunidades.
Comunidades como Bosa y Tierra Buena, están en el grupo de sectores con mayores inequidades sociales, con un débil acceso a la igualdad, precario, que hace que la carga de dependiente de falsos dirigentes, sea cada día mayor.
Por eso es bueno entender, que estamos hablando de unas comunidades que no tienen acceso a la seguridad social, ni a otro tipo de servicios y en su mayoría viven con escasa oportunidad; pagando arriendo, endeudados con la banca, sin salud y baja escolaridad.
Es de esas debilidades de donde surgen falsos mesías, expertos en alzar la voz, tomarse los micrófonos y adueñarse de las reivindicaciones populares con un solo propósito, la contratación con el Distrito sobre los hombros de quienes depositan en ellos toda su confianza.
El creer en alguien no es delito, el delito se da cuando se traiciona la creencia y la buena fe que se nos da en administración, y eso indudablemente está sucediendo con las víctimas que dejó la ola invernal en Bosa y Tierra Buena.
El Distrito tiene que entrar a dialogar seriamente con esas comunidades, pues evidentemente hemos conocido de personas que están entregando poder para negociar a sociedades de abogados, que puede ir en la ruta de un nuevo engaño para las víctimas.
Ya muchos afectados fueron engañados por algunos dirigentes que pensaron más en fortalecerse políticamente para reanudar contratos con el Distrito, que en las comunidades que lidiaron con el agua al cuello.
Las comunidades necesitan cambiar el discurso de la obtención de la limosna ofrecida por el presidente Santos, por el discurso de reconocimiento como víctimas de una mala planificación de cuya responsabilidades no se salvan ni el Distrito, ni la Nación, mucho menos la empresa privada representada por las grandes constructoras, que aún siguen construyendo sin que se conozca una obligación de cumplimiento por parte de estas, que revierta los daños a futuro representada en salud, educación y saneamiento ambiental.
Yo sí creo que el Distrito debe aprovechar el momento. Partiendo desde el reconocimiento, que la nueva administración no tiene responsabilidad alguna en la mala planeación y ejecución de estas construcciones que desafían a la naturaleza, pero que sí está en la obligación como regidora actual, a concertar en la búsqueda de una solución seria y efectiva que garantice el reconocimiento de los afectados como víctimas y no como damnificados, pues lo dijimos en ocasión anterior, si no hay víctimas no puede haber reparación, pero si hay damnificados, pueden haber ayudas, y la ayuda puede ser incluso, la limosna ofrecida por el presidente Santos, además que no es obligada, mientras que la reparación del daño si es de carácter obligatorio.
No se puede postergar más el tiempo, hay que evitar que siga creciendo el negocio de la construcción sobre los humedales, hay que pararlas ya. La solución no va a llegar taponando vías de acceso que perjudican a la misma comunidad, aquí hay que tocarles el bolsillo a las constructoras que son el principal actor de la inmoralidad social que está carcomiendo a nuestras comunidades.
La población no puede seguir envuelta en las redes de las tres crisis: Política, moral y económica, esto porque quienes asumen el sagrado deber de vigilar, defender y prevenir, terminan atrapados por la corrupción y el dinero fácil, al servicio de la jerarquía dominante.
Lo que ha pasado en Bosa y Tierra Buena, demuestra que esas comunidades tienen muchos Herodes, Dimas y Saqueo, los mismos que se han enquistado en distintas partes del cuerpo social, la carrera indetenible por el dinero fácil y la mirada cómplice de muchos Pilatos.
Yo si pienso que es hora que las comunidades se tomen la palabra, es hora de quitarles el micrófono a los mismos de siempre, a esos que en todas partes quieren estar y en ninguna están. En esa decisión no deben demorarse mucho, el cambio de dirección se hace cada vez más urgente, aún es tiempo, todavía se puede avanzar a mayor velocidad que la que llevan las piedras que aparecerán en el camino.
Esta semana que apenas pasa, fue el momento propicio para la reflexión. Y esos Judas que han jugado con la esperanza de las comunidades, ojalá también se hayan tomado el tiempo suficiente para reflexionar. ¡No más por favor!