Hoy hace dos años que fue asesinado el Joven de 16 años Jeisson Holguín Moreno. Desde que supe de su muerte no lo pude olvidar, y quizás fue porque me llamó la atención el titular en donde se anunciaba sobre este hecho: “Quedó libre vendedor invidente que mató a un joven que lo atracó”. Simplemente este titular me hizo leer la noticia y al profundizar en ella sólo pude sentir compasión por aquel joven que había muerto un 12 de enero de 2010, en circunstancias muy tristes. Mi intención al escribir este artículo no es juzgar porque la noticia habla por sí misma, además intentar justificar a un joven que se convierte en drogadicto y luego atracador para poder subsistir es muy complicado. Los seres humanos tenemos puntos de vista tan diferentes, y vemos el mundo de maneras tan distintas que lo único que se puede originar es conflicto, como lo experimenté al compartir mi sentir con otras personas. Recuerdo que los comentarios sobre esta noticia eran aún más desalentadores: “una rata menos en este mundo”, “el invidente es un héroe…”, etc. Cosas así leí y me sorprendía al ver como esta noticia era causa de satisfacción para muchas personas. Pensaba en todos los jóvenes sin oportunidades que a diario mueren en las calles por diferentes motivos. Pensaba en qué tanto podemos hacer quienes estamos bien para ayudar a quienes más lo necesitan. Y a veces creemos que es difícil poder ayudar, siempre nos justificamos diciendo que se necesita dinero u otras cosas para poder hacerlo, pero no siempre el dinero debería ser la excusa para no hacer nada.

Si usted es de esas personas que siente compasión por el dolor ajeno, sin importar la condición social o circunstancias de quien sufre, simplemente, si es que no puede hacer más, ofrezca una oración al Todopoderoso, o algo que esté a su alcance, pero no se quede con los brazos cruzados y con la mente llena de buenas intenciones.

Desde el día que supe de la muerte de Jeisson no dejo de ofrecer en cada Eucaristía una plegaria por todos los jóvenes que a diario mueren en las mismas condiciones que él

Desde el día que supe de la muerte de Jeisson no dejo de ofrecer en cada Eucaristía una plegaria por todos los jóvenes que a diario mueren en las mismas condiciones que él. Quiero terminar diciendo que la intención de este escrito es recordar a este joven, recordarlo en su esencia original de ser humano creado a imagen y semejanza de Dios y que por lo tanto tiene derecho a ser recordado con dignidad y respeto y no con violencia de sentimientos, como hace dos años cuando perdió la vida.

Epitafio:

“Jeisson, que el Todopoderoso le permita recibir estas palabras de amor y respeto, porque su verdadera belleza la recobró cuando perdió su vida pero salvó su alma al recibir la misericordia eterna del Señor”. AMEN.

Enlace noticia sobre muerte de Jeisson Holguin Moreno, alías “El Chinche”:

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-6955587