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La violencia que todas las palabras que el presidente Chàvez, de Venezuela, pronuncia, no tiene comparaciòn con nada. Para el todas las soluciones deben ser a las patadas y los puñetazos. Es un ser cobarde e incapaz de razonar
No es la primera vez en que la fuerza pública ha decomisado a las Farc, armas que antes pertenecieron al ejército de Venezuela. Se trata de elementos de guerra, de destrucción con los cuales son atacadas diferentes instituciones, poblaciones y personas colombianas por parte del grupo violento, antes con visos sociales hoy evolucionados a ser la principal organización narcotraficante del mundo. Hasta el momento por parte de Venezuela, cuyo presidente reincidente pretende meterse en las cuestiones internas colombianas y de otras naciones, no ha explicado el porqué de ese fenómeno. Hasta el momento nadie ha dicho que sea el gobierno o el ejército de ese país, simplemente se pide una investigación. Pero, siempre aparecen respuestas de doble sentido o tratando de ridiculizar la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. Una sola bala que sea, merece explicación seria o ponderada que son los problemas más grandes y vergonzosos de la humanidad. Hipótesis pueden haber muchas, pero solo una está llamando la atención del mundo.
La semana anterior, en Londres, la revista especializada en defensa Jane's reveló que el ejército colombiano incautó de un número indeterminado de lanzacohetes antitanque en campamentos de las FARC que podrían haber sido vendidos originalmente por un fabricante sueco al ejército de Venezuela. La publicación inglesa precisó que los lanzacohetes serían del modelo AT4, fabricado por la compañía sueca Saab Bofors Dynamics. Eriksson, las armas encontradas habían sido vendidas a Venezuela en la década de los ochenta. Tomas Samuelsson, director general de Saab Bofors Dynamics, filial del grupo sueco Saab AB. Públicamente se “lamentó” que los equipamientos militares que ellos producen hayan terminado armando a las FARC por la poca responsabilidad de sus compradores y poseedores.
En una acción investigativa de los gobiernos europeos productores de armas llegaron a la conclusión que ninguno de ellos vendió esas armas a la guerrilla. A sus manos llegó por otros caminos diferentes. Por el contrario, “Suecia pidió explicaciones a Venezuela sobre la incautación por las fuerzas armadas colombianas a la guerrilla de las FARC, de armas suecas vendidas a Caracas en la década de los ochenta… Está confirmado que una determinada cantidad de armas producidas en Suecia fue encontrada en un campamento de las FARC. Pedimos explicaciones a los responsables del gobierno de Venezuela para que nos diga cómo explica que este equipamiento haya sido encontrado en Colombia… Todos los países hacia donde exportamos deben firmar un certificado de destinatario final, requisito sin el que la exportación no se autoriza… Desgraciadamente, a veces, un arma termina allí adonde no debería estar…” explicó el director de Saab Bofors Dynamics, filial del importante productor de armas y equipamiento militar sueco Saab AB.
El gobierno de venezuela debe informan al mundo por què sus armas estàn en manos de las Farc, una reconocida organizaciòn narco terrorita
La revista Semana, que se edita en Bogotá, que un artículo titulado "Los 'rockets' venezolanos" afirma que desde hace casi dos meses Bogotá puso en conocimiento de Caracas la incautación a las FARC de "varios lanzacohetes AT-4", pero que hasta ahora no ha recibido respuesta. El ministro del Interior venezolano señaló ante la presión internacional dijo: "Me parece que es una nueva arremetida contra nuestro gobierno fundamentada en mentiras… Desmentimos absolutamente que nuestro gobierno o nuestras instituciones estén prestas para colaborar con organizaciones criminales o terroristas. Da risa, parece una película barata del gobierno norteamericano y los pitiyanquis de la región”. Son las primeras declaraciones de un funcionario del gobierno de Venezuela sobre este tema. No aclaran nada, simplemente agraden y desconocen irresponsablemente algo que se puede ver y palpar: “las armas decomisadas. Son respuestas infantiles y carentes de todo valor y fondo social y moral.”.
La situación en términos generales está clara. Venezuela compró en los años 80 armas, estas se hicieron viejas pero están útiles, más cuando Venezuela renovó su equipo militar hace pocos meses; ahora esas armas aparecen en manos de la guerrilla Colombiana. No ha habido una respuestas concisa, por el contrario, trata de evadir una explicación. Buscan la forma de sembrar duda ridiculizando a quienes pide una respuesta. Estas salidas en falso ahondan la duda sobre la teoría generalizada en Europa, Venezuela y Colombia. La verdad es muy simple de deducir. Veamos, para que haga juego con las declaraciones el ministro venezolano, la vieja e infantil adivinanza de que “Blanco, redondo, gallina lo pone, frito con sal se come… ¿Que será?”. Si los suecos le vendieron a los venezolanos y ahora esas armas las tienen las Farc, no fue el Papa el que se las facilitó, fueron los venezolanos. Lo que hay que averiguar y es lo que se pide, es, ¿Quiénes fueron? Para hacer eso no hay necesidad de agredir porque da la impresión que “la piedra cayó en el ojo tuerto”.