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Fumar o vapear un cigarrillo electrónico, dos costumbres distintas

21/08/2017 03:40 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

"No existen estudios a largo plazo, independientes, amplios, contrastados y cuyos resultados se repitan. Por eso, "la OMS desaconseja recomendar el cigarrillo electrónico para dejar de fumar, aunque no va más alla. No se pueden considerar medicamento"

El cigarrillo eléctrico o cigarro electrónico (también llamado «vaporizador», «vapeador», eCig o eCigar) es un sistema electrónico inhalador diseñado en su origen para simular y sustituir el consumo de tabaco.

Estos dispositivos utilizan una resistencia y batería para calentar y vaporizar una solución líquida. La solución líquida (llamada líquido de vapeo o 'e-Liquid') puede o no contener aromas y nicotina líquida.

La American Heart Association ha publicado un completo estudio sobre el cigarrillo electrónico, un dispositivo cada vez más popular en su intento de remplazar al  cigarrillo tradicional. Teóricamente ayuda a abandonar el consumo de tabaco. 

El cigarrillo electrónico hace uso de un líquido que contiene glicerol, propilenglicol, nicotina y, por último, ciertos extractos de hierbas o elementos alimentarios que le dan a cada versión un sabor característico. El consumidor de estos cigarrillos aspira el vapor generado por estos dispositivos, que trata de emular la sensación de fumar un cigarrillo tradicional y que ha dado pie al nombre que se le da a los fumadores de cigarrillos electrónicos: vapeadores. 

La industria tabaquera apuesta por el vapeo 

El cigarrillo electrónico fue inventado en su actual versión por el farmacéutico chino Hon Lik, que comenzó a comercializar su cigarrillo electrónico Ruyan en mayo de 2004. Su popularidad fue creciendo y extendiéndose internacionalmente, y la patente acabó siendo adquirida en 2013 por la tabaquera Imperial Tobacco, que la compró por 75 millones de dólares.

Los beneficios y riesgos sobre el uso de los cigarrillos artificiales han creado la gran polémica. Los defensores lo presentan como una alternativa al tabaco tradicional con un impacto mucho menor a la salud, o como terapia de reemplazo de nicotina para dejar de fumar. Sus enemigos los  consideran peores y dudan siempre de sus ingredientes. De por medio, los indutriales, comerciantes, distribuidores, cultivadores de la hoja del tabaco. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha quedado entre dos aguas en   argumentos entre riesgos y beneficios del nuevo sustitutivo del "pitillo tradicional". La OMS advierte a los consumidores que no considera que el cigarrillo electrónico sea un tratamiento legítimo para quienes estén sinceramente tratando de dejar de fumar y que los distribuidores de cigarrillos electrónicos deben dejar de reivindicar efectos terapéuticos no demostrados o se diga que están reconocidas por este organismo, debido a la carencia o el exceso de estudios rigurosos en pro y en cotra. Demostrar la efectividad del cigarro electrónico como terapia de remplazo o sus niveles de toxicidad o negarlo. Esa es la cuestion.

 La OMS no descarta la utilidad de estudios clínicos y toxicológicos en el marco reglamentario adecuado. ​Recientemente se realizaron estudios por las Universidades de Massachusetts y Lovaina que indican que los cigarrillos electrónicos sí son un medio viable para ayudar a dejar el tabaquismo.​

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) afirma que pueden causar cambios en los pulmones a corto plazo muy parecidos a los que se producen al fumar los cigarros normales.

 

. En marzo de 2014, el Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña (CHUAC) descubrió un cigarrillo electrónico nefasto. Diagnosticó el primer caso en España de neumonía lipoidea que fue asociada al cigarrillo electrónico y relacionada a la presencia de glicerina vegetal entre los componentes de las cargas.​ El grupo Ecigarrete Research en su página web5​ publica una carta del Dr. Farsalinos que rebate dicha afirmación, afirmando que una sustancia soluble no lipídica como la glicerina no puede ser acumulada en un ambiente hidrófugo como el observado en las formaciones lipoideas características de esta patología.

La Administración norteamericana de Alimentos y Medicamentos (FDA) en 2009 alertó de la presencia de nitrosaminas (agentes cancerígenos) y otras sustancias tóxicas (como dietilenglicol) en un estudio preliminar de varias marcas analizadas.

La Asociación Americana de Médicos de Salud Pública (AAPHP) ha recomendado, respecto de la revisión del Reglamento Estatal de Cigarrillos Electrónicos, añadir dos principios al mismo: 1) mantener y fortalecer la prohibición de vender productos derivados del tabaco y de la nicotina sin receta médica, y 2) aconsejar las terapias de reemplazo de nicotina (que incluyen muchos cigarrillos electrónicos, entre otros) los casos en que se ha fracasado en el intento de dejar de fumar o no se quiere dejar de fumar.

En agosto de 2013 fue publicado un estudio financiado por la asociación CASAA​(The Consumer Advocates for Smoke-free Alternatives Association, (Asociación de defensa de los consumidores para alternativas a la prohibición de fumar) y realizado por el profesor Igor Burstyn, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Drexel en el cual se hicieron pruebas a los componentes químicos en el vapor de los cigarrillos electrónicos. Según el estudio los resultados prueban que los niveles de contaminantes son extremadamente bajos comparados con el cigarrillo tradicional de tabaco y completamente inofensivos para los llamados "vapeadores de segunda mano", refiriéndose a aquellos que sin ser necesariamente usuarios activos de los cigarrillos electrónicos, aspiran de manera indirecta el vapor producido por estos.

Según el mayor distribuidor de cigarrillos electrónicos de España, EcigLogística, el Servicio de Salud Pública de Inglaterra (PHE), dio a conocer un interesante estudio donde se asegura que los cigarrillos electrónicos son menos perjudiciales que los de tabaco. Un paso muy importante, donde las enfermedades provocadas por el tabaco son un problema de salud. 

Recientemente, con la legalización de la marihuana en algunos lugares del mundo(la marihuana para uso medicinal) los consumidores de la droga han comenzado a usar un extracto en forma de aceite de la planta, utilizando cigarrillos electrónicos para vaporizar el producto. Esta forma de consumo no libera el olor característico ya que no existe combustión en el proceso, permitiendo a los consumidores el pasar completamente indetectados en áreas públicas o en presencia de otras personas. Las autoridades están preocupadas pues el mismo método de consumo está siendo utilizado en estados donde aún no es legal el consumo de la droga. El uso del cigarrillo electrónico ha sido cuestionado​ por dañar los pulmones, ​ ser cancerígeno y sus efectos se homologan a los del tabaco.

 Recientemente la Gaceta Sanitaria (Gaceta Sanitaria es la revista científica y órgano de expresión de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) ha publicado un estudio sobre Prevalencia y perfil de uso del cigarrillo electrónico en España. Muestran un rápido aumento del uso del cigarrillo electrónico entre los jóvenes de un alto porcentaje de uso dual del cigarrillo electrónico con otros productos de tabaco, particularmente con el cigarrillo convencional.

Hay otro grupo que clama contra “La mentira de los cigarrillos electrónicos” Se expresan así : esos cigarrillos ni ayudan a dejar de fumar ni son inocuos. Hasta la fecha, no hay evidencia científica serias que avalen los cigarrillos electrónicos como herramienta para abandonar el tabaco. Hasta la OMS se tambalea entra dos grandes corrientes que no dejan de sr comerciales.. Sin embargo, sí se van sumando y aumentando los estudios sobre los efectos que podría tener su consumo en el organismo. Los últimos indican que producen alteraciones en las células pulmonares y que anulan el reflejo de la tos, lo que podría significar que incorporan entre sus componentes "algún tipo de anestésico local". Así lo exponen varios grupos de investigación en la Conferencia Internacional de la Sociedad Torácica Americana, que se celebra esta semana en Denver (Colorado). 

Precisamente el reflejo de la tos aparece con el objetivo de proteger al sistema respiratorio superior de la entrada de material extraño, es muy importante. La irritación de las primeras caladas produce este efecto, que es el que ayuda a expulsar los tóxicos. Algún tipo de anestésico local consigue anular este mecanismo de defensa. "También ocurre con el tabaco", señala Francisco Rodríguez Lozano, ex presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) y ahora presidente de la European Network for Smoking and Tobacco Prevention (ENSP). Enseguida los fumadores dejan de experimentar ese reflejo de tos.Y parece que los fumadores convencionales sufren una reducción progresiva de dicho efecto 

 Ahora, un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de Albert Einstein y del Centro médico de Montefiore (Bronx, Nueva York) ha observado la disminución del reflejo de tos en 30 personas sanas y no vapeadoras. 

"A pesar de su popularidad o impopularidad, se sabe muy poco acerca del efecto del eletrónico sobre el sistema respiratorio", señala Dicpinigaitis. Tampoco hay claridad sobre los componentes que incluye. ¿Sustancias tóxicas escondidas?.Claro que las hay."No existe ningun control de estos productos", matiza Rodríguez Lozano. "Mientras  las composiciones químicas y efectos negativos para la salud del humo de tabaco han sido bien estudiados, los cigarrillos electrónicos aún no se han sometido al mismo nivel de escrutinio", argumenta Daniel Sullivan, médico de la Universidad de Alabama y autor de otro estudio presentado en la conferencia de la Sociedad Americana Torácica. En dicho trabajo, Sullivan y su equipo han encontrado diferencias en la composición química y mecánica de los e-cigarrillos. Observaron, por ejemplo, acroleína, un irritante asociado con mayores probabilidades de sufrir cáncer de pulmón; acetaldehído, que además de conllevar el mismo riesgo, incrementa la adicción; y el formaldehído, otro carcinógeno conocido. En todo caso, puntualiza el investigador, "los niveles de este elemento son comparables a los que encontramos en los cigarrillos del tabaco". 

La formación de estas sustancias químicas desde la acroleína hasta el formaldehído se correlacionan con el glicerol, comúnmente utilizado como disolvente de nicotina en los cigarrillos electrónicos. Además, el análisis mostró alteración de la actividad de la enzima ofLTA4H, implicada en la inflamación pulmonar. "Los resultados de muchas organizaciones científicas ponen de manifiesto que los cigarrillos electrónicos incluyen varias sustancias tóxicas para la salud humana". Dado el resultado y analizados los datos, "convendría establecer un escrutinio más cuidadoso y regular la estandarización de los componentes de estos dispositivos ampliamente utilizados". 

"Nadie cuestiona que no tengan alquitrán ni monóxido de carbono, pero sí está claro que los cigarrillos electrónicos tienen otras sustancias tóxicas que no son inocuas", subraya Rodríguez Lozano. "No sabemos con certeza lo que producen", pero se intuyen alteraciones en las células pulmonares y efecto sobre el tejido cardiovascular. Esta última consecuencia se debe a la nicotina, incluida en la gran mayoría de los cigarrillos electrónicos, aunque-naturalmente- no se especifiquen, señalan los expertos.

 

A las repercusiones sobre la salud se suma que vapear aumenta el riesgo de la introducción o iniciación de la conducta de fumar, sobre todo con los sabores y especialmente en la población más joven. Un estudio publicado hace un par de meses en la revista American Journal of Public Health confirmaba que los cigarrillos electrónicos, lejos de ayudar a dejar de fumar, enganchan aún más que los clásicos. Por supuesto no es un medicamento. 

El tercer trabajo (un metaanálisis de 22 estudios) presentado en Denver sentencia a los e-cigars en el mismo sentido. Un equipo de científicos de la Universidad de Toronto afirma, una vez más, que no hay evidencia veraz sobre su papel para dejar de fumar. "Aunque se ha demostrado que los cigarrillos electrónicos facilitan la abstinencia durante el primer mes, no existen datos sobre su eficacia a largo plazo", afirma el autor principal, Riyad al-Lehebi.De la misma opinión es Rodríguez Lozano: "No existen estudios a largo plazo, independientes, amplios, contrastados y cuyos resultados se repitan. Por eso, "la OMS desaconseja recomendar el cigarrillo electrónico como estrategia para dejar de fumar, aunque como hemos dicho no va más alla. No se pueden considerar medicamento" 

La Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico (ANCE) reconoce que "el cigarrillo electrónico es un producto dirigido exclusivamente al fumador [...] No es para dejar de fumar, sino una alternativa al tabaco dirigida exclusivamente al fumador adulto". ¿ Para quien es especificamente ese cigarrillo, si se excluye al fumador joven? No obstante, aunque errónea, la idea que impera es la contraria. 

Mientras no se demuestre su eficacia y seguridad, añaden los expertos, hay otras opciones aprobadas para abandonar el tabaco". Rodríguez Lozano señala algunas: la terapia de reemplazo de la nicotina (chicles, parches e inhaladores) y medicamentos que son eficaces, pero siempre con la supervisión de un médico,  serán quienes deban valorar cada caso. 

El tema no se puede dejar a la ligera, pues se puede fumar o vapear... y ¿el fumador pasivo, dónde queda?

Además de recuperar su olfato, dejar de fumar reduce el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares y cáncer de pulmón significativamente. Ahora un estudio publicado en la revista Neuropsychopharmacology desvela también algunos cambios cerebrales, como efecto de dejar de fumar. Según un equipo de científicos de la Universidad de Duke, cuando un fumador logra abandonar el tabaco con éxito, la conectividad entre ciertas regiones de su cerebro mejora, en comparación con quienes no han conseguido mantener dicha abstinencia. Esta es la conclusión que relata el artículo después de que los investigadores analizaran las imágenes por resonancia magnética de 85 personas. La prueba se realizó un mes antes del intento de dejar de fumar e hicieron un seguimiento de 10 semanas. Un total de 41 participantes recayeron. El resto consiguió su objetivo con éxito. Comparando imágenes, los científicos observaron mejor sincronía entre la ínsula (el origen de los impulsos y deseos) y la corteza somatosensorial (fundamental para el sentido del tacto y el control motor) en quienes superaron la adicción. "La ínsula envía mensajes a otras partes del cerebro para coger el cigarrillo", expone Merideth Addicott, profesor asistente de la Universidad de Duke y autor principal del estudio. Esta parte de la corteza cerebral ha sido objeto de muchos estudios que demuestran que está activa cuando los fumadores ansían tabaco. Otros estudios han encontrado que los fumadores que sufren daños en la ínsula parecen perder espontáneamente interés en fumar. "Hay un acuerdo general sobre el papel de la ínsula en el consumo de tabaco", argumenta Addicott. Convendría indagar en "intervenciones para modular esta parte de la corteza cerebral" y facilitar así el abandono del tabaco. Quizás, "si somos capaces de aumentar la conectividad entre ínsula y corteza somatosensorial en los fumadores", les ayudaría a conseguirlo, apuntan los responsables del tabaco. Probablemente a través de métodos como el neurofeedback y la estimulación genética transcraneal, utilizados ya para mejorar la depresión. 

El interés de la industria tabaquera por los cigarrillos electrónicos es patente: hoy día la mayoría de grandes marcas ofrecen productos de este tipo, y por ejemplo en España ya existen más de 3.000 tiendas que comercializan equipamiento para vapear, sin contar, como indican en la Agencia Sinc, a los estancos que también distribuyen estos productos

El objetivo del estudio de la American Heart Association es precisamente situarse como una de las referencias a la hora de evaluar la exposición tóxica de estos cigarrillos, sus riesgos individuales, y los efectos en la salud. También es necesario según ese estudio determinar el riesgo para los no fumadores (los "vapeadores pasivos", como ya se les llama), y, obviamente, tratar de confirmar si estos cigarrillos realmente ayudan a dejar de fumar o al menos reducen los riesgos para la salud en aquellos que los adoptan en lugar de los cigarrillos tradicionales. 

Uno de los problemas a los que se enfrenta este y otros estudios es la continua evolución de estos productos: "los cigarrillos electrónicos cambian deprisa, y muchos de los resultados de estudios de productos antiguos podrían no ser relevantes para la evaluación de productos más novedosos que podrían ser más seguros y más eficientes como dispositivos para el suministro de nicotina", indican en ese estudio. Y aún así, muchos esfuerzos van dirigidos a tratar de estudiar y regular un mercado aún en pañales.

 Lo demuestra el propio Parlamento Europeo, que "a mediados de año revisaron la Directiva 2001/37 sobre productos del tabaco para incluir, entre otros, a los cigarrillos electrónicos", indican en Sinc. 

Cada país miembro de la UE puede tomar ciertas decisiones para regular su uso, y en España se han adoptado precisamente medidas para "prohibir el uso de cigarrillos electrónicos en edificios públicos, hospitales o zonas infantiles", además de restringir la emisión de anuncios en horario diurno. La Ley Antitabaco en España se cura en salud -y nunca mejor dicho- y adopta una postura precavida respecto a unos productos que ya han comenzado a dar algunos sustos. 

La neumonía lipoidea es, según los datos que tenemos, el riesgo al que podrían enfrentarse los vapeadores. Aunque apenas ha habido casos confirmados, este mes de marzo se produjo uno ya citado en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña. Los médicos achacaron los nódulos adiposos en los pulmones del paciente a la glicerina vegetal presente en el líquido del cigarrillo electrónico, pero puede que el cigarrillo electrónico solo fuera parte del problema, y algunos sugieren que pudo haber otros factores implicados en estos problemas. Por ejemplo, el ácido oleico que una señora con un caso de neumonía lipoidea ingería como parte de su tratamiento del asma. 

En el informe de la American Heart Association se aglutinan todos los estudios presentados hasta el momento sobre el tema. Sus responsables afirmaban que de los 151 estudios encontrados solo 70 eran relevantes y "presentaban datos originales".

 

A esos estudios aceptados se sumaron algunos informes técnicos proporcionados por organizaciones de la salud -la OMS Tobacco Free Initiative ha comisionado el estudio final- y la aparición de algunos artículos de última hora hizo que la cifra total de referencias ascendiera a 82 para el resultado final. 

En el informe se tienen en cuenta aspectos curiosos de estos dispositivos, como las técnicas de marketing que se utilizan para tratar de venderlos. Los cigarrillos electrónicos se promocionan como más saludables, baratos y limpios, además de estar -atención- más de moda entre las celebridades, que parecen haber adoptado esta nueva Terapia de Sustitución de la Nicotina (NRT) en diversos anuncios públicos. Las redes sociales también parecen haber favorecido su popularidad, y según el estudio "las empresas de cigarrillos electrónicos tienen una fuerte presencia en medios sociales". 

El estudio de los riesgos para la salud es sin duda uno de los pilares de un estudio que comienza estudiando la llamada citotoxicidad. Uno de los estudios incluidos como referencia evaluó el comportamiento de los fluidos de recarga de estos cigarrillos electrónicos frente a tres tipos de células: los fibroblastos de los pulmones humanos, las células madres de los embriones humanos, y las células madre del sistema neural de los ratones. 

Los autores determinaron que la nicotina "no causó citotoxicidad, y que ciertos productos fueron no citotóxicos en los fibroblastos pulmonares pero sí en ambos casos de células madre, y que la citotoxididad estaba relacionada a la concentración y número de aromatizantes utilizados". Las conclusiones son algo confusas, pero parecen destacar la preocupación por las mujeres embarazadas que hacen uso de estos cigarrillos electrónicos.

 En esos riesgos influye la absorción de nicotina, que según un estudio de 2010 era menor que en el caso de los cigarrillos convencionales. Sin embargo, un estudio reciente mostraba que esa absorción era similar, quizás por la evolución de estos dispositivos y la "topografía de los vapeadores". Las conclusiones de nuevo parecen contradictorias, y el estudio alude a la "necesidad de la regulación de los productos en términos del suministro de la droga y sus efectos, así como al funcionamiento y etiquetado de los dispositivos".

 

Los fumadores pasivos también parecen estar expuestos a ciertos riesgos según este estudio. Los que se encuentran cerca de estos vapeadores están expuestos al aerosol exhalado por ellos, pero según el estudio de Schripp et al, "las toxinas en el aerosol del cigarrillo electrónico se encontraron en niveles mucho más bajos que las emisiones de cigarrillos convencionales" 

Otros estudios como el de Flouris et al evaluaron las condiciones que se producirían en un bar con fumadores, en las cuales los vapeadores pasivos parecían tener niveles de cotinina algo más bajos que en el caso de cigarrillos normales, pero no lo suficiente para descartar completamente el riesgo para la salud. 

El estudio de las partículas que conforman el vapor que generan estos dispositivos mostró que éstas son similares a las de los cigarillos convencionales. "Los fumadores exhalan parte de estas partículas, lo que expone a los que están cerca al vapeo pasivo", se indicaba en el estudio. De hecho, el informe revela que estos estudios demuestran que 

El aerosol de los cigarrillos electrónicos no es meramente vapor de agua, como se afirma en el marketing de estos productos. Las pruebas en cigarrillos electrónicos muestran niveles mucho más bajos en la mayoría de tóxicos, pero no en el nivel de partículas, que en el caso de los cigarrillos convencionales. Los niveles de la toxicidad humana para los tóxicos potenciales en el vapor de los cigarrillos electrónicos no se conocen, y la posibilidad de que haya riesgos para la salud en usuarios primarios de estos productos y en aquellos que se exponen de forma pasiva a sus emisiones debe ser considerada.

Los efectos en la salud que trataron de evaluarse en varios estudios tampoco arrojaron datos concluyentes, y "solo unos pocos estudios han investigado directamente los efectos a la salud en la exposición al aerosol de los cigarrillos electrónicos". De esos estudios, no obstante, no se obtuvieron datos contundentes. "Los efectos biológicos a largo plazo son desconocidos ya que los cigarrillos electrónicos no se han usado de forma masiva el suficiente tiempo como para realizar una evaluación" 

La interrogantes si ayuda el cigarrillo electrónico a dejar de fumar.Las pruebas clínicas realizadas en diversos estudios citados en el informe de la American Heart Association trataron de encontrar respuesta a otra de las grandes preguntas. ¿Sirven los e-cigarettes para dejar de fumar? 

En estos estudios se contrastaron los resultados del uso de cigarrillos electrónicos con otras Terapias de Sustitución de la Nicotina, pero los resultados, al contrario de lo que intentan vender los que promocionan estos dispositivos, fueron claramente negativos: 

En contraste con la asunción de que los cigarrillos electrónicos funcionarían como una mejor forma de NRT, los estudios basados en la población que reflejan el uso re de los cigarrillos electrónicos detectaron que el uso de estos dispositivos no está asociado con dejar de fumar de forma exitosa. Todos estiman la probabilidad de abandonar el tabaco es tan baja en el caso de usar cigarrillos electrónicos como en el caso de los parches de nicotina y que todos los tratamientos produjeron tasas de abandono muy modestas sin ir acompañadas de asesoramiento.

Eso no impide, no obstante, que los especialistas no animen a los pacientes a tratar de usarlos para intentar dejar de fumar. "Sin embargo, los pacientes deben ser informados de que, a pesar de que el aerosol de los cigarrillos electrónicos es probablemente mucho menos tóxico que el cigarrillo normal, los productos no están regulados, contienen sustancias químicas tóxicas, y no se ha demostrado su validez como dispositivos para dejar de fumar". 

Conclusiones 

Las conclusiones del estudio reflejan el interés que las tabaqueras están teniendo en promocionar estos productos, como ya hicieran con los cigarrillos en los años 50 y 60 del siglo pasado. Sin embargo, sus beneficios no son demostrables: 

La evidencia en este momento, aunque limitada, apunta a altos niveles de uso dual de cigarrillos electrónicos con cigarrillos normales, no hay ventajas en cuanto a dejar de fumar, y se incrementa rápidamente la iniciación de los jóvenes en el uso de los  electrónicos.

De hecho, el estudio deja claro que las emisiones de los cigarrillos electrónicos "no son meramente vapor inofensivo de agua ", y que pueden ser una fuente de polución del aire en interiores. Así pues, y aun con estos datos poco esclarecedores en muchas áreas, no parece que el cigarrillo electrónico sea lo beneficioso que nos quieren vender las grandes de la industria del tabaco. 

Según el sistema de salud inglés el cigarrillo electrónico es un 95% menos dañino que el de tabaco

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