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La petición del Fondo Monetario Internacional de 600.000 millones de dólares para limitar las consecuencias de la crisis de deuda europea generó palabras de apoyo en Bruselas el jueves, pero no hubo muchos en el resto del mundo que se apuraron por comprometer el dinero.
Hace dos años, el FMI ya había solicitado 500.000 millones de dólares para combatir la recesión global.
El FMI, con sede en Washington, consiguió una respuesta obviamente afectuosa de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea en Bruselas, que instó a las potencias económicas del G-20 a acceder a la petición.
‘Recibiríamos con agrado las contribuciones de países del G-20″, manifestó el portavoz de la comisión, Amadeu Altafaj.
‘Esto enviaría una señal muy clara al mercado para mejorar la capacidad del FMI de cumplir con sus responsabilidades sistémicas hacia todos sus miembros’, añadió.
El pequeño estado de Omán, en el Golfo Pérsico, prometió participar e incluso duplicar su contribución que, según dijo a Reuters el jefe del banco central local, Hamood Sangour al-Zadjali, es ‘muy pequeña’ en comparación a la de los países del Grupo de 20 potencias desarrolladas y emergentes (G-20).
Chile, otro pequeño aportante al FMI, dijo que estaba estudiando la posibilidad de colaborar con el FMI, pero no aseguró nada.
‘Es un tema para la discusión corta en la agenda con el presidente (chileno, Sebastián Piñera) y antes de que él esté debidamente informado no quiero hacer ningún anuncio. Pero es algo que estamos estudiando’, dijo el ministro de Hacienda de Chile, Felipe Larraín.
Pese a la respuesta de los pequeños contribuyentes y a las palabras de aliento desde Bruselas, las reacciones iniciales de las grandes potencias y mayores aportantes al FMI fuera de Europa fueron débiles.
Japón y Corea del Sur dijeron que querían ver pasos decisivos de Europa para contener la crisis que se propagó desde Grecia hace casi dos años, remeciendo la confianza de los inversores y de los bancos.
China dijo que el FMI debería ser capaz de contar con el apoyo de países del G-20, pero no expresó ningún compromiso propio de entregar más dinero.
Las reacciones en Asia tuvieron lugar después de otras aún más frías emitidas el miércoles por Canadá y sobre todo por Estados Unidos, que está tan falto de dinero y endeudado como Europa desde la crisis financiera del 2008-2009.
‘Seguimos creyendo que el FMI puede jugar un rol importante en Europa, pero sólo como un suplemento a los propios esfuerzos de Europa’, declaró un portavoz del Tesoro estadounidense. ‘El FMI no puede sustituir a un robusto cortafuegos en la zona euro’, añadió.
Representantes del G-20 se reúnen en Ciudad de México el jueves y viernes para discutir sobre los recursos para el FMI antes de un encuentro de ministros de Finanzas del G-20 a fines de febrero.
El FMI busca 500.000 millones de dólares para elevar su capacidad de préstamos desde cerca de 380.000 millones de dólares y, según fuentes del FMI, le gustaría contar con otros 100.000 millones de dólares como ‘colchón de protección’.
EEUU CON PROBLEMAS PROPIOS
Europa ya ha prometido inyectar 200.000 millones de dólares, pero aún no ha detallado quién pagará cuánto, y luego de eso se necesitarán otros 300.000 millones o 400.000 millones de dólares para completar lo solicitado por el FMI.
La crisis de deuda de Europa es vista ampliamente como la mayor amenaza a la economía global.
Muchos países agotaron buena parte de su poder de fuego financiero combatiendo la crisis global del 2008 y 2009, cuando tuvo lugar una primera solicitud del FMI de 500.000 millones de dólares.
Una nueva recesión global provocaría temores a que más países puedan necesitar ser rescatados por el FMI.
La ayuda de Estados Unidos parece ser el primer gran inconveniente en la búsqueda de nuevos fondos.
Con un presupuesto restringido en casa y elecciones presidenciales este año, algunos congresistas republicanos han amenazado con retirar 100.000 millones de dólares de dinero estadounidenses al FMI si los fondos son usados para rescatar a países de la zona euro.
Es improbable que la Casa Blanca quiera hacerse cargo del tema, ya que el presidente Barack Obama pretende la reelección este año.
‘Hemos dicho a nuestros socios internacionales que no tenemos intención de buscar recursos adicionales para el FMI’, manifestó una portavoz del Tesoro.
Un mensaje similar, aunque menos estridente, ha emergido desde otros países clave.
‘Muchos países quieren que los europeos salgan adelante con medidas más duras y más claras, que en este momento se traduce en más recursos a su fondo de estabilidad’, dijo una fuente del Gobierno brasileño que asiste a la reunión de funcionarios del G-20 en México.
China afirmó que Pekín cumplirá con los compromisos previos del G-20 de asegurar que el FMI tenga fondos suficientes como para enfrentar la crisis financiera, pero no fue más allá de eso.
El gobernador del Banco de Canadá, Mark Carney, dijo que no está claro que los gobiernos europeos hayan hecho todo lo necesario para poder financiarse por sí mismos a tasas de interés sostenibles en los próximos años.
‘Si tiene sentido mejorar los recursos del FMI, parecería que el foco principal debería ser lidiar con las consecuencias de la crisis europea para los inocentes’, dijo Carney en una rueda de prensa en Ottawa.