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Este mensaje va para todos los negocios que creen que el mundo sería mucho mejor si la gente comprara su producto o servicio. Va para aquellos que piensan, "Es que la gente no sabe que necesita esto", "¿Cómo hago para que los clientes cambien su forma de pensar y aprecien lo que vendo?".
Hay gente que no quiere cambiarNo se engañe. En muchos casos (más de los que uno cree), los clientes simplemente no quieren cambiar su realidad, no quieren dejar la inercia y probar nuevas alternativas. Hay mucha gente que es feliz como es, así a usted no le parezca.
Hay que entender que no todos son clientes potenciales; que en muchos casos solo están buscando un paliativo, una solución temporal, pañitos de agua tibia que les mitiguen un poco el dolor, pero que distan bastante de ser una solución real a sus problemas.
Paños de agua tibiaSon las personas que prefieren cosas puntuales, tácticas, sencillas, de rápida implementación; no cambios estratégicos que aunque atacan el problema de raíz, implican más trabajo, esfuerzo y dedicación en el negocio. Estas personas no están dispuestas a recorrer ese camino.
Cuando entiende que no todos quieren ser ayudados; que hay gente que está perfecta como está y que por más que quiera, difícilmente cambiará su conducta; se enfocará en aquellos clientes que sí aprecian lo que ofrece y que sí quieren hacer un cambio.
No se desgasteNo todos los clientes quieren ser ayudados. No todos quieren cambiar. Pero más importante, no todos los clientes aprecian el valor que genera y lo que puede hacer por ellos. Deje de querer cambiarle la mentalidad a la gente.
Es mucho más fácil vender lo que la gente quiere, que lo que la gente necesita. Hay una gran diferencia. En una son conscientes y tienen la voluntad, en la otra es solo de dientes para afuera.
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