El viento optimista sopla de cola para Independiente. Ganó su segundo partido consecutivo en el torneo Apertura y rompió así una racha oscura que lo seguía como una sombra enemiga: superó por primera vez a Godoy Cruz en los cinco enfrentamientos oficiales entre ambos equipos.

Si bien las dudas persisten y el equipo aún se muestra moroso en cuanto a la seguridad y al juego, los Rojos contrarrestan el panorama a partir de los triunfos. La victoria por 2 a 0 sobre el conjunto mendocino le otorga a Independiente la tranquilidad necesaria para afrontar un semestre que en el comienzo se asomaba con incertidumbre.

Como en Tucumán, en el éxito 4-2 con Atlético, el camino a la gloria se abrió a partir de un penal que convirtió Darío Gandín, a los 19 minutos del segundo tiempo. La infracción sancionada por el árbitro Faraoni fue dudosa: Datari tocó a Gandín cuando el delantero ingresaba a la carrera en el área. Hubo quejas. Como en la segunda y tercera fecha del Clausura, Independiente volvió a ser favorecido con dos penales en jornadas consecutivas. Pero se aseguró la victoria con un tanto de Piatti, a los 41 minutos, tras una serie de rebotes increíbles en el área mendocina.

En desventaja, Godoy Cruz conservó el orden y acercó peligro con Higuaín. Hilario Navarro respondió con solidez y mantuvo la ventaja. Los mendocinos estuvieron cerca de la igualdad, pero fallaron en los últimos metros. Después, se descuidaron y los Rojos aumentaron la ventaja.

A Independiente el triunfo le costó mucho. Da la sensación que todo será así para un equipo que aún no despega desde lo futbolístico, pero que las estadísticas hasta el momento le están dando un guiño. Y eso que fue local en la cancha de Lanús, un estadio que no le agrada al técnico, Américo Gallego.