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El expresidente catalán Jordi Pujol declaró este martes ante un juez de Barcelona como imputado por fraude fiscal en el último escándalo judicial de su familia, que amenaza con salpicar al actual mandatario, Artur Mas.
El histórico líder catalán, presidente de la región entre 1980 y 2003 y fundador del partido que ahora dirige Mas, Convergencia i Unió (CiU) fue imputado junto a su mujer y tres de sus hijos por haber escondido durante 34 años dinero en el pequeño principado de Andorra, reconoció el mismo.
En su declaración, Pujol, que reconoció el fraude fiscal, insistió en cambio en que el dinero fue una herencia de su padre y que no procedía de comisiones recibidas durante su mandato, como afirman algunos partidos, indicó una fuente judicial. El legado inicial, de 140 millones de pesetas (unos 840.000 euros), al parecer creció hasta alrededor de los 3 millones de euros.
En los últimos años los problemas legales se acumulan para la familia Pujol, antaño emblema del nacionalismo y ahora con ocho de sus nueve miembros implicados en distintas causas judiciales. Estos escándalos pueden lastrar también al delfín político de Pujol, Artur Mas, que deberá declarar próximamente en el Parlamento regional para esclarecer sus vínculos con los negocios de uno de los hijos de Pujol, Oriol, imputado por tráfico de influencias y cohecho.
La investigación sobre Oriol Pujol, exportavoz de CiU, salpicó el domingo al presidente después de conocerse que el hijo de Pujol habría intercedido ante él para favorecer a un empresario amigo suyo.