Julián Contreras, animalillo asustado. (TELECINCO)

Madre del amor hermoso. Hay gente que tiene la piel tan fina que si les despellejas te puedes liar un cigarro con un trozo de epidermis.

El caso es que Julián Contreras, conocido por ser el hijo de Carmina Ordóñez y por... bueno, porque ha hecho... porque estuvo en... porque...

Total, que Julián Contreras se ha ido de Gran Hermano. ¿Por qué? Pues básicamente porque el jueves entró El Pequeño Nicolás y Julián, ese hombre alegre, ese hombre feliz, ese hombre dicharachero, ese hombre que sería capaz de quitarle las ganas de vivir a la Abeja Maya, no pudo soportarlo.

El ex agente del CNI que aún no tiene pelitos en los huevos y que no ha dado el estirón entró a machete a por Rappel y a por Julián, vete a saber por qué, lo mismo porque piensa que son agentes dobles de la India, o espías de Raticulín.

A Julián, el hombre cabizbajo, le dijo el Pequeño Nicolás que estaba donde estaba por lo que estaba. Sí, es una cosa que lo mismo un juez no consideraría un delito, pero Julián se lo tomó como si le hubiera acusado de violar pollitos en una iglesia.

Todos intuimos (bueno, menos Punset, que no sabe lo que es una poligonera) que Nicolás se refería a que estaba ahí por ser hijo de quien es y por ir a programas del corazón a poner a parir a su familia, y eso fue lo que desestabilizó a Julián, que se ha ido de la casa este mismo domingo por la noche.

A ver, que tampoco es que sea difícil desestabilizar a Julián, que llora con más facilidad que una viuda en un entierro, es que este chico es tan sensible que si le tumbas en el suelo y le pones una aguja y un rollo de papel te puede detectar terremotos en Nueva Zelanda.

Lo que yo creo es que Julián Contreras se ha ido como se va una librería Billy de IKEA: porque es un mueble y tarde o temprano tiene que salir de la tienda.

Por algún motivo que vete tú a saber, la entrevista se hizo en el coche de producción, en lugar de en el plató. Allí, en el coche, el muchacho le dijo a Sandra Barneda, que estaba flipando, que se encontraba: "como un animalillo que recogen del bosque, asustado, todo suena muy alto, todo brilla mucho".

Tócate los ovarios. Si alguna vez os digo que estoy "como un animalillo que recogen en el bosque", disparadme.

"Tuve un desencuentro con Fran y los términos en que me vi discutiendo, la dialéctica no me resultaba cómoda", dijo como excusa para irse. Jolin, si es que sólo oír la razón que da aburre. Es como un catedrático de lenguas muertas dando una conferencia sobre tipos de caca de conejo en latín.

Y se fue. Tres minutos de entrevista como si le estuvieran preguntando al tigre de Winnie the Pooh y hala, a casa.

ROSA ATACA AL PROGRAMA

Por otro lado, Rosa Benito estuvo en El Debate con un vestido de estampado de calendario de los que te regalan en los restaurantes chinos.

"Que me digan que soy un mueble, con las cosas que he hecho en la casa... pero no pasa nada, porque siempre a la gente se le saca un mote. Si no han puesto vídeos de cosas que yo he hecho no es culpa mía", dijo Rosa, que estaba así:

REVENTADA

El problema es que Rosa Benito pensaba que era Belén Esteban y que Telecinco iba a hacer un bis e iba a ganar Gran Hermano como ganó Supervivientes. Y no.

"Yo tenía derecho a una defensa y no la he tenido". "Mi hermana ha venido poquísimo. Ha hablado muy poco". "Yo puse de defensora a mi amiga Belén Rodríguez y no ha venido", dijo Rosa. A mí me inspiró este poema:

En la puerta del colegio, egio

hay un charco y no ha llovido, ido

Son las lágrimas de Rosa

Porque Belén no ha venido.

"Desde el minuto uno han ido a machacarme", alegó. Vaya por Dios. ¿Os podéis creer que Rosa Benito no sabía que en Sálvame y demás programas de Telecinco ponen a parir a la gente? Pobre mujer, ella no sabía nada, claro.

Es como si un buitre se asombrara de que tras morir sus compañeros se lo comieran.

"Nos reíamos, bailábamos, estábamos", dijo ella para defender su estancia en la casa. OJO, que destaca que "estaba".

"¿Tú crees que perdí el apoyo del público?", le preguntó casi histérica a Sandra Barneda. No, Rosa, tenías todo el apoyo del público, lo que pasa es que casualmente todos fueron secuestrados justo el jueves y no pudieron votar para salvarte.

Y entonces empezó el ataque a Gran Hermano.

A los clásicos de "no se han puesto todos los vídeos" se le añadió: "Cuando se abren los teléfonos se pone media hora de votar, a mi me pusieron tres minutos y medio".

La verdad es que si hubieran dejado los teléfonos abiertos tres años también habría salido Rosa Benito.

"Yo no he hecho un mal concurso, yo he vivido mi concurso", añadió. Pues guay. Enhorabuena. Un azucarillo y un Oscar de plástico a la mejor concursante para ti. Besos.

Para culminar y dado que insistía en que no le habían dado derecho a defenderse, le pusieron un vídeo de todos sus compañeros de Sálvame poniéndola a parir.

Al final, Sandra Barneda le tuvo que decir que se bajara de la parra, porque a Rosa se le estaba yendo la pinza y no es que estuviera mordiendo la mano que le da de comer, es que estaba ya royendo el tuétano del cúbito.

Que mal perder...

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