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Dolorosa sorpresa para la hinchada barranquillera dió el Once Caldas ayer en el Metropolitano al vencer al Junior de Barranquilla, sin atenuantes por marcador de 3 goles a 1
Dolorosa sorpresa para la hinchada barranquillera dio el Once Caldas ayer en el Metropolitano al derrotar sin atenuantes al Junior de Barranquilla por marcador de 3 goles a 1.
El Junior era el inmenso favorito de todos; de propios y extraños, de entendidos y neófitos en la materia. Este favoritismo llevó a la afición a un optimismo desmedido y sin precedentes. No entendí por que aficionados, comentaristas y directivos, no daban un margen de posibilidad al empate o la victoria del Caldas. En mis posibilidades existía un margen, aunque pequeño, de posibilidad para que el Caldas empatara o ganara por estrecho margen. Eso si, nunca imaginé una victoria tan amplia del Caldas, ni un final tan lánguido como el que ofrecieron los jugadores del Junior de Barranquilla.
Después del 3 a 1, vimos en la cancha a un grupo de jugadores sin alma que deambulaban por la cancha sin FUEGO EN EL CORAZÓN. Daba lastima la imagen de Teofilo que parecía un alma en pena.Pensé que en cualquier momento se tiraría en la cancha, en pleno partido, a llorar la derrota de un encuentro que aún no finalizaba.
Tantas historias hemos visto de partidos de finales, cuyo marcador se ha remontado sobre el epilogo del mismo. Ayer vimos a Brasil remontar, en la final de la Copa Confederaciones, un dos a cero que le era adverso. Los Brasileros lo hicieron por su excelso fútbol y por el FUEGO EN EL CORAZÓN que ofrecieron en la cancha que llevó al Líder Lucio, quien anotó el gol del triunfo, a llorar como un niño tan pronto culminó el partido. Lucio que lo ha ganado todo, pero que no regala un segundo, ni un milímetro en ningún partido, menos en una final defendiendo la camiseta de Brasil.
Recordemos la gran final de la Champions League entre el Bayer Munich y el Manchester United. Cumplidos los 90 minutos de juego el Bayer ganaba dos goles a 1, pero en los 2 minutos de reposición el Manchester hizo los dos goles que le dieron el titulo, en una final histórica e inédita. Tan inesperado fue el desenlace que la Copa ya la habían adornado con los colores del Bayern. Remontar un dos a uno en tiempo de reposición en una final de Champions League solo es posible en jugadores que, adicional a su máxima calidad futbolística, tengan FUEGO EN EL CORAZÓN.
FUEGO EN EL CORAZÓN tenían Gabriel Berdugo, Dulio Miranda, Toto Rubio, Oscar Bolaños, Alfredo Arango, Rafa Reyes, Fernando Fiorillo, Bonifacio y Carlitos Molinares, entre otros, representante de una generación que defendió un invicto de 48 fechas en el viejo y querido Romelio Martínez.
También lo tenían “Pibe”, Jorge Bolaños, Alexis Medoza, Briasco, Lucho Grau, Mackenzie, Pacheco y Valenciano.
En estas dos generaciones casi todos los jugadores tenían alma de líderes. Entre todos se destacaban los grandes lideres Gabriel Berdugo y Carlos “Pibe” Valderrama, que contagiaban a sus compañeros con su garra propia del hombre caribe, adicional al amor por la camiseta que representa a la tierra amada. Ellos tenían FUEGO EN EL CORAZÓN.
El líder del Junior actual, Giovanni Hernández, es un crack indiscutido, pero sin FUEGO EN EL CORAZÓN. En la cancha da la impresión de estar viendo a un niño frágil que llora cada vez que algo no le sale bien.
Berbia no brinda seguridad
Creo que la triste imagen de los jugadores del Junior en el campo, en el último tercio del segundo tiempo, fue el reflejo de la personalidad de su líder, quien no deja de ser un gran jugador que tiene merecido lo que le han pagado en Barranquilla por defender los colores del equipo barranquillero.
Ahora bien, nunca entendí por que el Junior en Manizales después del 2 a 1, se dedicó a quemar tiempo. Ese día tenían que intentar el empate. Luego en el partido de ayer, Caldas nos sorprendió a todos cuando tomo la iniciativa del encuentro, desde el pitazo inicial, y demostró que su propuesta era defenderse con la tenencia del balón, buscando el arco adversario para tratar de ampliar la diferencia con que inicio el partido. El primer sorprendido con esta actitud del Once fue el Junior, que, muy pronto, pierde al único jugador que se salva de la mediocridad de la defensa rojiblanca, el espigado y algo torpe Ceballos. Cuando Cambindo entra al campo se cobra un tiro de esquina que el samario Henríquez, introduce al marco para el 1 a 0 que asustó a la tribuna.Con la entrada de Cambindo, en pleno cobro, el equipo se desconcentró en las marcaciones hombre a hombre que emplea en los tiros de costado.
Después vino un buen momento para Junior. Hayder empata mediante el cobro de un tiro libre, en lo único valioso que hizo ayer el veterano lateral barranquillero. Luego de manera increíble Giovanni, Teofilo y Ruiz se pierden el 2 a 1. No tengo la menor duda de que si entran una sola de estas tres opciones, el resultado pudo haber sido otro, en el marco que le cabe a la circunstancialidad del fútbol. Landázuri fu tan inmenso ante Giovanni y Teofilo como pequeño fue Berbia en estas finales. Teofilo desperdicio su oportunidad de gol por falta de frialdad cuando estaba solo frente al portero albo.
Luego llegó el segundo tiempo con la presencia de Ciciliano en el segundo tiempo.Intuía que Comesaña saldría con Ciciliano en el banco para enviarlo al campo por un volante de marca si el resultado no le era favorable. Sin embargo Ciciliano se limitó a distribuir juego desde la zona de primera línea de volantes, nunca fue el socio que necesitaba Giovanni y poco se acercó al área del Caldas para asociarse con Ruiz, Acuña y Teofilo. Con el 2 a 1, las esperanzas estaban latentes, hasta que de nuevo llega un error de Berbia. Un tiro de costado de Dayron Pérez, va sin violencia a la altura del pecho de Berbia, no hay rivales que acechen al cancerbero uruguayo, por eso la pelota era para contenerla, pero el portero juniorista, fiel a su estilo, la rechaza con los puños entregándosela, de pase gol, al buen volante zurdo Dayron Pérez que le devolvió un remate, ahora si, inatajable para el lapidario 3 a 1 que le dio, con sobrados meritos, la tercera estrella al Once Caldas de Manizales.
Cuando vi el listado de sustitutos del Junior me di cuenta de que, a excepción de Ciciliano, no había un solo jugador que pudiera resolver la papeleta en caso de que el equipo Junior necesitara remontar el marcador.
Comesaña recurre a Bacca, quien es un jugador de área que puede resolver con gol una oportunidad que se le presente, pero el porteño no es un jugador desiquilibrante, no devuelve una pared, y sus movimientos se confunden en el área con los de Teofilo, o más bien entorpecen a Teofilo. Bacca, al igual que en Manizales, no aportó si no confusión en el ataque tiburón.
Junior deberá replantear. A pesar del partido de ayer nadie puede discutir la gran campaña del equipo de Comesaña quien debe seguir en el cargo, pero debe sacar a Berbia. Sabemos que no lo hará por que Comesaña lo trajo. Para el siguiente torneo Junior debe contratar a un lateral derecho, un lateral izquierdo, un central rápido, inteligente y con buena técnica, un volante de marca que no sea lento como los que tiene en la actualidad y de buen manejo de balón, y un delantero que desequilibré en base a su velocidad y habilidad.Si les queda presupuesto deben traerle un socio a Giovanni y a Ciciliano, pero más joven que los dos, para que los refresque y refresque las ideas ofensivas del Junior, que depende de dos hombres que están en el ocaso de su brillante carrera.
Junior sin fuego en el Corazón