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Girón es desde 1959 Monumento Nacional. Históricamente los gironeses, impulsaron el desarrollo poblacional de Bucaramanga
LA RIQUEZA DE GIRÓN
Por: ANGEL ALIRIO MORENO MATEUS
La Villa de los Caballeros de Girón fue fundada hacia el año 1631, en un primer intento por establecer una ciudad por el encomendero Francisco Mantilla de los Ríos, quien a cambio de las capitulaciones suscritas con la Real Audiencia, se comprometió a limpiar de indios las riberas de los ríos Sogamoso y Lebrija, arrasando sus culturas y sus vidas, para así tener licencia para fundar la ciudad y ejercer como su Gobernador. La ciudad se estableció finalmente el 30 de diciembre de 1638, en el lugar donde hoy se levanta y desarrolla, luego de varios pleitos entre Vélez y Pamplona, y de haber ensayado en las vegas del Rio Sogamoso, en donde las plagas y el clima también jugaron un papel importante para su traslado.
Girón es desde 1959 Monumento Nacional. Históricamente los gironeses, impulsaron el desarrollo poblacional de Bucaramanga, pues fueron ellos, quienes se desplazaron a la meseta, a construir sus nuevas casas, teniendo en cuenta las bondades del clima, muy distinto al de las vegas del rio de Oro. Hoy casi cuatrocientos años después, cuando Bucaramanga se ha convertido en una gran metrópoli, Girón parece reclamar sus réditos por haber impulsado parte del desarrollo de esta gran ciudad.
Su belleza colonial que se constituye en su principal riqueza, contrasta con la pobreza marginal
La arquitectura colonial, sus calles de calicanto con piedra del rio de Oro, las paredes blancas, las puertas y ventanas de madera vieja y hierro forjado, los pisos de las casas en tabletas cocidas por carbón mineral en hornos de barro, que se quedaron a vivir allí, reclaman ser explotados económicamente para mejorar el ingreso de sus habitantes. La ciudad blanca de vocación religiosa, necesita de la mirada del poder público para que se le diseñe toda una propuesta de oferta de servicios turísticos que con una mínima inversión, atienda la demanda nacional e internacional ansiosa de conocer la historia y nuestra cultura. La belleza de Girón colonial es única y encantadora. La casa de La Mansión del Frayle, lugar donde Juan Eloy Valenzuela vivió sus mejores años; los de infancia y adolescencia, y en la que corrió a enclaustrarse por espacio de un año, luego de ser remplazado por Francisco Antonio Zea como subdirector de la Expedición Botánica o los puentes de calicanto y el Humedal del Pantano, son lugares que merecen ser destacados como dignos de visitar y hacer jornadas de turismo.
Toda su belleza colonial que se constituye en su principal riqueza, contrasta con la pobreza marginal que habita en la ribera del rio de Oro, las mismas tierras que sirvieron de campos de cosecheros y caneyes que completan la historia de Girón. Esa historia olvidada que bien recogida en el Museo del Tabaco, que junto a inquietos Gironeses, proponemos edificar, permitiría rescatar la historia de surcos, caneyes, cabuyones, sartas, cajoneras, prensas, hojas y leyenda, para que las nuevas generaciones vuelvan a leer “silencio, tabaco en reposo”. Y el turismo sea un renglón que fortalezca su economía.