Dinamarca apeó a España de la final del Mundial de balonmano de Egipto... con la ayuda del larguero. Unos centímetros cerraron la puerta del partido por el título a los 'Hispanos', que pese a ir perdiendo durante todo el encuentro tuvieron varias opciones para empatar un choque de lo más apasionante.

La última ocasión de poner la igualdad en el electrónico de las semifinales para España llegó a sólo segundos del final. Un tiempo muerto de Jordi Ribera, precedido de una impresionante parada de Gonzalo Pérez, sirvió para poner en orden las ideas de un equipo dispuesto a todo. Con un minuto por delante, el conjunto español movió el balón hasta que acabó en las manos de un Rubén Marchán que se fue hacia portería con decisión.

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El jugador del Ademar León soltó el brazo rebasando al portero danés, que sin embargo se asoció con la diosa fortuna. El balón se estrelló contra el larguero de la portería y botó a unos centímetros de la línea de gol. A partir de ahí, Dinamarca solamente tuvo que dejar correr el reloj, anotando sobre la bocina, y poniendo el 33-35 final en el marcador.

España jugará el partido por el tercer y cuarto puesto el domingo 31 de enero a las 14:30 ante Francia.