Por: ANGEL ALIRIO MORENO MATEUS

Cuando se habla de lo público se deben utilizar los términos adecuados para no confundir ni generar un clima de desinformación alrededor del tema que se esté tratando. Lo manifiesto por la discusión que se está adelantando sobre las finanzas del Municipio de Bucaramanga. De un lado se dice que el Municipio quedará endeudado hasta los tuétanos, por un valor cercano a los 200 mil millones, ante los compromisos adquiridos por la actual administración y del otro se alega con el argumento, de que no existe déficit fiscal.   

Por déficit fiscal se entiende la diferencia negativa entre los ingresos y los egresos públicos en un plazo cierto; este resulta de hacer una simple operación matemática hallándonos frente a un resultado negativo que refleja que los gastos superan los ingresos. Ahí se presenta el déficit. En la práctica, el déficit fiscal aparece en el instante en que los ingresos recaudados por cargas impositivas y otros impuestos, no alcanzan para cubrir las obligaciones de pago que han sido comprometidas en el presupuesto.  Si la contabilidad pública es cierta y no esta disfrazada el déficit aparece; pero si están sobre presupuestados los ingresos, habrá que hacer una juiciosa auditoría contable a cargo de la respectiva Contraloría para despejar la duda. En ese caso, si hay esa sobre presupuestación de los ingresos, hay déficit fiscal.

Será bueno ver a Horacio Serpa, megáfono en mano, pidiendo a sus copartidarios pagar los impuestos para que el Partido Liberal entregue al día las finanzas de Bucaramanga

En los presupuestos públicos es muy acostumbrado mantener partidas de ingresos cuyo recaudo se torna dudoso por la ineficiencia administrativa del cobro coactivo y por su efecto, la caducidad de las acciones y la prescripción de las obligaciones. Lo cierto es que en cuanto al Municipio de Bucaramanga, ninguno puede salir a decir que no existe un notorio e indiscutible desequilibrio presupuestal, pues el total de los gastos ordinarios previstos en la ejecución del Presupuesto General de Rentas y Gastos no es igual al total de los ingresos ordinarios previstos por cada uno de los lapsos de recaudo. Me parece baladí el argumento de que aún falta el último pago de Industria y Comercio y que en esta época se mueve la venta de bienes inmuebles y eso implica que se recaudará la cartera del predial por la necesidad de los paz y salvos para las escrituras de transferencia de dominio. Aunque las navidades son parecidas, no son iguales. La contabilidad pública de la Alcaldía de Bucaramanga está enredada y solo la desenreda una solidaridad del partido de gobierno.

Bueno fuera que las directivas del Partido Liberal llamen a la solidaridad con la ciudad y propongan a los contribuyentes de su colectividad, ponerse al día en sus impuestos, para reparar dignamente la falta de previsión del equipo que nos gobierna en Bucaramanga. Como seria de bueno ver a Horacio Serpa Uribe seguido de todos los prohombres liberales, megáfono en mano, como en los viejos tiempos, pidiendo a sus copartidarios pagar los impuestos para que el Partido Liberal entregue al día las finanzas de Bucaramanga y se evite repetir el bochorno y sonrojo que le produce recordar el final de la administración pasada.