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Muchas veces mientras nos estamos comunicando con alguien, mientras nos escucha realiza esta postura. Una postura que es muy común y que no debe pasar desapercibida, ya que ocurre tanto en debates políticos, en reuniones, discursos o en la calle en una conversación entre dos personas, pero resulta que hay una cosa en común en todas estas situaciones: la persona que pone el dedo en la boca es siempre la que escucha.
La verdad es que es algo bastante lógico si lo pensamos, ya que nadie hablaríacon el dedo puesto en la boca, pero la importancia de observar esta imagen no es que la persona que realiza este gesto está escuchando, la importancia de ver este gesto es que la persona que no está escuchando está conteniéndose una opinión y no está expresando lo que está pensando. Cuando la persona que se lleva el dedo a la boca es la que está dialogando, este mismo gesto pero de la persona que está hablando, si que puede ser debido a una posible mentira.
¿Por qué las personas que escuchan suelen realizar estos gestos? ¿Puede que nosotros tengamos parte de culpa? Lo que la mayoría de las veces hace que una persona utilice este gesto es no tener la oportunidad de hablar, la persona que lo utiliza tiene su propia opinión de lo que se está hablando y quizás le gustaría expresarla, pero lo más seguro que no pueda hacerlo, porque quizás forme parte de un público que escucha un discurso o simplemente no quiera interrumpir a la persona que está hablando, sea como sea, lo más probable es que la persona que se pone el dedo en la boca tenga una opinión distinta o contraria de la que está hablando, y simbólicamente pone el dedo en sus labios, haciendo un esfuerzo por retener las palabras en su boca mientras escucha.
Es una buena idea preguntar a tu interlocutor acerca de sus pensamientos cuando le veas hacer este gesto
Lo que queremos es formar parte de la nueva masculinidad, ser ese tipo de hombres empáticos, con los que se conecta fácilmente y que se fijan en detalles que nos desmarcan del resto de hombres. ¿Por qué os digo esto? Porque la lección práctica que podemos sacar sobre este gesto es que si estamos hablando con alguien y observamos que pone el dedo en la boca mientras nos escucha, quizás debamos hacer una pausa para que pueda expresarse, o podríamos directamente preguntarle "y tú.. ¿qué piensas de esto?", y así poder saber su punto de vista, ya que de lo contrario, puede que incluso nunca nos diga lo que está pensando, quizás por no interrumpirnos o por no querer expresar una opinión distinta a la nuestra. Y ese intercambio de opiniones créeme que no hará otra cosa que fortalecer vuestro vínculo, a pesar de que no penséis lo mismo.
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