Eduardo Galeano, escritor uruguayo respetadísimo en el periodismo y en la política latinoamericana, se confesó en la II Bienal del Libro y la Lectura Abierta en Brasilia. Dijo que no leería otra vez su libro más vendido y representativo. Lo calificó de lectura "pesadísima" y de "prosa de izquierda tradicional". Paradójico. El libro de cabecera de los socialistas del siglo XXI es descartado por su propio autor quien asegura que fue escrito por un adolescente desinformado que apenas bordeaba la mayoría de edad.

El libro que ha sido citado casi medio siglo en foros y debates que han dado forma al nuevo izquierdismo latinoamericano es impugnado por su propio autor. Varias son las reflexiones que quedan de este suceso. ¿El nuevo izquierdismo parte de premisas falsas fundamentadas desde una posición de desinformación? ¿Sus fundamentos no son más que prejuicios ideológicos sin sustento doctrinario? ¿Son válidas las demandas de las izquierdas que se inspiraron en estos textos?

Una nueva izquierda crítica debe pronunciarse después de estas declaraciones tan desafortunadas, una izquierda que se sienta en el compromiso y en la capacidad de reconstruir su base doctrinaria con argumentos sólidos, estables y refutables, y no en dogmatismos que se repiten incansablemente hasta anular la capacidad de reflexión crítica de sus militantes. Las izquierdas populistas inspiradas en el Galeano adolescente deben repensarse. El mismo autor uruguayo, en la misma conferencia, elogió a José Mujica, que es el más claro representante de la izquierda latinoamericana seria, junto con la chilena. ¿Acaso quedó clara cuál es la crítica y a quién va dirigida? Por supuesto, a la izquierda chavista, a esta nueva ola de políticos estrambóticos que buscan gobernar sobre la ley y al margen de esta, con fórmulas de excepcionalidad constitucional, con enorme despliegue mediático, con impresionante obsesión por la notoriedad internacional y con una desesperación por concentrar el poder en una sola persona.

Una nueva izquierda crítica debe pronunciarse después de estas declaraciones tan desafortunadas

Los gobiernos de Chávez, Morales, Ortega y Correa son los herederos del discurso de las Venas Abiertas que su autor ha descalificado por desinformado y pesado. Son los herederos de un populismo basado en el mismo vacío argumental e ideológico, en la rimbombancia de sus reacciones, en la personificación de la política y en la actitud de un adolescente. ¿Acaso nuestros políticos han superado el extravío de las frases encontradas en las Venas Abiertas?

A mi me gusta mucho esta obra de Galeano. Condensa creativamente una visión, tal vez muy sesgada, de la historia política y económica del subcontinente latinoamericano. Es una obra altamente recomendable. Pero ahora que su mismo autor no la leería debemos revisarla con mayor sentido de objetividad crítica, para no repetir el mismo error de nuestros políticos y convertirnos en eso que cuarenta años después es calificado como el producto de un muchacho desinformado cuyo momento ha sido superado y reemplazado por la sabiduría de un señor. ¿Será que nuestros políticos son ese mismo producto de ideas inmaduras y de aventuras que luego serán corregidas cuando el daño ya se haya producido?

@ghidalgoandrade

Nota: homenaje crítico publicado el 4 de mayo de 2014 en el Dario La Hora de Ecuador. El texto se encuentra reproducido integramente y sin modificaciones.