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Bueno, ya para terminar la parte inocente de mi infancia, pues tengo otra parte dónde toda inocencia se perdió, a pesar que fuí víctima del chantaje sin salir de él.
Contaba que yo era designado como el encargado del control de la clase en mi entrada dedicada a mi primer amor, mi profesora, llamado ¿quién me gusta? por supuesto que la seño. Yo anotaba a quién hiciera desorden en la clase y de verdad fuí muy severo.
En mi comunidad todos somos trigeños y morenos y ver personas con un color de piel tan claro, es exótico para nosotros (jejeje paradojico no?) y Laura era una niña del interior del país que atraía a este moreno. No para enamorarme, mi novia era la profesora, pero sin con Laura se presentaba algo, yo iba a acceder.
¿Qué podía surgir entre dos niños de primaria en la Costa Caribe colombiana?, pues siendo yo muchas cosas podrían pasar y más en la Costa que pocas cosas de interés habían que hacer en esas horas en las que dibujos animados no pasaban en TV y las tareas estaban terminadas. Sin embargo, Laura vivía muy lejos de mi casa y nunca pasó nada entre ella y yo fuera del colegio.
Cuando la molestaban por su acento, yo la defendía y pues me convertí en uno de sus pocos amigos, junto con otro amigo mío que, pues debo aceptarlo, era más guapo que yo y cuando somos niños, no nos interesa tu personalidad. Me acerqué más a Laura como el amigo intermediario (vaya niños tan hp que eramos) en favor de mi amigo, y pues todo en la traducción infantil de conquista, molestando a la niña y haciendola reir con estupideces, mandarle avioncitos de papel, etc. Claro, nunca hubo algo romántico, lo de las novelas siempre pensamos que era para grandes... siempre pensé así hasta que ví "Cebollitas" o "De pies a cabeza".
Tomaba el control de la clase y esta niña Laura se portaba mal. Yo me hice el que no se dió cuenta y un niño cuyo nombre no recuerdo estaba a mi lado y me dijo: "Anótala o se lo digo a la seño". Yo la iba a anotar, así que se me acercó y me dijo que me daba un beso si no lo hacía. Yo acepté el trato y mi amigo no me volvió a hablar.
Cuando uno es niño, los amigos son más valiosos que un beso de una niña. Con ella no me reía de los demás, ella no encontraba gracioso lo que yo si (Más tarde me daría cuenta el por qué ella y la mayoría de las mujeres no lo compartían). Así que como toda pelea de niños, un día sin más ni menos le pregunté cuanto sacó en el examen el amigo mío y me respondío y volvimos a ser amigos. El no volvió a molestar a Laura, quién me dió otros besos más, besos de niños claro, que son mucho en ese tiempo y sobre todo como no valorarlos, si tenía que pasarle las tareas al niño del lado para que no le dijera lo que yo hacía...
Desde niños no sacrificamos por las mujeres y es que en cualquier etapa de la vida estar con una mujer tiene un precio que todo hombre debe pagar, ya sea material o sentimental. Yo preferí pagar con lo material y no dejar de estar con mi amigo, que a pesar que lo descepcioné de alguna forma, volvimos a ser los mejores amigos, así fuera durante ese año solamente.